Catorce camioneros iraquíes, controlados la pasada noche en una barrera de falsos policías, fueron abatidos porque eran chiitas, declararon el jueves las autoridades locales, que atribuyen el ataque a Al Qaida cuando la violencia confesional amenaza con extenderse en el país.
Unos 40 asaltantes, algunos con uniformes militares, "apuntaron específicamente a los camioneros chiitas y dejaron pasar a los sunitas", declaró a la AFP Challal Abdel Baban, responsable local en Tuz Jurmatu, ciudad situada cerca de Suleimán Bek, donde se produjo el ataque.
El grupo armado, que constaba en total de 150 hombres y estaría vinculado a la red de Al Qaida, tiró durante horas con morteros y lanzacohetes contra Suleimán Bek y causó un herido, según Mohamed Al Bayati, alcalde de la ciudad, situada a 140 km al norte de Bagdad.
El control de carretera fue instalado en una autopista durante media hora en plena noche a un kilómetro de un una barrera de las fuerzas iraquíes.
Algunos camiones que llevaban cemento desde Suleimaniyeh, en Kurdistán (norte), en dirección a Bagdad fueron abandonados en el lugar. Camiones que llevaban abastecimiento, fueron robados por los asaltantes.
Las ejecuciones "se basaron en el nombre inscrito en los documentos de identidad" presentados por los camioneros, según Abdel Baban. Los carnés de identidad iraquíes no mencionan la religión, pero el nombre suele bastar para revelar etnia y religión.
Un camionero secuestrado "fue liberado al cabo de varias horas, una vez que los secuestradores comprobaron que era sunita, tal como sostenía", afirmó.
Según el alcalde de Suleiman Bek, el ejército detuvo a 150 personas este jueves en la ciudad después de los ataques.
Por otra parte, al menos 17 personas murieron y otras 25 resultaron heridas este jueves en atentados con bomba en dos ciudades de Irak, informaron responsables.
Las explosiones ocurrieron después de la cena iftar, la comida nocturna con la que se rompe el ayuno diario durante el mes islámico del Ramadán, tras la cual las personas salen de compras o a tomar un café, según las mismas fuentes.
A las 20H30 (17H30 GMT), dos explosiones en la ciudad de Nawfel, al norte de la capital, dejaron 15 muertos y 15 heridos. En Madain, al sur de la capital, al menos dos personas fallecieron y otras 10 resultaron heridas cuando una bomba estalló en un café.
En los peores momentos de la guerra entre sunitas y chiitas en 2006-2007, el establecimiento de falsos controles de carretera y la ejecución sumaria de personas del otro clan eran moneda corriente.
Miles de iraquíes murieron durante este periodo y solo la llegada de refuerzos militares estadounidenses permitió rebajar la violencia a partir de 2008.
Pero las tropas norteamericanas abandonaron Irak a finales de 2011 y los grupos extremistas, particularmente los vinculados a Al Qaida, siguen atacando a las fuerzas de seguridad y a los chiitas.
El ataque contra Suleiman Bek se produce unos días después de la espectacular evasión de varios centenares de detenidos, entre ellos jefes de Al Qaida, de la prisión de Abu Ghraib, cerca de Bagdad. Las operaciones continuaban para intentar capturar a los reclusos fugados, según las autoridades.
La escalada de la violencia está ligada al resentimiento de la minoría sunita, en el poder con Sadam Husein, respecto a la mayoría chiita hoy en el poder, que sus enemigos acusan de hacer el juego de Irán.
El ataque de Suleiman Bek se produjo en medio de un auge de la violencia que empezó el 23 de abril cuando las fuerzas de seguridad y los manifestantes antigubernamentales se enfrentaron cerca de la ciudad de Hajiwah (norte) con un balance de 53 muertos.
Más de 700 personas han muerto en Irak desde principios de julio, en especial desde el comienzo del Ramadán, según un recuento de la AFP.