Bogotá será una ficha clave en la nueva movida electoral | El Nuevo Siglo
El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Diciembre de 2021
Redacción Política

Con la renuncia de Carlos Fernando Galán al Concejo de Bogotá para impulsar la lista al Senado del Nuevo Liberalismo, la política capitalina hacia las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales cobra un interés inusitado. A ello se suma, que ayer también el ex vicepresidente Humberto de la Calle aceptó el número 1 de la otra lista de la coalición de Centro Esperanza.

Ciertamente, el Distrito capitalino comienza a ser, de este modo, el mortero electoral en donde se medirán las principales fuerzas que han venido preponderando desde hace unos lustros.

Y en esa dirección, igualmente, parecerían repetirse las elecciones de 2019 para la Alcaldía, pero esta vez de cara a la justa por el Congreso en 2022 y su incidencia en la contienda presidencial.

En efecto, al aire están como cabeza de lista o como factores decisivos de la suerte electoral quienes entonces participaron en la contienda que finalmente ganó Claudia López en un tú a tú con el mismo Galán.

A raíz de haber quedado de segundo en esas elecciones, Galán pasó entonces a ocupar una curul en el Concejo capitalino, de acuerdo con las nuevas reglamentaciones constitucionales, según las cuales el candidato que le sigue al ganador tiene derecho a un escaño garantizado en los cuerpos colegiados respectivos, a fin de que queden representados el gobierno y la oposición en el devenir político de la misma jurisdicción.

En los comicios para la Alcaldía en 2019 intervinieron López (Alianza Verde), Galán (Bogotá para la Gente), Hollman Morris (Coalición Colombia Humana) y Miguel Uribe Turbay (Coalición Avancemos).

Aunque en principio y de acuerdo con las encuestas se pensó que López arrasaría, durante el trámite de campaña Galán llegó a superarla en los sondeos y solo hasta el día de las elecciones se decantó la competencia con una ventaja de la primera.

Efectivamente, la alcaldesa actual obtuvo 1.108.541 votos contra 1.022.362 de Galán. Asimismo, Morris, representante del petrismo, logró el tercer lugar con 440.591 votos y, por último, Uribe Turbay, exconcejal y exsecretario de Gobierno del alcalde saliente Enrique Peñalosa, consiguió 426.982 votos.

Inclusive, semanas antes de las urnas se llegó a presionar una unión entre Galán y Uribe Turbay que, para muchos, hubiera garantizado la victoria frente a López. Ante ese escenario, el primero estuvo dispuesto pero el segundo consideró que era mejor continuar la carrera hasta el final sin ningún tipo de coalición intermedia.

Tampoco se supo, de haberse dado esa alianza, si se hubiera producido una reacción automática para crear otra entre López y Morris.

Sin embargo, por entonces las fuerzas petristas parecían definitivamente distanciadas de la actual mandataria a raíz de la propuesta sobre el metro elevado con la que el exalcalde Gustavo Petro nunca estuvo de acuerdo pero cuyo cierre de diseños ya había presentado Peñalosa al final de su administración.

Precisamente hoy por hoy uno de los principales opositores a la gestión de López es el mismo Petro, a la postre el candidato presidencial que encabeza las encuestas. Paradójicamente, otro opositor a la gestión de la burgomaestre es Peñalosa, también aspirante presidencial en la coalición Equipo por Colombia.  

Del mismo modo, existe una pugna constante entre esos dos exalcaldes por el modelo de ciudad.

Efecto dominó

La renuncia de Galán al Concejo pone de presente, en primer lugar, que está dispuesto a defender el millón de votos conseguidos en la gesta por la Alcaldía y que intentará trasladarlos a la lista cerrada del Nuevo Liberalismo.

Muy posiblemente él no haga parte de la plancha, que podría ser encabezada por la periodista Mabel Lara. Pero, en todo caso, haría las veces de jefe de debate de la campaña del Nuevo Liberalismo, cuyo baluarte, desde las épocas de su padre, el asesinado Luis Carlos Galán, siempre ha sido Bogotá.

