Putin y Zelenski: enfrentamiento bélico en las antípodas | El Nuevo Siglo
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Domingo, 26 de Febrero de 2023
Redacción internacional con AFP

EL contraste no puede ser más grande entre un exagente de la KGB en el poder desde hace más de dos décadas, tratado como un paria por buena parte del mundo, y el excómico que ganó la presidencia, al poco tiempo se convirtió en real comandante en jefe, eje de la solidaridad casi global e idolatrado por Occidente.

Entre Vladimir Putin, de 70 años, y Volodimir Zelenski, de 45, el enfrentamiento es también el de dos figuras de estilos opuestos.

"Es evidente que se trata de dos tipos de dirigentes fundamentalmente diferentes. Uno moderno, joven, informal, centrado en el desarrollo. El otro cerrado, arcaico, autoritario y con complejos e ideas locas", afirma el politólogo ruso Andréi Kolesnikov del Fondo Carnegie, un centro de reflexión con sede en Washington.

Los dos nacieron en el mismo país, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Pero sus 25 años de diferencia de edad marcan la ruptura entre dos visiones del mundo. Para Putin, una búsqueda de poder teñida de un revanchismo nostálgico, que posteriormente bautizó como la reconfiguración de un nuevo orden mundial. Para Zelenski, la apertura a Occidente y la modernidad.

Desde la entrada de las tropas rusas en Ucrania el 24 de febrero de 2022, esta oposición de ideas se trasladó a las armas, en un combate con aires de David contra Goliat y que a los pocos meses, para sorpresa de todos, el enano plantó cara, con donaire y resistencia, al gigante.

Zelenski, un excómico que asumió su cargo en 2019, no tenía más experiencia que sus discursos en las redes sociales. Una costumbre que ha seguido en tiempos de guerra con intervenciones por video que difunde cada noche y en los cuales da esperanza a los ucranianos y promete la victoria.

Con el rostro cansado por un año de combate, ojeroso y casi siempre vestido con una camiseta color caqui, el presidente ucraniano ha sido transformado por el conflicto y se ha forjado un aura nacional e internacional.

Zelenski no duda además en levantar la moral de las tropas en el frente, como en diciembre de 2022 en Bajmut, el epicentro de los combates en el este.

 

 "No es nadie"

Para el politólogo ucraniano Anatoli Oktysiuk, el jefe del Kremlin había subestimado por completo a su homólogo.

"Putin lo trataba como un payaso, un cómico, un bufón. La invasión (...) es el resultado de haber subestimado a Zelenski, de su arrogancia, su falta de respeto", dice.

Lejos del terreno, a la inversa de su adversario, Putin ha adquirido la imagen de alguien aislado, que pasa el tiempo esencialmente en el Kremlin para interminables videoconferencias televisadas con ministros y altos funcionarios, en las que acusa a Ucrania de nazismo y amenaza a Occidente.

Porque el presidente ruso evita la mayoría de los compromisos públicos. Así, por ejemplo, el pasado martes, con motivo del Día de los Defensores de la Patria, dijo en un video que el ejército es el "garante" de la estabilidad del Estado ruso y prometió aumentar la producción industrial militar para satisfacer sus necesidades en Ucrania.

"Un ejército y una marina modernos y eficaces son el garante de la seguridad y de la soberanía del país, el garante de su desarrollo estable y de su futuro", declaró el mandatario ruso ese día, horas después de su discurso sobre el estado de la Nación, en el que ratificó los inamovibles objetivos de su operación especial en Ucrania.

Putin nunca se ha acercado a la zona de guerra ni ha participado en el entierro de soldados, un contraste con la imagen de hombre duro que había cultivado durante años, entre demostraciones de yudo y cabalgatas con el torso desnudo en la taiga.

La incomprensión mutua entre Volodimir Zelenski y Vladimir Putin se ha transformado en odio.

"Para mí, no es nadie", lanzó a finales de enero Zelenski a propósito de su homólogo.

En el Foro Económico de Davos se refirió incluso a la posibilidad de que Putin esté muerto, dando a entender que en su lugar se habría colocado un doble.

"No logro determinar si está verdaderamente vivo, si es él u otra persona que toma las decisiones", afirmó Zelenski.

Vladimir Putin no se queda atrás y trata a Zelenski y su equipo de "banda de drogadictos y neonazis" que orquestan un "genocidio" de la población de habla rusa de Ucrania.

"Putin no considera a Zelenski como el tipo de político con el cual está dispuesto a hablar o negociar. Para él, Zelenski es un desconocido, son incompatibles", subraya Andréi Kolesnikov.

 

Único encuentro

El exprimer ministro israelí Naftali Bennett aseguró a principios de febrero que recibió garantías de Putin, en los primeros días de la guerra, de que no mataría a su homólogo ucraniano.

Antes de la invasión, los dos presidentes se habían reunido en 2019 para una mediación de paz para el este de Ucrania, donde las fuerzas de Kiev combatían a los separatistas prorrusos controlados por Moscú.

Durante esta reunión en París, Zelenski, recién elegido, aparecía retraído ante su homólogo, mucho más experimentado. Todo lo contrario, a la determinación demostrada por el presidente ucraniano hoy en día.

Durante un momento que ha dado de qué hablar, Putin, sentado a la mesa de negociaciones, ordenó a Zelenski darse vuelta hacia las cámaras, lo que éste hizo de inmediato con una sonrisa.

En Moscú, es otra aparición de Zelenski la que ha quedado grabada en la memoria. La de su actuación durante una emisión del Año Nuevo de 2013 en la televisión rusa.

De traje y pajarita, el por entonces cómico, canta, baila y encadena las bromas ante las risas y los aplausos de la flor y nata cultural y mediática rusa, la misma que hoy en día lo insulta.

Vecinos y presidentes, son tan distintos como distantes. A un año de la guerra, están más que radicalizados y convencidos, cada cual, de su posibilidad de ganar. El ucraniano reforzado con moderno armamento y carros de combate como los tanques Leopard que ya ruedan en el este del país y el ruso con la amenaza de usar armas más potentes, sin descartar las nucleares. Mostrándose los dientes, como se dice popularmente, en el actual escenario un diálogo de paz es solo pensar con el deseo. Y así este conflicto en Europa arranca el segundo año. /