En la Cámara y en el Senado quedó aprobada la reforma a la Justicia con aspectos que han sido considerados ‘micos’, como la eliminación del régimen de inhabilidades, lo cual le abre la puerta del Congreso a personas que hayan sido condenadas por algún motivo.
En una clara forma de flexibilización de las normas estipuladas para acceder al Congreso, lo que parecería confirmar la acusación de que los parlamentarios están legislando en causa propia, también quedó también eliminada la inhabilidad de los empleados públicos para aspirar a cargos de representación popular si no han renunciado a sus cargos un año antes.
Con este nuevo cambio en el tema de la pérdida de investidura de los parlamentarios, ahora será casi imposible que éstos se sometan a dicho proceso por vía jurídica.
Por otro lado, quedó ampliado el periodo de los magistrados de las altas cortes a doce años.