Sesenta y una personas murieron este lunes en Irak en varios atentados, indicaron varias fuentes médicas y de seguridad.
En la ciudad de Mosul (norte), de mayoría sunita, 29 personas murieron en cinco atentados con coche bomba contra el ejército y la policía, tras lo cual se decretó un toque de queda.
La mayoría de las víctimas son miembros de las fuerzas de seguridad, dijo a la AFP un responsable del hospital general de Mosul, que añadió que también hubo 80 heridos.
La provincia de Mosul es uno de los centros de las protestas sunitas contra el gobierno iraquí, de corte chiita, desde diciembre.
Otros atentados en Kirkuk, Tikrit y Tuz Khurmatu causaron ocho muertos.
Horas antes, un atentado en un mercado de una ciudad de mayoría chiita de la provincia de Diyala y otro en un mercado de Taji, cerca de Bagdad, dejaron 20 muertos.
Por la tarde, en Madaine (sur de Bagdad), un atentado suicida con coche bomba contra la policía y el ejército causó cuatro muertos.
Esta nueva ola de atentados se inscribe en el incremento de la violencia que sufre el país desde hace varias semanas, lo que hace temer que se repita el conflicto religioso de los años 2006-2007.
En mayo, más de mil personas murieron en atentados, según un recuento de la ONU.