Nación Hip Hop: 50 años al ritmo de música urbana | El Nuevo Siglo
A través de la pintura, la música, el baile, entre otros, se narran los inicios y la expansión del hip hop en el país.
A través de la pintura, la música, el baile, entre otros, se narra los inicios y la expansión del hip hop en el país.
Lunes, 23 de Enero de 2023

En 1980 apareció en Medellín la primera canción de rap colombiana, una versión del famoso disco "Rapper’s delight" y que luego sonó por primera vez en la emisora local La Voz del Cine. Luego, en 1985, esa misma ciudad hizo el programa de televisión “Ritmo de Locura”, que presentaba concursos de breaking (baile callejero dinámico y acrobático). En medio del auge de la salsa, Colombia vivió una fiebre del hip hop.

En esa época, cuando el país se enfrentaba a una importante crisis social, cargada de narcotráfico, guerra y muerte, las artes, entre ellas el cine y la música, comenzaron a tocar las puertas para hacerse sentir. Sin embargo, el ritmo no fue aceptado por la sociedad en esos tiempos, aun cuando ya tenía algunos alrededor de nueve años de presencia en Estados Unidos.

Con el tiempo, los jóvenes encontraron el camino para hacerse sentir y levantar la voz contra la injusticia y el rechazo. La movida musical del rap comenzó a consolidarse en los barrios marginados de ciudades como Medellín, Cali, Barranquilla y por supuesto Bogotá.

Este es el resumen del surgimiento del rap en Colombia, historia que se encuentra en el Museo Nacional bajo el nombre “Nación Hip Hop: Colombia al ritmo de una cultura”, con la que a través de revistas, casetes, calcomanías, entre otros objetos, se conmemoran los 50 años de nacimiento del ritmo urbano.

Colección de oro

Son casi 600 piezas expuestas, además de las 100 canciones y de alrededor de 100 grafitis que se proyectan en uno de los muros de la exposición y que vienen de las calles de Bogotá, Buenaventura, Cartagena y Medellín. Casetes viejos, discos empolvados y gorras conmemorativas hacen parte de la colección, que estará disponible hasta el 26 de febrero.

Esta es, además, la exposición que dará inicio a la celebración de los 200 años de fundación del museo, en alianza con Idartes y la Fuga, y que hace un homenaje a raperos, grafiteros, bailarines y DJ´s que han mantenido viva la cultura en el país.

Para lograrlo se realizó un trabajo de investigación y recopilación de material. Tras la muestra “Cuerpo, Calle y Patrimonio” (2011), llevada a cabo en el Museo de Bogotá con apoyo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y la exposición itinerante “Bta Hip Hop, De Esquina a Esquina. Una Historia Hecha Vida” (2015), el Museo Nacional propone una mirada al movimiento cultural masivo y popular que transformó la historia reciente del país.

En la sala expositora se narra la historia del hip hop de manera cronológica, desde la década de 1980 hasta el presente, abarcando los acontecimientos y actores más importantes a través de la evolución de sus elementos y evidenciando su crítica social, poder de innovación, transformación y aportes a las artes y a la cultura internacional. Para esto se tuvo en cuenta la configuración del movimiento en cuatro regiones del país: Bogotá y el área metropolitana, Antioquia, Cali-Buenaventura y la región Caribe.



Ejes temáticos

Por medio de ocho ejes temáticos, los visitantes podrán acercarse al movimiento, a su transformación y a los procesos de creación que hay en Colombia: “El territorio es memoria”, “El breakin’ es movimiento”, “El dee-jay es la base”, “El rap es poesía”, “El grafiti es color”, “Las estéticas crean identidad”, “Los festivales conectan” y “El conocimiento lo es todo”.

“El movimiento cultural del hip hop es una manera diferente de entender la música, la pintura, la composición, las formas de vestir, de hablar y de hacer comunidad desde perspectivas urbanas y callejeras. Esta exposición es un modo de incorporar otros relatos que históricamente no han estado presentes en las narrativas de la nación. Con ello se ofrece la oportunidad para que personas de diferentes sectores de la sociedad conozcan otras formas de la cultura y del arte hecho en Colombia”, afirma William López, director del Museo Nacional.

Según relata Cerbero Nativo, rapero bogotano e investigador para la exposición, “lo primero que llegó a Colombia, en los ochenta, fue el breaking. Llegaron al cine películas como 'Beat streat' o 'Flashdance', y por un momento los medios y los jóvenes se enamoraron de esos bailes. Pero después llegaron los difíciles años noventa y las radios dejaron de pasar rap, la televisión no ponía más bailes. El hip hop sobrevivió con chicos compartiendo entre ellos casetes de bandas extranjeras y financiando sus pequeños emprendimientos sin ningún apoyo comercial o estatal. Nuestra cultura no estaba en libros sino en prácticas, porque los raperos supieron atesorar su música y sus grafitis”, añade Cerbero.

La exposición incluye un disco de un grupo de jóvenes afrocolombianos de Buenaventura, "Los generales”, una de las primeras grabaciones de rap hechas en la costa Pacífica colombiana. A su lado está la primera marca de ropa para raperos, Ayara, con grafitis pintados en sus prendas.

Cabe destacar que exposición temporal fue desarrollada por la curaduría de Etnografía del Museo Nacional, con miembros activos del movimiento hip hop nacional, con quienes se trabajaron los ejes curatoriales, la selección de obras y piezas que reúne la exposición, así como las diferentes narrativas que articulan la escena cultural. En voz de Zkirla, representante del hip hop en el país, “el movimiento hip hop, más allá de lo netamente artístico, consiguió mostrar al país una realidad que, aunque vive latente en los barrios y contextos de cualquier pueblo y ciudad, muchos desean ocultar. Es la voz de los que no tienen voz, la danza prohibida, la estética que rompe moldes, aquel sonido crudo, no convencional, sumado a los colores que resaltan y embellecen las denominadas zonas calientes, ya sea en el interior o en las costas del país. Ese es el hip hop, el que llega a lugares insospechados, en donde en ocasiones falta la esperanza. Nosotros podemos crear esperanza, a partir de una idea, un lápiz y un papel. En zonas remotas, a falta de educación, aparece el hip hop, la fuerza de sus elementos que hacen que Colombia reaccione social y políticamente”.

Los visitantes, además, podrán disfrutar una programación especial, con charlas, talleres y exploraciones de los cinco elementos del hip hop: el breakin’, el rap, el DJ, el grafiti y el conocimiento. Esta programación está abierta a todo el público.