Un alto responsable de Estados Unidos se reunirá este lunes con las nuevas autoridades de El Cairo donde partidarios y detractores del depuesto presidente Mohamed Mursi convocaron nuevas manifestaciones.
La visita del secretario de Estado adjunto, Bill Burns, es la primera que realiza un oficial estadounidense de este nivel desde que el 3 de julio el ejército derrocó a Mursi tras multitudinarias manifestaciones que pedían su dimisión. Este viaje se produce en un contexto delicado entre los dos países.
Desde hace décadas Egipto es un aliado clave en Oriente Medio para Estados Unidos que entrega al ejército egipcio una ayuda anual de 1.300 millones de dólares de una asistencia total de 1.500 millones.
Hasta el momento, Washington se abstuvo de hablar de "golpe de Estado" tras el derrocamiento de Mursi ya que supondría una suspensión automática de esta ayuda.
Por otro lado, Washington pidió que Mursi, actualmente detenido por el ejército, sea puesto en libertad. La demanda no encontró respuesta en El Cairo, donde una gran parte de los manifestantes y de la prensa hostiles al expresidente acusan a Estados Unidos de mostrarse indulgente con Mursi cuando este era presidente de Egipto.
Las autoridades aseguraron que el presidente depuesto se encuentra "en lugar seguro" y es tratado "dignamente", pero no ha aparecido en público desde su detención.
Burns se reunirá "con responsables del gobierno interino así como de la sociedad civil y de las empresas", informó el Departamento de Estado en un comunicado.
En estos encuentros "expresará el apoyo estadounidense al pueblo egipcio para el fin de la violencia y por una transición que conduzca a un gobierno civil abierto y elegido democráticamente", agregó.
Los partidarios de Mursi, que denuncian un "golpe de Estado militar" contra el primer presidente democráticamente elegido de la historia del país, convocaron para este lunes nuevas manifestaciones, especialmente alrededor de la mezquita Rabaa Al Adawiya, en el barrio cairota de Nasr City, donde acampan desde hace dos semanas.
También se anunció una marcha hacia la sede de la Guardia Republicana ante la cual 53 personas, principalmente manifestantes pro-Mursi, fueron asesinados hace una semana.
Los islamitas quieren seguir manifestándose "pacíficamente", aseguró Ahmed Aref, un portavoz de los Hermanos Musulmanes, el movimiento al que pertenece Mursi.
Los anti-Mursi, que le reprochan haber gobernado en beneficio de los Hermanos Musulmanes y haber dejado el país en una situación económica catastrófica, se darán cita en la plaza Tahrir, en el centro de la capital.
Debido al ayuno del Ramadán hasta la caída del sol y a las temperaturas estivales, se espera que las mayores concentraciones tengan lugar a última hora del día.
Violencia en el Sinaí
Por otro lado, al menos tres personas murieron y 17 resultaron heridas este lunes por la mañana cuando hombres armados atacaron un autobús que transportaba trabajadores de una fábrica de cemento en Al Arish, en el norte de la península del Sinaí, donde se incrementó la tensión en las dos últimas semanas.
El domingo, el exjefe de Estado y otros miembros de los Hermanos Musulmanes fueron interrogados sobre las circunstancias de su evasión de la cárcel de Wadi Natrun, al noroeste de El Cairo, durante la revuelta contra Hosni Mubarak a principios de 2011.
Además, el fiscal general ordenó congelar los activos de 14 altos responsables islamistas, entre los cuales se encuentra el Guía Supremo Mohamed Badie y otros ocho dirigentes de los Hermanos Musulmanes.
"Los defensores de una línea dura que dirigieron los Hermanos Musulmanes estos últimos años están interesados en una confrontación radical, igual que los halcones de los servicios de seguridad", considera Ezedin Shukry-Fishere, de la Universidad estadounidense de El Cairo.
"Pero si el régimen se abre y les tiende la mano, es probable que los islamistas moderados entiendan el interés de una participación en el proceso político", añadió.
En este contexto, el primer ministro Hazem Beblawi, que no excluyó la posibilidad de integrar a los Hermanos Musulmanes en su gabinete, continúa las negociaciones para constituir un gobierno.
El domingo, el premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei prestó juramento como vicepresidente encargado de las relaciones internacionales y el exembajador en Washington, Nabil Fahmy, aseguró que aceptó el puesto de ministro de Relaciones Exteriores. Ahmed Galal, que trabajó en el Banco Mundial (BM), será ministro de Finanzas.
La composición del gobierno podría conocerse el martes o el miércoles.