“La ALO Norte es un zarpazo que fragmenta tres ecosistemas”: Urrutia | El Nuevo Siglo
 La secretaría de Ambiente, Carolina Urrutia, explicó cómo se amplía la Estructura Ecológica Principal en 28.000 hectáreas.
Foto El Nuevo Siglo/Diana Rubiano
Domingo, 3 de Octubre de 2021
Redacción Bogotá

Sin lugar a dudas, el medio ambiente es el hilo conductor del Plan de Ordenamiento Territorial. Desde que la alcaldía recibió el concepto por parte del Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD) la alcaldesa Claudia López se encargó de dejar claros dos elementos diferenciadores de esta hoja de ruta, comparativamente con cualquiera otra que se hubiera propuesto:

Este Plan enruta a Bogotá hacia la adaptación del cambio climático (y de ahí que esté proyectado para ir más allá de sus 12 años de vigencia), y al “subir” la jerarquía de la Estructura Ecológica Principal (EEP), el ordenamiento de la ciudad estará hasta cierto punto condicionado por esta misma. 

EL NUEVO SIGLO habló con la secretaria de Medio Ambiente, Carolina Urrutia, quien explicó cuál es la apuesta de este POT en materia de medio ambiente.

EL NUEVO SIGLO: Hemos oído que este POT le da a Bogotá las herramientas para hacerle frente a la adaptación del cambio climático. ¿Cómo lo hará?

CAROLINA URRUTIA: Te diría que lo hace de muchas maneras, porque lo hace desde todos los sectores, pero lo primero en efecto es que este Plan amplía la Estructura Ecológica Principal en un 30%, y ese es realmente notable en una ciudad como la de Bogotá, con las tentaciones que tiene de desarrollo y los déficits que tiene en varios aspectos. Es notable que tome la decisión de crecer de una manera más inteligente, sin hacerlo en las zonas rurales o de importancia ambiental.

Gran parte de la EEP está en la ruralidad, pero tenemos componentes urbanos súper importantes y probablemente el más importante de ellos son los humedales, que también estamos ampliando en área en un 20% con la creación de dos nuevos y con la ampliación de casi todos ellos, mejorando sus condiciones y funcionalidad.

Lo segundo es la decisión de no ampliar las áreas de expansión urbana y esa es una decisión clave que nos adapta al cambio climático. El cambio climático significa que los fenómenos climáticos que ya tenemos van a subir el volumen y vamos tener fenómenos muy similares a los existentes, pero con mayor intensidad y con mayor frecuencia.

Los fenómenos climáticos que más suceden en Bogotá son las inundaciones, los encharcamientos y hemos tenido pocas pero significativas etapas de sequía. Entonces frente a lo que más padecemos, necesitamos estos espacios naturales para que nos presten los servicios de regulación hídrica que necesitamos (recuerda que a mayor endurecimiento menos drenaje). Al no ampliar las áreas de expansión urbana, al dejar de endurecer suelo e incluso al aliviarlo otro tanto para devolverle su capacidad de drenaje, nos estamos adaptando al cambio climático.

Y la tercera, aunque por fuera de mi sector, es que este POT tiene una agenda de movilidad que nos está desprendiendo poco a poco de los combustibles fósiles, y en el transporte público de manera muy acelerada.

ENS: Lo macro que hemos oído sobre el componente ambiental del POT es que propone ampliar la EEP en un 30%, pasando de 96.000 a 124.000 hectáreas. ¿Cómo lo hará?

CU: La EEP es la base natural que necesitamos para acceder a los servicios ecosistémicos vitales para subsistir como ciudad: agua, aire y suelo. La EEC lo que hace no es coger todas las áreas verdes y ponerlas en una canasta sino definir, de todas esas áreas, cuáles son esenciales para el funcionamiento ecosistémico de la ciudad.

Entonces por ejemplo se contemplan algunos parques, pero solo los que tienen vocación ambiental, y no se incluyen los jardines privados. Ahora, ¿qué contempla? Las áreas protegidas, las reservas distritales, las áreas de especial importancia eco sistémica, el sistema hídrico y las áreas complementarias (parques contemplativos, los parques de borde y las áreas de resiliencia climática). Y cuando un área está en la EEC tiene reglas de juego específicas diseñadas desde el POT. De acuerdo con su nivel de protección, tiene unos usos condicionados y unos usos prohibidos.

ENS: Si este POT llegara a no aprobarse, ¿qué pasaría ambientalmente? 

CU: Aunque el Decreto 190 fue bastante protector, si Bogotá siguiera con esta norma nos quedaríamos sin darle claridad a muchos conflictos socio-ambientales que son absolutamente innecesarios que hay que resolver y que este POT resuelve. ¿Hay cruces entre la estructura de movilidad y la EEP? Sí, pero aquí resolvemos los más urgentes. Hay falta de claridad en qué se puede y qué no se puede hacer en los humedales y este Plan lo resuelve.

