Por lo menos 40 personas murieron y 245 resultaron heridas en una ola de atentados el miércoles, que ensangrentó Bagdad y dos ciudades del norte de Irak en medio de una disputa entre el gobierno central y la región autónoma del Kurdistán.
Estos nuevos actos de violencia pueden acentuar todavía más las tensiones entre el Primer ministro chiita Nuri al-Maliki y sus detractores sunitas, que han causado manifestaciones desde hace tres semanas.
El miércoles en Kirkuk -240 km al norte de Bagdad, poblada por árabes, kurdos y turkmenos- dos coche bomba causaron la muerte de 26 personas y dejaron 190 heridos, según el jefe de la salud en la provincia Sadiq Omar Raul.
Esta ciudad hace parte de una franja de territorio que reivindican tanto el gobierno federal como el Kurdistán iraquí.
Para muchos diplomáticos y dirigentes, estas tensiones, alimentadas además por diferendos relacionados con la explotación petrolera en el Kurdistán, representan a largo plazo la mayor amenaza para la estabilidad del país.
Martin Kobler, representante de las Naciones unidas en Irak, condenó los ataques y exhortó a los dirigentes "a trabajar sin tardanza para calmar la situación".
Sospechan de Al Qaida
Más tarde, en Touz Khourmatou, cinco civiles murieron y 40 resultaron heridos en la explosión de un coche bomba, conducido por un kamikaze. El ataque fue cerca del local de la Unión Patriótica del Kurdistán del presidente iraquí Jalal Talabani.
Los atentados no fueron reivindicados, pero el Estado Islámico de Irak, brazo armado de Al-Qaida en el país, lleva a cabo regularmente ataques con la esperanza de desestabilizar al gobierno y hacer aumentar las tensiones religiosas.
En Bagdad, cinco ataques diferentes causaron seis muertos. Y en Baiji, Tikrit y Hawija, situados en el norte de la capital, otros atentados causaron tres víctimas fatales.
Se trata de la ola de violencia más sangrienta en Irak desde el 17 de diciembre.
Sucede luego del asesinato de Aifan Sadun al-Isaui, diputado sunita comprometido en la lucha contra Al Qaida al lado de las milicias Sahwa (El despertar, en árabe).
Desde fines de diciembre, la minoría sunita organiza manifestaciones para denunciar su "marginalización" por el gobierno de Maliki. Pide la liberación de presos así como abrogar las leyes antiterroristas.
En un nuevo gesto, el vice Primer ministro Hussein Chahristani anunció el miércoles la liberación de 70 presos injustamente encarcelados, luego de otros 335 fueron liberados desde la semana pasada.
AFP