El primer mes del Ministerio de Ciencia y Tecnología | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Presidencia
Miércoles, 22 de Enero de 2020
Redacción Política
La cartera tiene dos viceministerios: uno de Conocimiento, Innovación y Productividad, y otro de Talento y Apropiación Social del Conocimiento
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A principios de diciembre, durante la entrega del informe final de la Misión Internacional de Sabios, el presidente Iván Duque firmó el decreto que creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la cartera número 18 del gabinete.

Hace dos semanas se posesionó la académica chocoana Mabel Torres, como la cabeza de la entidad. Esta hizo parte de la Misión que impulsó el Gobierno nacional y que elaboró la hoja de ruta para la investigación en el país.

En el mes que ha pasado, la cartera ha empezado a tomar forma. Ya cuenta, además, con uno de sus viceministros, Diego Hernández Losada, exdirector de Colciencias y quien fungió como ministro encargado durante diciembre. 

Estructura orgánica

En la definición de la estructura de la nueva cartera, el Gobierno acogió propuestas de la Misión de Sabios. La nueva entidad, tal como recomendaron los comisionados, tiene dos viceministerios, uno de Conocimiento, Innovación y Productividad, y otro de Talento y Apropiación Social del Conocimiento.

El primer Viceministerio tiene dos divisiones: Una, de generación de conocimiento, promoviendo la investigación. Otra, de transferencia y uso de conocimiento, la cual se centrará en trabajar por la innovación para la productividad, la competitividad y el desarrollo social.

En el segundo viceministerio no se ha designado a la persona encargada. Tiene dos direcciones, una de Vocaciones y Formación y otra de Capacidades y Divulgación.

“La estructura orgánica busca atender los desafíos del sector partiendo de las lecciones aprendidas, especialmente de los últimos años de Colciencias, pero también recogiendo las recomendaciones entregadas por los integrantes de la Misión Internacional de Sabios”, señaló el Ministerio.

Según la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, los recursos para la ciencia y la tecnología, a 2022, superarán con creces el presupuesto histórico designando.

“Se ha proyectado que sean de $16,5 billones. Recursos que aportará, en buena parte, el sector privado, y el trabajo de la Misión motivará esa inversión de recursos privados, y los recursos públicos poder destinarlos a los focos o áreas donde el retorno se demorará más”, sostuvo.

Polémica

Varias organizaciones, entre ellas la junta directiva de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn) han expresado su preocupación por  recientes afirmaciones de la ministra Torres.

“Esta Academia recibe con mucha preocupación las recientes intervenciones de la señora Ministra de CTI en publicaciones, declaraciones y videos que han salido a la luz pública, así hayan sido matizadas en un comunicado publicado en la página web del Ministerio”, sostuvo.

La Ministra ha defendido las bondades del conocimiento ancestral de las comunidades para curarse con productos naturales. Específicamente se ha referido a un hongo conocido como Ganoderma con el que ella tuvo una experiencia personal, pues dice que hace un tiempo preparó una bebida combinada con otras frutas del Pacífico y la dio a personas enfermas de cáncer en el Chocó.

La Academia afirmó que no puede “aceptar actitudes de menosprecio en relación con el método científico, de laxitud con los códigos éticos de experimentación científica y de desdén por el proceso de publicación y revisión por pares”.

En ese sentido, hizo un llamado al Gobierno nacional y, en particular, al naciente Ministerio a mantener los más altos estándares de excelencia en la aplicación del método científico como parte del proceso universal de producción de conocimiento, para garantizar el avance de la ciencia. También a respetar rigurosamente los principios y códigos de ética establecidos en el método científico, en particular en relación con la experimentación con seres humanos y animales, y, finalmente, a defender la integridad del proceso de evaluación por pares como parte fundamental de la producción y divulgación del conocimiento científico, para garantizar el rigor, la seriedad y la pertinencia del avance de la ciencia.

Señaló, además, que le entregó al Gobierno un listado de posibles ministros que no fueron tenidos en cuenta a la hora del nombramiento. “El momento actual es decisivo en la puesta en funcionamiento del nuevo Ministerio, tan importante para el desarrollo de la ciencia en el país”, expresó.

En una declaración publicada en la página web del Ministerio, Torres afirmó que en “ningún momento he planteado de manera simplista que esta especie sea la cura contra el cáncer. No he ofrecido un medicamento, ni muchos menos lo he comercializado. He observado rigurosamente los protocolos de ética establecidos para la experimentación científica en general y los que se aplican específicamente en mi campo disciplinario”.

“Llevó más de 25 años realizando investigaciones en mi campo disciplinario. Como lo refleja mi Cvlac a lo largo de ese tiempo he publicado artículos en revistas nacionales y extranjeras. Varios de mis artículos académicos han sido publicados en revistas especializadas de México, Estados Unidos, Cuba, Ucrania y mi país: Colombia”, subrayó.

Tareas

El nuevo Ministerio llega cargado de retos. El primero es desarrollar el documento presentado por la Misión de Sabios en la que participó. Cuando se hizo la entrega el presidente Duque sostuvo que esta es la hoja de ruta para el país en los próximos 10 años, lo que permitirá “no solamente tener las mejores mentes al servicio de un propósito común, sino, también, en un mundo globalizado, tener la capacidad de invitar a científicos de otros lugares del planeta a enriquecer nuestra conversación, a enriquecer nuestros debates, a motivarnos a ser mucho más como sociedad".

Según ese documento, el Ministerio de CTI “será un director de orquesta, que liderará la estructuración de proyectos con iniciativas atractivas a nivel internacional, con un sistema eficiente y ágil de cooperación y gestión del conocimiento que potencie los vínculos entre universidad, empresa, Estado, sociedad civil y medio ambiente, y que integre las posibilidades de cada territorio mediante redes de cooperación de carácter interdisciplinar e intersectorial”.

Para ello, según el documento, “el sector público debe financiar la CTI que no tiene rentabilidad privada alta, pero que tiene beneficios sociales esperados altos. El sector público no debe financiar la CTI de baja rentabilidad privada y cuyos aportes sociales, incluyendo todas sus externalidades y potenciales de largo plazo, sean inferiores al costo de los fondos públicos (costo de oportunidad de los impuestos en la alternativa más rentable socialmente). El sector privado financie la CTI de rentabilidad privada alta”.