De otra parte, la misma pugna electoral por la ciudad fue lo que eventualmente impidió que se hiciera una lista parlamentaria única de la coalición Centro Esperanza, en donde, entre otros, están los partidos Alianza Verde y el Nuevo Liberalismo, que se disputan la preeminencia en la capital del país, como lo evidenció la contienda por el Palacio Liévano en 2019.


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Dada la división, se acudió a la alternativa de sacar dos listas: una exclusiva del Nuevo Liberalismo y otra en la que tendrán un peso considerable los miembros de la Alianza Verde, con Angélica Lozano al frente, esposa y llave política de la alcaldesa Claudia López, por lo cual, presumiblemente será la candidata a la que dé el ‘guiño’ el gobierno distrital.

Como se recuerda, en marzo de 2018 la lista abierta al Senado de la Alianza Verde fue jalonada exitosamente por el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus, quien de los 540.783 votos que sumó a nivel nacional, obtuvo 327.095 en la capital del país.

Mockus, como se sabe, perdió luego su curul en el Senado por una decisión del Consejo de Estado y no se volvería a presentar en este 2022

En ese orden de ideas, los senadores de la Alianza Verde, con Lozano entre sus líderes, buscan que la votación de Mockus, en Bogotá recaiga en alguno de ellos, aunque ese tipo de votos de opinión son eminentemente unipersonales y poco endosables.

Sin embargo, ayer el ex vicepresidente Humberto de la Calle, quien hacía unos días había advertido que no participaría de ninguna lista al Congreso a nombre de la coalición Centro Esperanza si esta no era de unión, reconsideró intempestivamente el tema. Ahora llevará la batuta de una de las dos planchas del bloque, con el aval del partido Verde Oxígeno, de Ingrid Betancourt.

En las elecciones presidenciales anteriores, De la Calle, como candidato del partido Liberal, logró la precaria cifra de 400.151 votos en la primera vuelta, sacando solo una cuarta parte de los registros de la votación parlamentaria de su colectividad dos meses antes.

En esta ocasión, De la Calle, ahora en el partido Verde Oxígeno, buscará revalidar esa votación a nivel nacional. Para el caso de la capital del país hay que recordar que en 2018, en la campaña presidencial, apenas obtuvo 93 mil votos.

Bajo esta perspectiva, la inclusión de De la Calle como líder de una de las listas de esta coalición tiene el doble reto de recoger los votos que puedan quedar del respaldo al proceso de paz con las Farc -que lideró-, y, de otra parte, servir de vaso comunicante con los votos de opinión que deja Mockus.

De suyo, en la última ocasión en que aparecieron baluartes de esa coalición, como el mismo Mockus y Antonio Navarro, pidiendo la unión, hace presumir que ven con buena cara la aspiración senatorial de De la Calle y su incidencia electoral en la capital.

En este sentido, no sería extraño que Carlos Fernando Galán decidiera encabezar la lista del Nuevo Liberalismo pero hasta el momento se mantiene apenas como un impulsor de ese partido, puesto que, como se sabe, tiene la mira puesta en la próxima campaña por la Alcaldía de Bogotá en 2023. En cualquier caso, se dedicará a defender su liderazgo en la capital del país.

De hecho, trabajar en ese objetivo es también la manera de garantizar que su hermano, Juan Manuel, precandidato presidencial en la consulta interpartidista de la coalición Centro Esperanza, tenga también un resultado favorable en su aspiración de convertirse en el candidato único de ese bloque, a sabiendas de que los demás sectores estarán divididos entre Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Jorge Enrique Robledo y Carlos Amaya.

Por lo demás, este último es el precandidato presidencial avalado por Oxígeno Verde dentro de esta coalición, lo cual querría decir que con el respaldo entregado a De la Calle para Senado hacen parte de la misma tendencia.

La otra orilla

Pero a esas divisiones y posicionamientos de la coalición Centro Esperanza, en la capital, hay que añadir, por supuesto, lo que viene ocurriendo en los otros sectores políticos desde hace algunos días.

Por ejemplo, la decisión de Galán de volver de lleno a la política proselitista puede deberse al hecho de que el Centro Democrático hubiera confirmado como cabeza de lista esta semana a Uribe Turbay. Como se dijo, ambos se enfrentaron en la contienda por la Alcaldía en 2019, con los resultados ya anotados.


