Dos reconocidas universidades de la capital del país desmostraron con estudios técnicos que los buses de Transmilenio son responsbales de buena parte de la contaminación ambiental en Bogotá, pero el Distrito señala que el sistema masivo aportan solo 1,8% del total de emisión de material particulado de las fuentes móviles.
Un estudio del Magíster en Ingeniería Ambiental Fredy Alejandro Guevara Luna, de la Universidad Nacional de Colombia (UN), implementó una tecnología para simular la dispersión de material particulado PM2.5 en estos vehículos, conocida como Dinámica de Fluidos Computacional (CFD).
Para el experto, “en este estudio se definió un dominio, que fue nuestro bus articulado, consideramos la emisión del tubo de escape para ver cómo se comportaban los gases con el entorno inmediato, es decir cómo se contaminaba el bus con sus propias emisiones, a lo que nosotros llamamos fenómeno de autocontaminación”.
El otro estudio, de Boris Galvis, investigador de la Universidad de La Salle y Phd en Ingeniería Ambiental, señala que en un viaje de ida y vuelta un usuario de Transmilenio recibe el 60% de la dosis diaria de PM2.5 y entre 79% y 90% de la dosis diaria carbono negro (hollín).
“Esta dosis de sustancias tóxicas recibida durante un desplazamiento que en total suma dos horas y 20 minutos es 1.2 veces mayor que la dosis que una persona debería respirar a lo largo de 24 horas, según los niveles de concentración recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, seala el estudio.
Las concentraciones promedio de hollin en 52 de los 180 buses analizados, exceden los 100 μg/m3, según el documento. Esto es, 100 microgramos (millonésima de gramo) por metro cúbico.
Según los expertos, estos niveles no han sido detectados en ningún otro de los sistemas de transporte del mundo donde se han realizado estudios de este tipo. Este contaminante no tiene una norma, pero está asociado con humos derivados de la combustión de diésel, que son reconocidos cancerígenos.
“En promedio, los niveles de contaminación partículas finas dentro de los buses son ocho veces más grandes que los medidos por la red de calidad del aire de la ciudad. Los de monóxido de carbono son cuatro veces más grandes y son aún más altos, aproximadamente 11 veces para material particulado fino y siete veces para monóxido de carbono en los buses más viejos (Euro II y Euro III)”, añade Galvis.
Responde Transmilenio
EL NUEVO SIGLO pudo establecer en fuentes de Transmilenio, que la administración anterior no llevó a cabo el proceso de licitación para renovar los buses viejos de las fases I y II. La flota debió ser renovada hace siete años, ya supera el millón de kilómetros.
La administración aclara que la Alcaldía de Enrique Peñalosa adelantó el proceso licitatorio que permitirá que Transmilenio renueve su flota antigua a partir de junio del presente año. Con la llegada paulatina de más de 1.400 buses con tecnologías amigables con el ambiente se dará un gran salto para mejorar las condiciones del aire que respiran los bogotanos y usuarios del sistema, se informó.
Sobre la contaminación, Transmilenio señaló que con la llegada los nuevos buses se reduce el material particulado porque será de 15.8 toneladas año aproximadamente, es decir, una reducción del 95% del producido por la flota que se renueva.