La presidenta argentina Cristina Kirchner, restablecida de una cirugía, reaparece en público este miércoles para marcar el rumbo de su nuevo gabinete que enfrenta duros retos como una alta inflación y una sangría de reservas en dólares.
Las sorpresivas bajas de funcionarios claves, como el hombre fuerte del gobierno, el polémico secretario de Comercio, Guillermo Moreno, darán mayor cuota de poder y manos libres al economista de izquierda Axel Kicillof (42 años) designado ministro de Economía.
Kirchner (60 años) volverá a la Casa Rosada (gobierno) tras seis semanas de licencia médica para tomar juramento a Kicillof y a un influyente político peronista moderado, Jorge Capitanich (58 años) como jefe de Gabinete (coordinador de ministros).
La reforma ministerial fue interpretada por analistas como una reacción al pobre resultado de los comicios legislativos de octubre, con derrotas del gobierno en los grandes distritos aunque retuvo el control del Congreso.
"La renuncia de Moreno frena el descontento porque deja de estar en escena un personaje controversial y de muy malos resultados en su gestión", dijo Aldo Pignanelli, expresidente del Banco Central.
Kicillof no tendrá que lidiar entonces con Moreno, responsable de las restricciones en el mercado de cambios y acusado de adulterar estadísticas al intervenir en el instituto INDEC, además de instrumentar frenos a las importaciones.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) analizará el 9 de diciembre la propuesta argentina de normalizar las desprestigadas estadísticas como una inflación del 10% anual cuando toda la economía y los salarios se ajustan cada año hasta un 30% en base a consultoras privadas.
"Kicillof y Moreno no se llevaban bien. Y Capitanich va a querer normalizar el INDEC", analizó el economista y consultor Alfredo Saenz.
Kicillof es un partidario de un fuerte rol del Estado en la economía y una redistribución del ingreso que favorezca a sectores populares.
Fue uno de los artífices de la estatización de la petrolera YPF confiscada a la española Repsol y asesora a la reestatizada Aerolíneas Argentinas.
La reacción inicial a los cambios en el gabinete fue un derrumbe de 6,55% el martes en la Bolsa, pero el miércoles recupera el 2,10% al arrancar la rueda tras la caída de Moreno.
Las reservas monetarias del Banco Central quedaron al borde de perforar el piso de 32.000 millones de dólares, lejos del récord de 52.000 millones de dólares en 2010.
Política cambiaria
El lamado "cepo cambiario" que prohíbe vender dólares para ahorro no logró frenar por completo la fuga de capitales ni evitar un mercado marginal del billete estadounidense que tiene una brecha del 60% con el oficial.
Los mercados consideran que Kicillof es partidario de frenar la hemorragia de divisas con al menos dos tipos de cambio oficiales, uno turístico y otro comercial, medida que no los termina de convencer.
"Kicillof viene hablando del desdoblamiento y todos creen que lo va a hacer", opinó el presidente del comunal Banco Ciudad, Federico Sturzenegger.
El nombramiento de Kicillof mereció comentarios positivos de grandes empresarios, como el petrolero Carlos Bulgheroni, "por resolver problemas en los precios del gas", como viceministro de Economía desde 2011.
En materia monetaria, tendrá carta franca al ser sorpresivamente desplazada otra funcionaria que fue leal a Kirchner, la gobernadora del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, quien le aportó dólares a raudales para pagar los vencimientos de la deuda.
En lugar de Del Pont asumirá un funcionario respetado en los mercados, Juan Carlos Fábrega.
De su lado Capitanich, gobernador de la provincia rural de Chaco (nordeste) se perfila como uno de los delfines de Kirchner con un estilo dialoguista que hasta fue elogiado por líderes de la oposición, entre ellos el alcalde derechista de Buenos Aires, Mauricio Macri.
En la cartera de Agricultura asumirá Carlos Casamiquela, un técnico agropecuario, pero aún nada se sabe del sucesor de Moreno en Comercio.