Archivo de Bogotá ha digitalizado cerca de 8 millones de documentos | El Nuevo Siglo
Archivo de Bogotá
Viernes, 23 de Septiembre de 2022
Redacción Bogotá

El Archivo de Bogotá está a 11 meses de cumplir dos décadas, y en los últimos años se ha dedicado a la digitalización de todos aquellos preciados documentos que son, nada más y nada menos, que la memoria capitalina contenida en 15 mil metros lineales de archivos, lo que se traduce en 109 fondos y colecciones.

A cargo tanto de la gestión documental de la Administración Pública, como de la protección de la documentación patrimonial de la ciudad, aunque el registro electrónico del Archivo de Bogotá no comenzó con esta gestión, a la fecha ya se han digitalizado alrededor de 8 millones de imágenes.

Paralelamente a este proceso, sí fue esta Administración de Claudia López la que se puso en la tarea de consolidar un Catálogo Distrital de Archivos Públicos Abiertos, el cual aún está en proceso. La intención es que se lance en agosto del año entrante con el fin último de resguardar toda la riqueza documental histórica, transferida por el Fondo del Concejo de la ciudad entre 1597 a 1834 y de 1900 hasta 1993.

“Esto es un proyecto de ciudad en donde todas las Administraciones que hemos estado al frente de Bogotá nos hemos comprometido con este proceso. Ahora, es importante aclararte que no es que vayamos a tener todos los temas y documentos digitalizados, pero la búsqueda de los archivos se podrá hacer a través de un catálogo digital. La búsqueda aún es por fichas y por eso lo que queremos es tener el acceso al mismo como lo tienen las bibliotecas, en donde se busca un archivo y se sabe que ese archivo existe. Eso no lo teníamos y sí comenzó con esta Administración para que la gente pueda acceder a los registros”, comenzó por explicar a EL NUEVO SIGLO la subsecretaria de Fortalecimiento Institucional de la Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá y directora encargada del Archivo, Patricia Rincón.

Añadió que la ciudad ha avanzado en la digitalización de buena parte de la documentación y es así como pasarán a la gestión del archivo, en el futuro, todos los documentos que tienen que ver, por ejemplo, con la construcción del Metro. ¿Por qué? Porque estos son documentos que luego pueden volverse patrimoniales. “No toda la gerencia pública y toda la gestión pública tiende a volverse patrimonial. Hay otra, como la del Metro, que sí lo será”, explicó.

70 mil visitas al Cofre Virtual

Otra de las herramientas que sacó adelante esta Administración y que ha rendido frutos es el Cofre Virtual, que se lanzó el 13 de octubre del año pasado para facilitar la búsqueda y recuperación de documentos textuales, fotográficos, gráficos, sonoros y digitales de gran valor patrimonial para la ciudad, a un click de distancia.

Con más de un millón de archivos listos para las consultas ciudadanas, “a la fecha esta herramienta cuenta con 70 mil consultas en línea sobre los fondos y las colecciones allí disponibles. Hay personas muy interesadas en los procesos históricos de la ciudad y desde el equipo de archivo hemos motivado a la gente a que se interese por estos temas”, precisó la subsecretaria.


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Misión: preservar la memoria

Advirtió, no obstante, que más allá de los procesos de digitalización y de las herramientas que le facilitan a la ciudadanía el acceso a la documentación, lo que no se puede perder de vista es la meta última de preservar la memoria histórica de la ciudad y de garantizar que documentos y libros antiguos no se vayan a perder para las futuras generaciones.

“Nosotros tenemos el primer libro que se publicó en Bogotá y está protegido en el Archivo por nosotros. El corazón del Archivo, unas bodegas gigantes de almacenamiento en donde tenemos todas las condiciones técnicas para la preservación documental de la memoria de la capital, es lo que llamamos el Cofre, porque guardan los grandes tesoros de nuestra memoria. Allí están registrados, debidamente documentados, catalogados y protegidos, con todas las condiciones ambientales, los documentos para que puedan vivir en el tiempo. Por eso es tan importante hacer ese catálogo: para que cuando se requiera información de la ciudad pueda ser usada sin que el documento se vea expuesto”, precisó la subdirectora.

Vale mencionar, a manera de anécdota, que el documento más antiguo que tiene el Archivo es el “Ramo de propios”, que data de 1685 y compila la fundación de los servicios públicos que tenía entonces la ciudad.

Este archivo se salvó, de milagro, del incendio de las galerías “porque fue lanzado por una ventana”. Ese incendio, ocurrido la noche del 20 de mayo de 1900 y que sería conocido como el fuego que acabó con la memoria capitalina, fue propiciado por el comerciante alemán Emilio Streicher, con la intención de cobrar el seguro que amparaba su negocio, una sombrerería. Este incendio acabó con la edificación, destruyó la sede de la compañía de teléfonos, algunas casas vecinas y convirtió en cenizas el archivo histórico del Concejo, con lo cual se perdió toda la documentación colonial de la ciudad. 

Y el libro más antiguo que tiene el Archivo es de 1787: “Historia del Cristo paciente”.

Recuperando la memoria oral

Por último, si bien es cierto que el Archivo de Bogotá ha capturado la memoria a través de la preservación documental, de fotografías, de videos, etc., hay mucho de la historia de las localidades que subsiste en una memoria oral.

Por consiguiente, uno de los proyectos más importantes que adelantará el año entrante el Archivo es el denominado “Bogotá historia común 2.0”, en el que se recogerá la memoria oral que está en la comunidad y que explica mucho de la historia de las localidades.

“Vamos a recoger la historia de la vocación de las localidades. ¿Por qué el 7 de agosto y toda esta localidad de Barrios Unidos se dedica al tema de autopartes? ¿Cómo nace en El Restrepo la vocación de zapaterías, de cueros? ¿Cómo se transforma la localidad de Usaquén en un centro de temas financieros, de World Trade Center? y ¿cómo llega el barrio Santa Fe a transformarse en una zona roja? Vamos a recoger esa forma en que la ciudad se fue autoconstruyendo a través de las memorias de las personas y ya desarrollamos la metodología. Lo vamos a tener digitalizado en junio del año entrante”, finalizó la directora encargada del Archivo.