CON Noruega como campeón indiscutible en el mercado, la revolución de los automóviles eléctricos se acelera en el mundo, pero particularmente en los países de la Unión Europea, donde las ventas de éstos el año pasado marcaron récord: 12.1%.

Así, La palabra "rekkevideangst", que se traduce como "ansiedad por la autonomía" de un coche eléctrico, se ha convertido en un término común en Noruega, uno de los integrantes del bloque comunitario, donde la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel se prohibirá a partir de 2035.

En ese país nórdico, cuatro de cada cinco coches nuevos vendidos en 2022 eran modelos de motor eléctrico, un hito en un país que es un importante productor de petróleo y que tiene como norte terminar con los autos impulsados por energías fósiles en tres años, anticipándose una década a la meta fijada por sus socios europeos.

Y esta revolución en la movilidad que tiene como colofón reducir la profunda huella medioambiental se aceleró en el mundo por una razón súbita: la crisis de hidrocarburos por la guerra en Ucrania.

Pero vale aclarar también el mercado automovilístico europeo sufrió un frenazo en 2022 a causa de la escasez de chips. Sin embargo, los automóviles eléctricos, protegidos por los fabricantes, resistieron y este año prefigura una aceleración a fondo, después de que la venta de estos vehículos alcanzara el porcentaje reseñado anteriormente.

"El crecimiento de las ventas de los eléctricos superará de lejos el del mercado", apunta Al Bedwell, del gabinete LMC Automotive, basándose en el balance del mercado. De esta forma y pese a que el sector fue ralentizado por la pandemia y por problemas de suministro de partes, en 2022 la adquisición de estos automóviles subió 28% respecto al año inmediatamente anterior, sumando 1,1 millones de unidades.

Las ventas de esos nuevos autos impulsados con energías limpias habían sido 9.1% hace dos años y tan solo 1.9% en 2019.

Además de Noruega, destaca que mercado alemán donde el acelerón en la compra de los eléctricos se registró en los últimos meses del año, antes de que se redujeran los beneficios que impulsaron ese crecimiento. En contraposición, el italiano fue el único donde cayó este comercio.

En la Unión Europea, los híbridos no recargables siguieron igualmente creciendo (+8,6%) y representan ya el 22,6% de las ventas, con poco más de dos millones de ejemplares vendidos, mientras que los recargables (dotados de motor de gasolina o diésel y de un pequeño motor eléctrico recargable en un enchufe) se frenaron por primera vez, con un incremento de ventas del 1,2%, a 874.182 unidades.

En total, los coches eléctricos (híbridos y 100% eléctricos) superan desde final de 2021 las ventas de coches de gasolina, que representaron el 36,4% de las mismas el año anterior, con casi 3,3 millones de unidades.

El director general de Renault y nuevo presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Luca de Meo, sostuvo que “avanzamos rápido, más que otros sectores" y  alertó que "esta transición no puede limitarse al sector automotor".

De Meo destacó la necesidad de instalar más estaciones y enchufes de recarga, cuyas instalaciones se limitan a 2.000 por semana en la UE, muy por debajo de las 14.000 necesarias según el sector.

Los fabricantes europeos están invirtiendo unos 250.000 millones de euros en modelos eléctricos, destacó Luca de Meo, quien tras admitir que al tenor de los precios son los hogares con mayores posibilidades económicas los que están comprando estos vehículos, pero “esta situación debe cambiar a medida que se generalicen los coches eléctricos”.

China primero, pero…

China conserva su posición de pionera en la reconversión del sector, con políticas públicas muy favorables hasta ahora, y las ventas de vehículos eléctricos se duplicaron en 2022. Pero estas podrían perder ritmo este año, en consonancia con la evolución de la actividad económica china, según expertos de LMC.

El mercado norteamericano va por detrás. Pero con el aumento de los modelos eléctricos de Ford o General Motors, sobre todo camionetas, los autos eléctricos podrían representar hasta un 7% en el mercado este año, con 1,3 millones de vehículos previstos, según LMC.

