Una recomendación hizo el Gobierno de Francia a todas las mujeres en Argentina sobre los polémicos implantes mamarios PIP.
Invitó a que quienes los tengan colocados se los retiren, pues ellos pagarán el costo de la extracción.
Esta medida generó reacciones en la mayoría de los países que importaban el implante de silicona, y ya se visualizan diferencias entre médicos que los colocaban y las mujeres que aún lo llevan en sus pechos.
Una de las clínicas que colocaba los implantes, que eran de origen francés, comunicó el sábado que se hará cargo de la extracción de los implantes en forma totalmente gratuita. El comunicado del centro privado, la clínica B y S, informó que asumirá el costo de 13 mil pesos que implica la cirugía de extracción y los honorarios profesionales.
Aunque expresó que las mujeres “solo deberán pagar el costo del nuevo implante, pudiendo elegir la marca con entera libertad (los precios del par de implantes varía entre 500 y 1000 dólares aproximadamente)”.
Sin embargo, la actitud de la clínica no fue bien recibida por un grupo de 50 mujeres que tienen el implante PIP colocado entre 2007 y 2010. “Queremos que los médicos se hagan cargo tanto de la extracción como de la colocación de la nueva prótesis”, dijo a Clarín Virginia Luna, abogada de 34 años que formó el grupo Afectadas PIP desde el momento en que se conoció la prohibición del producto en abril de 2010.
“En 2007 me puse el implante como decisión para toda la vida. Mi médico me dijo que me estaba poniendo los mejores implantes del mundo. Mucho después me entero que tienen un riesgo mayor de rotura”, comentó.
Ahora, de cada 5 mujeres con PIP que me contactan, 2 tienen roturas”, expresó Luna. Su propio implante no se ha roto ni ha sufrido encapsulamiento, pero ella quiere sacárselo. “Quiero uno nuevo, de buena calidad. Sin el implante, siento que me mutilarán”.