El ejército sirio lanzó el domingo un ataque en la provincia rebelde de Hama, en el que murieron más de 20 civiles, mientras que un atentado con bomba sacudió un barrio de Damasco cerca de la sede de los servicios de seguridad.
En este contexto de violencia, las autoridades sirias anunciaron la próxima llegada a Siria del emisario internacional Lajdar Brahimi, que sucedió a Kofi Annan.
En la provincia de Hama (centro), uno de los bastiones de la rebelión, el ejército lanzó una operación en Al Fan, una zona rural, informó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), dando cuenta de la muerte de 22 civiles, todos hombres.
"Es probable que la cantidad de víctimas (aumente), numerosas personas están desaparecidas, mientras que algunos heridos se encuentran en estado crítico", precisó la ONG con sede en Londres que recaba sus informaciones sobre la base de una red de militantes y testigos en Siria. Estos balances son imposibles de verificar por una fuente independiente.
La agencia oficial Sana indicó por su parte que todos eran miembros "de un grupo terrorista armado que estaban atacando a ciudadanos y a las fuerzas de seguridad".
El régimen sirio no reconoce la amplitud de la protesta que sacude al país desde hace casi 18 meses y atribuye los disturbios a "grupos terroristas armados".
En la frontera con Turquía, la ciudad siria de Harem, los rebeldes controlaban los principales accesos a la localidad en donde las fuerzas del régimen estaban apostadas en los edificios oficiales de la ciudadela, según un periodista de la AFP.
Durante todo el día las partes adversas combatieron en esta ciudad situada a dos kilómetros de la frontera turca.
Multiplicación de atentados
En la capital un atentado con bomba sacudió el barrio céntrico de Abú Remaneh, en donde se encuentran edificios de las fuerzas de seguridad así como la oficina del vicepresidente Faruk al Shareh, según la televisión estatal.
El ataque dejó cuatro heridos en este sector residencial, precisó el canal evocando un atentado "terrorista".
Según el OSDH "dos bombas estallaron cerca de un edificio lindero al Estado Mayor del Ejército y de las Fuerzas Armadas", dejando heridos.
Un grupo islamista, "la Brigada de nietos del Profeta", que se presenta como próxima al Ejército Sirio Libre (ESL, rebeldes), reivindicó el atentado en su página Facebook afirmando que se trataba de una "respuesta a las masacres de Daraya y otras ciudades".
Los atentados se multiplicaron los últimos días en Damasco, en donde el ejército intenta desalojar los focos de resistencia de los rebeldes.
En total, la violencia dejó al menos 103 muertos este domingo, de los cuales 66 civiles, según un balance provisorio del OSDH.
Desde marzo de 2011 la guerra civil dejó al menos 26.283 muertos según esta organización no gubernamental, de los cuales 5.440 únicamente en agosto, el mes más mortífero.
En Mazze, otro barrio residencial de la capital, las tropas regulares atacaron la periferia respaldados con topadoras que "arrasaron y destruyeron tres comercios y cinco viviendas", según el OSDH.
Los bastiones rebeldes en varias ciudades estaban bajo el fuego de los tanques y los helicópteros del ejército. Los rebeldes, armados con armas ligeras, no logran oponerse a las fuerzas del régimen que controlan totalmente el cielo.
A unos 30 km de Alepo (norte), el ejército llevó a cabo ataques aéreos en Al Bab, una base de los rebeldes, según un periodista de la AFP.
Los rebeldes lograron tomar el edificio principal de una base aérea de Bukamal (este). Tras un ataque el jueves, los rebeldes aseguran también que controlan una parte del aeropuerto de Abu el Zuhur, uno de los dos más importantes de la provincia de Idleb (noroeste). Pero los helicópteros siguen despegando desde Taftanaz.
En paralelo se registraron enfrentamientos en algunos barrios de Alepo. También se señalaron combates cerca del aeropuerto internacional y de una base de la Fuerza Aérea.
Como consecuencia de los enfrentamientos "ahora hay filas de espera delante de las panaderías", "lo más duro es conseguir medicamentos", según un militante que se presenta como Osama.
Más al sur el ejército destruyó la última panadería que aún vendía pan en la ciudad rebelde de Quseir (centro), según militantes.
En el terreno diplomático el ministerio sirio de Relaciones Exteriores anunció que el emisario Brahimi llegaría "pronto" a Damasco.
"Lo vamos a escuchar y el también nos va a escuchar", declaró el portavoz del ministerio Jihad Makdisi.
El sábado Brahimi afirmó que el cambio en el país era "inevitable", aunque no se pronunció sobre una partida del presidente Bashar al Asad.
Por su parte las monarquías del Golfo pidieron a la comunidad internacional que tome "medidas eficaces" para proteger a los civiles y llamó a un cambio "pacífico del poder".