Antecedentes sobre la paz | El Nuevo Siglo
Lunes, 19 de Noviembre de 2012

Antecedentes sobre la paz. El 7 de agosto de 1998, al asumir el mando, el presidente Andrés Pastrana dio apertura simultáneamente al proceso de paz con sendas comisiones en representación del Gobierno y de las Farc.  

Al mismo tiempo, el Mandatario, a través de su ministro del Interior,  Néstor Humberto Martínez, presentó al Congreso el primer proyecto de reforma política que contenía las herramientas para la paz, así:

Primero, dejación de las armas y participación política. Segundo, circunscripción especial de paz. Tercero, perdón y olvido. Cuarto, facultades al Presidente para acordar representación directa en Senado y Cámara para los alzados en armas.

Carta histórica. A los anteriores aspectos hacía referencia el 4 de septiembre de 1998 el entonces columnista de El Tiempo, Juan Manuel Santos, en esta carta dirigida a través del presidente de la Cámara, Emilio Martínez:

“Me permito proponerle al señor Presidente de la República desde este recinto sagrado de la democracia que, si de veras quiere la paz, lidere un nuevo Frente Nacional. Un Frente Nacional en el que se pacte con todos los sectores políticos y con la guerrilla un nuevo régimen político que reconozca la realidad que hoy representa la insurrección armada. Se trata de reconocer que solo con una profunda redistribución del poder político, con una recomposición constitucional y con una coalición institucional, de la que hagan parte los alzados en armas, se podrán dar las garantías necesarias y las alternativas de acción política para que se silencien los fusiles.

Ya en el pasado, en más de una ocasión, esta fórmula abrió las puertas de la reconciliación entre enemigos acérrimos que se disputaban por la fuerza el poder político. Recuperemos entonces esa vocación histórica de resolver nuestros conflictos mediante un consenso incluyente de las contrapartes.

Es necesario, pues, que el Gobierno, en vez de fijar aisladamente los parámetros de la reforma política, defina los procedimientos y abra los espacios para negociar con la insurgencia dichos cambios institucionales. Solo a partir de este momento el proceso de paz y el de reforma política se vincularán, para permitir la reconciliación de los colombianos.

Por supuesto, no se trata de claudicar o de entregarles el país a los que están fuera de la ley. Así como se le puede pedir al Gobierno que no arruine la opción de una reforma política, y así como proponemos un Frente Nacional con la guerrilla, también les exigimos a los alzados en armas que no pretendan legislar desde las montañas de Colombia, sin comprometerse a construir unas instituciones en las que la violencia y las armas no tengan cabida”.

Anecdotario. Esta carta se suma a la que en su momento dirigió el expresidente López Michelsen a los ex ministros Horacio Serpa y Juan Manuel Santos, en la que les advertía que si Pastrana (Andrés) pactaba la paz, habría un nuevo Frente Nacional entre los conservadores y las Farc, razón por la cual  Serpa se opuso,  en discurso pronunciado en Palmira, a la reforma política, al proceso de paz y propuso la revocatoria del mandato a Pastrana.