¿Hay un deseo por espacio público con vocación ambiental en el Río Bogotá y en los Cerros Orientales? La hay y de ahí la discusión de Las Mariposas y de Ciudad Río. Este POT dice: hagamos aprovechamiento, pero en los términos que dejaron las dos sentencias. Ese sí sería un tema que se quedaría muy corto si no pasa el POT porque no se ha incluido en el ordenamiento ni la sentencia de los Cerros Orientales ni la del río Bogotá, y eso lo hace este Plan.

Movilidad  

ENS: Este POT reconoce que hay vías necesarias pero cuyas obras entran en “conflicto” con la EEP, específicamente la del Humedal Capellanía y Tunjo. ¿Cómo explicar el problema alrededor de estas obras desde el punto de vista ambiental y por qué se mantuvieron en el Plan? 

CU: ¿Estos son los únicos conflictos entre la estructura de movilidad y la EEP? No. Hay miles, sea entre un ciclo vía y la ronda hídrica de una quebrada o un ciclo vía y un canal, miles. Pero las únicas grandes, que nos afectan ecosistemas sensibles, que ya tienen diseños y que se están acercando a alguna forma de cierre financiero, son las que este POT resuelve.

La principal es Capellanía y la obra que por allí pasará es la ALO Centro que, como toda la ALO, lleva atrasada 60 años. Cuando se declaró el humedal estaba claro que por ahí pasaría una vía que se llevaría una esquina del humedal y el plan de manejo del mismo tiene la vía incluida. ¡Está trazada la vía desde el 2009! E incluso hay una hoja de firmas de la comunidad que reconoce que por ahí pasaría una vía que, te aclaro, es elevada.

Con esa salvedad en mente, esta Administración tomó dos decisiones: redujo el perfil de la vía a solo 60 metros para que tocará menos porción del humedal, y para no dejarlo en conflicto se contempló la ampliación del mismo.

El Concejo planteó meterla por el barrio, pero reasentar comunidades es muy difícil y más en un barrio que ya está completamente consolidado. Si alguien me trae evidencias de que esa comunidad prefiere dejar sus hogares, e irse a vivir probablemente a Soacha para que no se afecte el humedal, podemos tener esa conversación. Y en el Tunjo hay un puente y no es necesario recortar el humedal. No se recorta y de hecho se amplía de manera considerable. Esta es una necesidad de la ciudad porque no le encontramos reemplazo. La ALO Centro se tiene que hacer, caso diferente a la ALO Norte.

ENS: La ALO Norte ha sido central en lo que ya llevamos de debate sobre el POT. ¿Cuál es la lectura que la Secretaría de Ambiente hizo de esta obra?

CU: Si a ti te cortan un dedo, es doloroso, pero de todas formas puedes seguir con tu vida. Eso es lo que pasa con Capellanía en donde no se afecta el funcionamiento del humedal. La ALO Norte atravesaba Tibabuyes por la mitad, la Conejera por la mitad, y atravesaba el Bosque de Las Mercedes en la reserva Thomas Van Der Hammen, único reducto de bosque antiguo que tenemos en toda la reserva. Acababa con el bosque.

Enrique Peñalosa hablaba de un puente elevado, pero eso implica unas bases, unas zapatas que implica fundir metal y meterle concreto. La ALO Norte es pegarle un zarpazo al torso: nos fragmenta tres ecosistemas, el humedal más grande de Bogotá, otro que está en muy buenas condiciones y la parte más sensible de la reserva.

ENS: No se hace la ALO Norte por lo que acaba de mencionar. ¿Este POT plantea alternativas?

CU: Sí. Se va a ampliar la Autonorte, la Carrera Séptima, se va a hacer el tramo de la Avenida Boyacá que falta y se va a ampliar la Guaymaral. Adicionalmente vamos a tener un Regiotram por el norte y eventualmente una línea de metro para ingresar por el Norte. Entonces no es necesaria, es reemplazable y tenemos que pensar que en 300 años no vamos a tener carros a combustibles fósiles y es algo que desde ya se está desincentivando.


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Río Bogotá y calidad del aire 

ENS: Este POT propone la creación de zonas urbanas por un mejor aire, ZUMA. Háblame de eso.

CU: Bogotá es inequitativa en casi todo y lo es en recursos naturales y calidad ambiental. El suroccidente de la ciudad tiene unas condiciones en calidad del aire mucho más sensibles que el norte. Las ZUMAS son una estrategia para hacer declaratorias de zonas que necesitan mejorar su calidad aire para que se tomen medidas no solo desde Ambiente y Movilidad, que son los que habitualmente actuamos a este respecto vía sanciones o restricciones a la circulación, sino desde todos los sectores.