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En todo caso, parece evidente que la estrategia del uribismo consiste en no solo asegurar los 200 mil votos que había sacado el expresidente Uribe en su campaña senatorial de 2018 en Bogotá, sino que el propio Uribe Turbay mantenga parte importante de sus votos para la Alcaldía.

Aunque son dos eventos electorales completamente diferentes, en el Centro Democrático consideran que es la única manera de garantizar la unidad del uribismo en la capital y buscar unos excedentes para la lista nacional, más urgentes ahora que el expresidente Uribe no se volverá a postular, como sí ocurrió en 2014 y 2018.

La decisión de este partido no fue fácil, a raíz de que llegó a presumirse que la senadora María Fernanda Cabal, segunda al interior de esta colectividad en la puja por la candidatura presidencial (que ganó Óscar Iván Zuluaga), iba a encabezar la lista. Es claro que el escoger a Uribe Turbay radica en el hecho de que Bogotá es uno de los puntales clave de la estrategia electoral del Centro Democrático.

En ese sentido, parecería también obvio que la decisión de Galán de volver a la política proselitista radica en evitar que parte de su votación en el Distrito en la anterior justa electoral se pudiera deslizar hacia Uribe Turbay, capitalizando ese sector el accidentado trámite de la administración López.

Asimismo, otra opción que viene de las canteras de la política bogotana es el exministro David Luna, quien se da casi por descontado que será la cabeza de lista al Senado por Cambio Radical, partido dirigido por el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras.

Luna ha sido edil, concejal y representante a la Cámara por Bogotá, y en la campaña de 2019 estaba dentro del sonajero de candidatos a la Alcaldía, pero declinó en julio de ese año al evidenciar que no se haría una coalición con miras a crear un bloque contra la izquierda.

El sector de Vargas Lleras, como se sabe, ha sido tradicionalmente fuerte en Bogotá, con el senador Germán Varón Cotrino de líder capitalino tradicional. Pese a que se ha dicho que el dirigente no quiere incurrir en una nueva reelección senatorial, no se sabrá nada al respecto hasta el próximo lunes, cuando vence el plazo para la inscripción de listas.

El otro aspirante a la Alcaldía en las elecciones de 2019 fue Morris, quien obtuvo el tercer lugar y fue el representante del petrismo en esa contienda.

En esta oportunidad, si bien no va en la lista al Senado de la coalición del Pacto Histórico, que lidera el jefe de Colombia Humana, Morris se mantiene fiel al petrismo encabezando una lista de un movimiento significativo por firmas denominado Fuerza Ciudadana.

Al igual que en los casos de Uribe Turbay y de Galán, no se sabe cuántos votos podrá conservar de los que sacó en la contienda por la Alcaldía de cara a su aspiración al Senado.

3 millones en juego

En la ocasión anterior los votos para el Senado en Bogotá fueron 2.777.460 frente a un potencial electoral de 5.690.937 ciudadanos.

Obviamente por el fenómeno Mockus el partido más votado para Senado fue la Alianza Verde, con 543 mil votos, seguido del Centro Democrático, que sumó 465 mil. En tercer lugar quedó la lista a la Decencia (en donde estaba la Colombia Humana de Petro), con 234 mil votos. Luego se ubicó Cambio Radical con 196 mil votos y en quinto puesto quedó el Polo Democrático con 156 mil respaldos.

En esta ocasión el censo electoral para Bogotá es de 6.027.672 ciudadanos. Si se tomara como medida el nivel de participación electoral en las parlamentarias de 2018, que fue de 48,8%, podría pronosticarse que en marzo próximo irían a las urnas en la capital del país no menos de tres millones de personas, que sin duda alguna pueden inclinar la balanza de los comicios a nivel nacional.

Como se ve, la capital del país se confirma así como el mortero más determinante para las elecciones parlamentarias y, dado que ese mismo 13 de marzo se llevan a cabo las consultas interpartidistas para escoger candidatos únicos de las coaliciones presidenciales, que tienen vasos comunicantes claros con los candidatos a Senado y Cámara, también impactará de forma sustancial la contienda por la Casa de Nariño.