Lunes, 25 de Julio de 2011
La fuerte coalición y el papel activo de los ministros hicieron que las iniciativas de Ejecutivo desplazaran las demás.
AUNQUE ES normal que por el enorme peso del presidencialismo la iniciativa del Gobierno marque la pauta en la agenda legislativa, lo interesante es el nivel de ese peso: entre la primera legislatura del cuatrenio 2006-2010 y la primera del gobierno de Unidad Nacional disminuyó el porcentaje de aprobación de los proyectos de los congresistas y aumentó el de las propuestas del Ejecutivo.
Así lo consignó en uno de sus apartes, el balance de la legislatura realizado por el programa Congreso Visible (CV), del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), y el Instituto Republicano Internacional (IRI).
Según CV, al tener en cuenta las tasas de aprobación de los proyectos, se encuentran diferencias en relación con el éxito de los proyectos del Legislativo y el Ejecutivo.
La tasa de aprobación del Ejecutivo fue de 35 por ciento, mientras que la del Legislativo fue de dos por ciento. Es decir, entre los proyectos radicados por el Gobierno fue aprobado el 35 por ciento, mientras que de los planteados por los congresistas fue aprobado el dos por ciento.
En el balance del cuatrienio 2006-2010, presentado en el Boletín No. 17 de CV, se registró que la tasa de aprobación de proyectos de autoría de los congresistas en la primera legislatura era cercana al ocho por ciento. Por su parte, ese gobierno, con 50 proyectos radicados y 13 sancionados, presentó un índice de aprobación de 26 por ciento.
En resumen, la aprobación de los proyectos del Gobierno subió del 26 al 35 por ciento y la de las iniciativas de los congresistas cayó del ocho al dos por ciento.
Para el estudio de CV, estos datos demuestran la predominancia que tuvo la agenda del Ejecutivo al interior del Congreso. Precisamente, la existencia de una fuerte coalición interpartidista y el papel activo de los ministros permitieron que iniciativas como la Ley de Víctimas y la Ley de Regalías llegaran a instancias decisivas del debate y desplazaran la discusión de proyectos de iniciativa legislativa.
Gobierno: reformas
La comparación de los dos gobiernos arroja resultados importantes en términos del alcance de los proyectos aprobados. En la primera legislatura del gobierno Uribe se sancionaron 13 proyectos (12 leyes ordinarias y una ley estatutaria) que no implicaban transformaciones políticas y sociales profundas. Por el contrario, en la primera legislatura de Santos se logró dar trámite completo a tres reformas a la Constitución, un proyecto de Ley Estatutaria y 21 proyectos de ley que generan cambios estructurales a nivel nacional.
Entre los proyectos aprobados se destacan la Ley de Víctimas, de Regalías, de Ordenamiento Territorial, y de Sostenibilidad Fiscal, proyectos que implican, por ejemplo, el establecimiento de un nuevo criterio para la redistribución de los recursos, la reorganización de la estructura administrativa y el establecimiento de mecanismos para hacer efectiva la reparación a las víctimas y la restitución de tierras en el contexto del conflicto armado.
Prueba del impacto de estos proyectos es el nivel de debate que surgió en el proceso de su aprobación. En el caso de la Ley de Regalías, varios congresistas manifestaron su distanciamiento señalando las implicaciones de la redistribución de los recursos a nivel regional. Por otro lado, temas como la definición de las víctimas, el reconocimiento del conflicto armado o la fijación de la retroactividad de la ley, generaron tensiones entre miembros de la coalición y la oposición. Así mismo, el proyecto de Sostenibilidad Fiscal suscitó numerosas críticas por parte de los congresistas que lo consideran un retroceso en materia de derechos fundamentales.
Partidos: agenda archivada
Al analizar el comportamiento de los partidos, se pueden encontrar varias tendencias. Por un lado, la coalición de gobierno, conformada por los partidos Social de Unidad Nacional (La U), Conservador, Liberal y Cambio Radical, presentó 244 iniciativas (más del 50 por ciento del total de proyectos radicados). De estas, fueron sancionadas seis y archivadas 79. Esto sugiere que las iniciativas de origen legislativo de la coalición no lograron adquirir un lugar preponderante en la agenda de discusión.
Al nivel de cada uno de los partidos de la coalición, los datos son similares. Por ejemplo, Cambio Radical, con 24 congresistas, presentó 20 proyectos (en promedio 0,8 por legislador) de los cuales cinco fueron archivados y ninguno sancionado. El Partido Liberal contó con una baja tasa de aprobación, ya que de las 49 iniciativas radicadas (en promedio 0,9 por legislador), 23 (47 por ciento) fueron archivadas y ninguna sancionada. No obstante, la participación de este partido en la aprobación de proyectos sancionados como la Ley de Víctimas fue fundamental.
De los partidos de la coalición, La U registró el mayor número de proyectos radicados. Así mismo, esta fuerza política contó con índices de aprobación comparativamente más altos, ya que de las 103 iniciativas presentadas (en promedio 1,4 por legislador), cuatro fueron sancionadas y 26 archivadas.
Por otro lado, es importante anotar que de los 83 proyectos presentados por los partidos y movimientos independientes (Alas, Apertura Liberal, Mira, Movimiento Popular Unido, PIN, Partido Verde) y por la oposición (Polo Democrático), 32 fueron archivados y ninguno aprobado. Esto, sumado al hecho de que sólo 20 de estas iniciativas continuarán su trámite en el proceso legislativo refleja la dificultad de estos partidos para incluir sus proyectos en las instancias de debate y el nivel de priorización de la agenda.