En total, uno de cada ocho coches (12,5%) que se vendan en el mundo en 2023 podría ser eléctrico.

En América Latina, Colombia lidera la carrera hacia el transporte sostenible, con el crecimiento en ventas de vehículos híbridos y eléctricos. La Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica que el gobierno Duque puso en marcha en 2019, tenía como objetivo introducir 6.600 autos eléctricos para 2022 y 600 mil para 2030. Esa primera cifra se ha superado con creces, ya que según informó “Andemos”, en 2021 se vendieron 14.694 unidades (de ellos 6.418 eléctricos) y el año pasado ascendió a 22.141 (conservando la proporción anterior).

A nivel global, Tesla, el fabricante que inició la revolución eléctrica, se mantiene como el mayor vendedor esa categoría. La empresa de Elon Musk vendió 1,3 millones de unidades en 2022, con su SUV Model Y a la cabeza y prevé un aumento del 37% para este año.

Pero el chino BYD le va a la zaga. El fabricante casi triplicó sus ventas de vehículos eléctricos en 2022 (con 900.000 unidades) y espera desarrollar su actividad en Europa y en América del Norte.

Los fabricantes chinos como BYD o NIO son "los más competitivos del mundo, trabajan más duro y de forma más inteligente", subrayó recientemente Musk.

Los veteranos del sector como Volkswagen (con su gama ID pero también las marcas Porsche, Audi o Cupra) y el grupo Stellantis (Peugeot, Jeep) también están lanzando cada vez más modelos eléctricos para así posicionarse en este jugoso mercado.

Los líderes del sector del lujo, como Rolls-Royce o Ferrary, prevén lanzar sus primeros modelos eléctricos próximamente.

El único que sigue defendiendo los híbridos es Toyota, que los presenta como una solución más accesible y concreta para la transición ecológica.

¿Guerra de precios?

Los autos eléctricos continúan siendo, de media, mucho más caros que sus equivalentes de gasolina, vendiéndose a partir de los 35.000 euros (38.000 dólares), lo que los hace inaccesibles para las clases medias, pese a las subvenciones.

Y si bien el líder del sector, Tesla, redujo con fuerza sus tarifas hasta un 20% en Europa y en Estados Unidos y Ford afirmó que lo hará prontamente, Renault ni Volkswagen quieren entrar en una guerra de precios dentro de un sector que de momento es muy jugoso.

"Al final, cada uno trata de proteger sus márgenes. Lanzar una guerra de precios justo cuando lanzamos las operaciones no es lo mejor que le pueda suceder al mercado. Necesitamos invertir", sostuvo De Meo.

"En 2022 no había bastantes vehículos para responder a la demanda. La situación podría invertirse este año y los fabricantes deberán 'darle un empujón' a sus vehículos y hacer que bajen los precios", comentó el analista alemán Matthias Schmidt.

También podrían reaccionar a la llegada de los fabricantes chinos, que además de proponer los autos importados a unos precios más ventajosos, se están planteando fabricarlos en Europa.

Además, se espera que en los próximos años lleguen al mercado modelos más pequeños y baratos, como el Renault 5.

Como se ve, este es un mercado imparable. Y aunque el temor a una avería sigue siendo uno de los principales factores que preocupan, así como su autonomía y recarga, que puede durar desde 20 minutos a varias horas -según la potencia de la estación de recarga- se están posicionando por la conciencia individual, cada vez más mayor, de aportar al cuidado medioambiental.

Y aunque la mayoría de recargas se hagan en casa, es crucial que se desarrollen estaciones de carga rápida, según los representantes del sector automovilístico.

Según un informe del gabinete McKinsey, la Unión Europea necesitará 3,4 millones de puntos de carga a final de la década, con redes eléctricas a punto para poder soportar la presión. En total, esto podría representar unos 240.000 millones de euros (unos 261.000 millones de dólares) en costes.Al igual que Tesla, actores como Fastned o Ionity (que engloba a BMW, Ford, Hyundai, Mercedes y Volkswagen) están invirtiendo en llenar las carreteras de estaciones de carga, porque la carrera hacia el transporte sostenible no tiene freno.