El legado internacional | El Nuevo Siglo
Miércoles, 24 de Febrero de 2021

El nacionalismo que se tomó a USA y al Reino Unido se ve como un irónico oxímoron. Lo que prevalece de esas siglas es la desunión y la discordia en ambas naciones.

En esta semana China recién desplaza a USA como mayor socio comercial de Europa.

Francia, por ejemplo, tiene una armada naval superior a la del Reino Unido, algo inédito desde hace siglos. Inglaterra es ahora más isla, justo cuando más necesita de la integración europea para sobrevivir. Para sobrevivir no para prevalecer. Y su deuda supera el ciento por ciento de su producción anual. Tiene riesgos inminentes de fracturación con Escocia y con Irlanda. La magnitud de lo que ha ocurrido a su agro-industria con el Brexit no se termina de cuantificar. Los empresarios que habían recibido saludables advertencias del gobierno de preparase, ahora han descubierto que los que no estaban preparados para el cimbronazo eran los propios burócratas ingleses. Y las exportaciones están empapeladas, detenidas sin fin a la vista.

El presidente Biden cesó la negociación afrentosa de suma cero del “América Primero” de su antecesor Trump. Retoma las negociaciones multilaterales en las que es posible el gana-gana, y en las que no hay un vencedor y un vencido como en un duelo de gladiadores, sino una red que permite que el todo logrado supere la suma aritmética de las partes. Partes que, sin esa multilateralidad, serían enconados enemigos.

Por supuesto las fórmulas diplomáticas de Pekín y las de Washington, por buenas que sean, no impedirán la fuerte competencia que a ojos de buen cubero está perdiendo USA. Esa rivalidad no es superable. En eso no hay que ser ingenuos. Y la competencia por la supremacía continuara durante lo que queda del siglo, a menos que se presente un conflicto abierto, y en ese caso es mejor no pronosticar nada. Los imperios pueden convivir o malvivir, pero en todo caso vivir como ocurrió con Roma y Cartago durante varios siglos. O el imperio Español y el Otomano. Y en esos casos la lucha sí era al estilo Trump en que solo uno gana. Pero hoy en día la conflagración atómica acabaría a todos, no habría ganador claro. Si es que queda un planeta habitable.

Los imperios son motores que mueven la historia, equivalen a lo que Marx llamó el sujeto histórico (creía que sería el proletariado). Su fuerza se trasmite por una serie de alianzas más o menos beneficiosas para las partes que los acobijan. Algunos rompen con ese equilibrio y terminan girando en torno al otro polo como le ocurrió a Cuba con la URSS.

Cuando cae un imperio lo que deja son aliados huérfanos como nos ocurrió con la implosión del imperio Español. Europa tardó siglos en reagruparse tras la caída de Roma.

No se sabe por qué unas naciones devienen imperios y otras, no. Se cree que obedece a la teoría del caos. En todo caso solo han existido poco más de setenta en la historia universal.