Juan Daniel Oviedo lleva escasos cuatro meses al frente del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) y ya le tocó afrontar su primer ‘chicharrón’: no cuadran las cifras del censo poblacional.

Y eso que cuando el presidente Iván Duque lo designó escribió en su cuenta de Twitter que “su experiencia nos brinda tranquilidad en el manejo de la información estratégica y estadística del país”.

Oviedo admite que está asumiendo el costo político por los resultados del censo, pero pide esperar a la evaluación que hará la comisión de expertos.

EL NUEVO SIGLO: ¿Hoy qué se puede decir del Censo?

JUAN DANIEL OVIEDO: Todos decíamos que según el reloj poblacional en 2018 seríamos 50 millones de habitantes, porque esa proyección se hizo con base en unos supuestos oficiales hace 13 años cuando debió ser para 10.

Las proyecciones demográficas con base en el censo 2005 no reconocieron muchas cosas que han pasado en el país en los últimos 13 años: las estrategias de mitigación de la pobreza, de inclusión laboral, de consolidación de la clase media, gracias a la bonanza petrolera entre 2008 y 2014. Y cuando eso sucede es un país que no crece tanto desde la perspectiva poblacional.

ENS: ¿Entonces qué pasó con las proyecciones del censo 2005?

JDO: Esas proyecciones nos llevaron a una senda de crecimiento que no pudo ser el reflejo de la realidad social y demográfica que iba sucediendo en el día a día del país. Y pues simplemente tenemos un descache muy fuerte que lo vamos a someter a evaluación, normalmente en América Latina los descaches censales son del 5,7%, del 6%.

ENS: Y entonces…

JDO: Es difícil de explicar, pero creo que las diferencias son reflexiones metodológicas con expertos que hemos hecho. Los censos son muy costosos. Este costó $410.000 millones y se hizo con un retraso de 10 años. Entonces el descache es mucho más fuerte, es mucho más difícil de explicar.

ENS: ¿La metodología no fue la mejor?

JDO: No podemos decir que la metodología fue mala, fue la mejor posible para las perspectivas que teníamos en 2005, cuando todavía no teníamos esas proyecciones económicas de hoy.

ENS: ¿Qué pasó con Bogotá? El descache es de 1,1 millones de habitantes…

JDO: En Bogotá lo que más ha crecido es la población flotante que no podemos medir. Antes de tener un contrapunteo muy fuerte con la Administración de Bogotá, pediría que esperemos los datos de municipios ‘dormitorios’ pequeños como Madrid, Mosquera, Funza, etc. La discusión debe darse es sobre el área metropolitana de Bogotá.

ENS: ¿Cuál fue la mayor sorpresa que se llevó con estos resultados?

JDO: En algún momento dijimos, ‘vamos a llegar a 46 millones’, porque yo esperaba encontrar toda la gente de las proyecciones para el Valle del Cauca, último departamento en recaudo de información. Estamos haciendo una revisión minuciosa de las cifras en Valle, Nariño y Chocó para estar seguros de que no hubo omisión censal.

También me causó muchísima impresión la prevalencia de hogares unipersonales y de dos personas, porque cada vez más colombianos viven en apartamento y no en casa; y que hay mayor participación laboral de la mujer: los hogares colombianos pasaron de 30% de jefatura femenina a 40%.

ENS: ¿Qué hace falta para consolidar este censo?

JDO: Falta la evaluación de la Comisión de Expertos Demográficos, una vez tengamos la cifra se vuelve oficial y tenemos que empezar a construir el modelo de desarrollo del país con base en esos datos.

ENS: La gente cree que se perdieron esos 400.000 millones de pesos…

JDO: Es una opinión difícil de sustentar. Todos los censos en el país se enfrentan a los problemas que vivimos en el día a día como los fenómenos climáticos de la Niña en 2009 y el Niño en 2011, esos fenómenos afectan una operación censal.

El censo perfecto no existe. Muchos expertos dicen que debió hacerse en un solo día, pero esos censos logran cobertura de 90%-92%, este censo tiene una cobertura del 99,8%. Entonces son argumentos que están en las nubes y así es mucho más fácil pensar que la plata la botamos.

ENS: ¿Si la Comisión de Expertos raja al DANE, qué va a pasar con este censo?

JDO: Es como cuando uno se raja en un examen de la universidad: a veces hay opciones de habilitar, o si la nota es definitivamente muy baja hay que decirle al país ‘no le podemos creer a estas cifras y tenemos que volver a repetir el censo’.

ENS: O sea, se perdería esa platica…

JDO: Sí, se perdería esa platica. Pero tenemos que esperar a conocer ese resultado. Le soy honesto, esas son las tres rutas que hay: que esas cifras se vuelvan oficiales, que se pueden mejorar con unas correcciones o le tengo que decir al país que según los expertos esto no está bien.

ENS: ¿Estaría dispuesto al desgaste político de repetir el censo?

JDO: Pues como funcionario público tengo que pensar que todos los escenarios son posibles, y cuando alguno de esos escenarios suceda, pues tendremos que tomar las decisiones que haya que tomar.