Blindaje a Ecopetrol | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Octubre de 2022

Máxima cautela en decisiones gubernamentales  

* No ideologizar ni improvisar rumbo empresarial

 

“No acabar con la gallina de los huevos de oro”. Esa es la frase con que no pocos analistas alertan al Gobierno sobre la necesidad de tener la máxima cautela en todo anuncio o cambio de política o énfasis del grupo empresarial Ecopetrol que es, de lejos, por capital y operación, la empresa pública más importante del país (88% de propiedad de la Nación), una de las principales multilatinas en materia de hidrocarburos y energía así como fuente primordial de recursos para la Nación (registró utilidades por 17 billones de pesos en el primer semestre).

La preocupación creciente sobre el futuro de Ecopetrol tiene dos flancos principales. De un lado, la intención polémica y velada del Gobierno en cuanto a no firmar nuevos contratos de exploración y explotación petrolera y gasífera, pese a las múltiples advertencias de instancias nacionales e internacionales sobre la gravedad de afectar la producción minero-energética, primer factor de exportación así como de generación de ingresos a la Nación. Y, de otra parte, el impacto del proyecto de reforma tributaria que, según lo advirtió el presidente de la empresa, Felipe Bayón, en carta al Congreso en la primera semana de este mes, sería muy negativo para las finanzas de la compañía debido a las erogaciones adicionales por la no deducibilidad de las regalías, sobretasa al impuesto de renta y los cambios en el régimen de zonas francas. Antes del ajuste anunciado el martes pasado, el incremento de la tasa efectiva de tributación era estimado en un 81%. De igual manera, estaría en riesgo el plan billonario de inversión en los próximos años, caería la producción, se impactaría el suministro de crudo a las refinerías del país, habría que importar combustibles más caros y, por ende, aumentaría la inflación y disminuiría la cantidad de divisas, impuestos y regalías, entre otros coletazos.

Pero no solo es la rentabilidad de la empresa sino su importancia dentro de la economía real. Este grupo empresarial, entre enero y agosto de este año, contrató bienes y servicios por más de $15 billones, equivalentes al 4% del Presupuesto General de la Nación en 2022. En el mismo lapso generó oportunidades de negocios por $3,1 billones. A ello se suma que movió más de 93 mil empleos a través de empresas contratistas, con un 84% de mano de obra local.

La empresa también acaba de inaugurar su oficina en Singapur para incrementar presencia en el mercado asiático, principal destino de las exportaciones. En materia ambiental, aumentó siete puntos en la última medición del Índice de Sostenibilidad del Dow Jones. También es considerada como la compañía con mejor capacidad para atraer y retener el talento en el país. Igualmente, semanas atrás la Refinería de Barrancabermeja fue elegida como la mejor de Latinoamérica. Asimismo, se le escogió como la segunda compañía con mejor reputación a nivel nacional. Ecopetrol, de igual manera, es líder en materia de transición energética. No solo concretó el año pasado la compra de la multilatina Interconexión Eléctrica SA (ISA), sino que desarrolla los parques más grandes del país en materia de generación de energía solar y eólica, al tiempo que avanza en la ejecución de un Plan Estratégico de hidrógeno de bajo carbono. Todo ello dentro de la meta de lograr cero emisiones netas de CO2 al año 2050…

Visto todo lo anterior, resulta evidente la importancia estratégica de Ecopetrol en cuanto a la autosuficiencia minero-energética, ingresos fiscales, dinamismo productivo transversal, regalías como motor de desarrollo regional y una pieza clave dentro del proceso de transición a energías limpias. Por lo mismo, cualquier decisión sobre el futuro del grupo empresarial debe ser sopesada y calculada, más aún porque cotiza en bolsa y es una acción muy sensible a la coyuntura diaria y los anuncios gubernamentales.

Siendo claro que el Ejecutivo estaba facultado para aplicar cambios en la junta directiva -que se concretaron el pasado lunes-, en modo alguno ello significa que ese poder decisorio sea patente de corso para poner en peligro el futuro de la compañía con políticas contagiadas por una lesiva carga ideológica, una peligrosa ‘torre de babel’ oficial sobre sus nuevos énfasis o, peor aún, un cambio accidentado de su objeto de negocio o ritmo operacional.

Ecopetrol requiere manejarse en el marco de una política de Estado, planificada con objetividad, ponderación y realismo económico, social e institucional. Dar lugar al capricho o la improvisación resultaría un error craso que afectaría el futuro del país, más aún en momentos en que la soberanía energética se convirtió en un asunto de seguridad nacional estratégica, como lo evidencia el coletazo de la guerra en Ucrania.