Te pongo un ejemplo: siempre pensamos en carros y en emisiones cuando pensamos en mala calidad del aire. Pero el mal aire tiene mucho que ver con el estado de las vías, por un fenómeno que se llama re-suspensión. Las vías no pavimentadas levantan polvo. Entonces cuando decimos que necesitamos intervenciones intersectoriales en zonas declaradas, implicará que yo le puedo decir por ejemplo a la Unidad de Mantenimiento Vial que me pavimente unas para mejorar el aire.

ENS: Usted acaba de mencionar al Río Bogotá. ¿Cuál es la apuesta a su alrededor?

CU: Todos sabemos que la agenda de descontaminación del río depende de las plantas de tratamiento y estamos avanzando en esa tarea. Pero, un pero grande: Bogotá tiene que ordenar suelo alrededor del rio. La Sampa, que es la zona de manejo y protección estaba en el área de manejo especial del rio, se creó dejando 300 metros de Sampa para que esa zona quede sin ocupación. Eso estaba en el Decreto 190, pero con el paso de los años, sobre todo entre Bosa y Kennedy se fueron consolidando procesos de urbanización que este POT está reconociendo. En una ciudad con estos niveles de informalidad lo que no se ocupa y de lo que no nos apropiamos, se ocupa ilegalmente.

Siempre se van a respetar esos 300 metros, así como los temas de gestión del riesgo, pero en las zonas de la Sampa que ya tienen barrios enteros toca reconocer que están ahí. Eso y los dos patios talleres del Metro

Fuera de eso, entre el 87 y el 89% de la Sampa queda exactamente igual pero no quedará como Sampa por dos razones: la primera, que esta figura no existe en la norma nacional. Lo que existe es ronda hídrica, y así se comenzará a hablar. Entonces se reconoce esa área pero también se reconocen unos usos específicos. Va a ser parque lineal del rio Bogotá y los parques de borde (el de Cerro Seco en el borde con Soacha y el de Cerros Orientales) y de resiliencia climática, que son intervenciones de vocación ambiental y ecológica pero con la posibilidad de aprovechamiento.

Herencias de Enrique Peñalosa  

ENS: De la Administración pasada este POT mantiene varias cosas pero sobre todo dos proyectos que, palabras de la secretaria Jaramillo, “son muy importantes”: Lagos de Torca y Reverdecer del Sur. ¿Por qué son tan problemáticos desde el punto de vista ambiental?

CU: Yo creo que Bogotá ya hizo las paces con Lagos de Torca pero Reverdecer del Sur sí va a ser una ampolla. Lagos de Torca es la culminación de 20 años de trabajo. Lo hemos adoptado y creemos que es absolutamente necesario para el crecimiento ordenado del norte de Bogotá, y que tiene la responsabilidad de ser el proyecto vecino de la Reserva TVDH.

Te aclaro algo: este proyecto no está en el POT porque Lagos de Torca ya tiene el Decreto 088, pero sí lo reconoce. En lo que hemos trabajado es en asegurar que Lagos de Torca cumpla con lo que necesitamos en términos de conectividad al estar en un lugar tan estratégico. Y por supuesto trabajamos en la ampliación considerable, en 20 hectáreas, del humedal Torca-Guaimaral.

ENS: ¿Y qué pasa con Reverdecer del Sur?

CU: Entonces, ¿Por qué nosotros somos tan valientes y arrogantes de llamarle Reverdecer del Sur? Hay una zona del Río Tunjuelo que lleva más de 60 años con explotación minera y que por una amenaza de inundación en el 2002 creó dos lagunas en los “pits” mineros para evitar la inundación de todos estos barrios. Eso fue objeto de unas demandas y parte de lo que concluyeron esas demandas fue este acuerdo entre privados y el Gobierno, de que este suelo se puede incorporar a la ciudad.

En este momento hay una ciudad extremadamente consolidada alrededor del Tunjuelo, con el cauce de un rio destruido y una explotación minera que hoy es una escombrera y que parte a la ciudad en dos. Esta es una pieza urbana que la ciudad necesita y los parques y las áreas protegidas no son la única manera de lograr justicia ambiental. En esta zona de la ciudad tenemos muchos déficits y Reverdecer del Sur es un proyecto de una nueva centralidad económica alrededor de los cierres mineros y la recuperación del cauce. A diferencia de todos los ríos del país aquí tuvimos que definir las áreas alrededor del rio pero sin el cauce.

No podemos generarle a las personas una expectativa de que si se va Cemex mañana la gente va a ver un rio cristalino, corriendo y un bosque de especies nativas y que nosotros lo estamos prohibiendo metiendo vivienda. Eso no es así. Le metimos empleo, le bajamos al grado de la intervención y priorizamos el cauce del rio.