Las autoridades libias pasaron a la acción ante las milicias armadas, al expulsar una de ellas de Trípoli, tras su decisión de acabar con los grupos que no se integraron a las instituciones estatales tras la caída de Muamar Gadafi en 2011.
El presidente de la Asamblea Nacional libia, Mohamed al Megaryef, anunció el sábado por la noche "la disolución de todas las brigadas y formaciones armadas que no estén bajo la legitimidad del Estado", al día siguiente de una sangrienta rebelión de habitantes de Bengasi (este) contra milicianos islamistas.
El ejército lanzó en paralelo un ultimatum de 48 horas a las milicias y grupos armados para evacuar los cuarteles, los edificios públicos y las propiedades de los miembros del antiguo régimen en la capital y sus alrededores.
Pero incluso antes de que expirara el ultimatum el lunes por la noche, las tropas asaltaron el domingo por la mañana el cuartel general de una milicia que ocupaba una instalación del ejército en la carretera del aeropuerto de Trípoli.
Según un periodista de la AFP, se oyeron disparon nutridos en el lugar durante una treintena de segundos.
El jefe del Estado Mayor anunció en su página Facebook la detención de los miembros de la milicia y la confiscación de sus armas, sin anunciar víctimas.
"Vamos a efectuar este tipo de operaciones durante las dos o tres semanas que vienen, hasta desalojar a todos los grupos armados que no estén bajo la autoridad del Estado", declaró a la AFP un oficial del ejército bajo cubierto de anonimato.
Tras la caída del régimen de Muamar Gadafi, centenares de ex rebeldes han ocupado instalaciones estratégicas del Estado, así como propiedades de los partidarios y dirigentes del antiguo régimen. Algunos integraron luego los servicios de Interior y de Defensa, pero el nuevo poder no ha logrado hasta ahora desarmar a los grupos que quedaron independientes.
El ejército dispuesto a intervenir
En su comunicado publicado el sábado por la noche, el ejército precisó que recurrirá a la fuerza si no se respeta el ultimatum.