El gobierno estadounidense denunció que el presidente sirio Bashar al Asad estaría preparando un ataque con armas químicas para provocar una "masacre" de civiles y advirtió que Damasco pagará "un alto precio" si concreta el ataque.
"Estados Unidos ha identificado la posible preparación de otro ataque con armas químicas por parte del régimen de Asad que podría provocar una masacre de civiles, incluyendo niños inocentes", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en un comunicado la noche del lunes.
La Casa Blanca anunció que los preparativos son similares a los llevados a cabo por el régimen de Asad antes de lanzar un ataque químico contra una ciudad controlada por rebeldes el pasado 4 de abril.
En esa ocasión, Washington lanzó como represalia 59 misiles contra una base aérea siria, lo que supuso la primera intervención armada de Estados Unidos contra el régimen de Damasco.
"Si Asad realiza otro asesinato masivo con un ataque de armas químicas, él y sus militares pagarán un alto precio", advirtió Spicer.
"Cualquier nuevo ataque contra la población siria será atribuido a Asad, pero también a Rusia y a Irán, que lo han ayudado a matar a su propio pueblo", aseguró el lunes por la noche por Twitter, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
El secretario británico de Defensa, Michael Fallon, adelantó este martes a la BBC que su país "apoyará" una acción militar de Estados Unidos en caso de ataque químico sirio.
Pero Rusia, fiel aliado de Siria, tildó de "inaceptables" "las amenazas contra el gobierno sirio" y subrayó que desconoce "las razones" de Estados Unidos para lanzar tales acusaciones.
Asad ha negado repetidamente que sus fuerzas utilizaran armas químicas en abril contra la ciudad rebelde de Jan Sheijun, asegurando incluso que esas alegaciones "fueron 100% fabricadas".
Ese ataque provocó 88 muertos, entre ellos 31 niños, y generó una ola de indignación.
Este bombardeo fue, según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH), el segundo "ataque químico" más sangriento desde el inicio del conflicto en 2011, tras el llevado a cabo en los suburbios de Damasco en 2013 con gas sarín, que causó 1.400 muertos.
- Asad niega -
El mandatario sirio asegura además que su régimen entregó en 2013 todas las armas químicas que tenía, en el marco de un acuerdo negociado con Rusia para evitar las amenazas de un ataque militar de Estados Unidos.
Ese pacto fue luego confirmado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, el jefe del Pentágono, Jim Mattis, declaró que no tiene "la menor duda" de que Damasco ha conservado armas químicas. Según un estudio militar israelí, Asad dispone aún de "algunas toneladas" de armas químicas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, expresó su indignación por el ataque de abril, debido en particular al elevado número de niños entre las víctimas mortales.
El portavoz de la Casa Blanca recordó no obstante en su comunicado que "Estados Unidos está en Siria para eliminar al Estado Islámico de Siria e Irak" y no para lanzar una guerra contra el régimen de Asad.
Así lo corroboró Mattis poco después. "No atacaremos a menos de que sean el enemigo, a menos de que sean ISIS (acrónimo de Estado Islámico)", declaró a periodistas que le acompañan durante una gira por Europa.
La coalición que lidera Estados Unidos en Siria apoya a las fuerzas rebeldes árabo-kurdas que intentan arrebatar Raqa al grupo Estado Islámico y también ayudan a las fuerzas iraquíes que combaten al grupo yihadista en Mosul, en el vecino Irak.
Por su parte, Rusia apoya con bombardeos al régimen de Asad, que también cuenta con el soporte de Irán en la región.
Ello ha provocado tensiones entre los dos bloques que forman el régimen sirio, Rusia e Irán por un lado, y Estados Unidos y la coalición árabo-kurda por el otro.
La guerra siria comenzó en 2011 con protestas antigubernamentales que derivaron hacia un devastador conflicto, que ha costado la vida a 320.000 personas y en el que se han implicado gradualmente potencias regionales y mundiales.