La emocionante liberación se produjo luego de que el equipo técnico concluyera que se había finalizado un proceso de rehabilitación en el Centro de Atención de Fauna Silvestre -CAV- de Cornare, y que lo más idóneo para el felino sería regresar a su espacio natural en el área protegida Páramo de Vida Maitamá-Sonsón, un lugar al que solo es posible llegar en helicóptero.
Hasta allí llegaron los equipos de Cornare y la FAC para llevar a cabo la operación que le permitirá al felino desarrollarse en un entorno apropiado para su vida y continuar cumpliendo su función biológica.
Los profesionales de Cornare explicaron que este individuo es una de las tantas víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, que pudo ser recuperado gracias a la denuncia oportuna de la comunidad y a un operativo conjunto con la Policía Nacional. Según información obtenida, el tigrillo estuvo dos semanas sometido a cautiverio, en espacio reducido y compartiendo con animales domésticos y personas, por lo cual, una vez ingresó al CAV, el equipo médico determinó que presentaba signos compatibles con desnutrición y algunas lesiones por el cautiverio.
Al momento de la llegada del pequeño felino al Centro de Atención y Valoración de fauna, fue necesario iniciar el proceso de rehabilitación para desarrollar su comportamiento natural, así que, posteriormente, los zootecnistas y biólogos establecieron su dieta y la mejor manera de hacer que pudiera estar en un ambiente similar al suyo, enriquecido naturalmente para mantener su bienestar.
Todo esto fue posible gracias al recinto especial que se encuentra en el CAV de Cornare, lugar en el que se garantizó que el tigrillo no tuviera contacto con humanos para que desarrollara todas las destrezas e instintos naturales, pensando en su posterior liberación.
En este espacio aprendió a comer por su propia cuenta, a cazar y a identificar las presas, además, se le realizaban actividades de ahuyentamiento para que no se acostumbrara a la presencia de los humanos, ni asociara al equipo con una fuente de alimento, y así, pudiera también aprender a reaccionar en condiciones de su ambiente natural.
“El tigrillo tuvo una respuesta muy positiva al proceso de rehabilitación, aprendió a conseguir alimento por sí solo, siempre encontraba refugio, era agresivo y asustadizo y nunca buscó cariño ni atención de parte de los profesionales, lo que favoreció su pronta recuperación”, relató Camilo Muñoz, médico veterinario del equipo de fauna silvestre de Cornare.
Así, a través de un proceso complejo de readaptación liderado por un equipo interdisciplinario, que también incluyó técnicos, operarios y practicantes, el pequeño estuvo listo para ser liberado en el páramo de Sonsón, el hábitat en el que se tiene registro de la presencia de esta especie, caracterizada por ser uno de los felinos más pequeños del territorio (1.5 a 2 kilogramos de peso vivo).
Regreso a la libertad
Luego del proceso en el CAV de fauna silvestre, el tigrillo lanudo estaba listo para reincorporarse a su hábitat natural, sin embargo, teniendo en cuenta las condiciones de la zona en la que debía ser liberado, fue necesario coordinar el proceso a través de una misión con la Fuerza Aeroespacial Colombiana, ya que por tierra el acceso solo puede hacerse a pie y tarda cerca de dos días, lo que representaba alto estrés para felino.
En la mañana de este miércoles, integrantes del equipo de fauna silvestre de Cornare y miembros de Cacom nro. 5 se dieron cita para el traslado del animal en un helicóptero UH-60 Black Hawk y antes de emprender vuelo, personal especializado de la FAC evaluó las variables climáticas, condiciones de seguridad en la zona de aterrizaje, bioseguridad y todo lo relacionado con la operatividad en el terreno, para que la liberación se pudiera llevar a cabo de manera exitosa.
Justo en la zona más distante del área protegida DRMI Páramo de Vida Maitamá-Sonsón, alejado de centros poblados o viviendas rurales, el tigrillo salió del guacal y se dirigió al bosque con gran destreza y velocidad.
“Gracias a esta articulación con la FAC, logramos llevar a buen término y en poco tiempo la liberación del tigrillo lanudo y así generarle el mínimo estrés. Esta es una experiencia muy gratificante para Cornare e importante para empezar por buen camino mi periodo como Director, en el que queremos destacar la importancia de trabajar unidos entre las entidades que luchamos por la conservación de nuestra fauna y flora silvestre”, expresó Javier Valencia González, director de Cornare.
Por su parte, el mayor Andrés Augusto Gutiérrez Delgado, del Escuadrón de Operaciones Especiales del Cacom nro. 5, dijo que la planeación minuciosa de este operativo fue fundamental para que la maniobra aérea fuera segura y se lograra cumplir el objetivo que era liberar el felino, por lo que en la misión también participaron comandos aéreos especiales y un helicóptero AH – 60 Arpía. “La FAC siempre pone a disposición sus capacidades distintivas para la protección y preservación de nuestros recursos naturales”, concluyó el Mayor Gutiérrez.
Estos felinos son de hábitos solitarios, solo se encuentran para reproducirse y la hembra es quien cuida las crías. Hay reportes de que pueden tener hasta dos crías por parto, una o dos veces al año. Cazan pequeños vertebrados y mamíferos, son generalmente crepusculares y nocturnos, no son agresivos, son muy temerosos con las personas y cumplen un papel fundamental en los páramos y bosques alto andinos.
Esta especie en Colombia está en estado de vulnerabilidad, ya que tiene una distribución restringida a páramos y bosques de niebla, espacios amenazados por la intervención del hombre y también es afectada por la cacería y la tenencia ilegal como animal de compañía.