Las emisiones de gases siguen en aumento pese a los compromisos de París. Este miércoles, en San Francisco, comienza la cumbre que busca hacer un llamado urgente
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UN MILLÓN de personas han sido evacuadas por el huracán Florence en Estados Unidos, uno de los pocos países que aún no ha ratificado el Acuerdo de París, de 2015. En la otra costa, en San Francisco, activistas, gobiernos y miembros de la sociedad civil se reúnen desde hoy para hablar, no de los avances –como se esperaba- sino de la implementación de medidas urgentes frente al aumento de la temperatura mundial. La batalla contra el cambio climático se está perdiendo.
No lo dicen los ambientalistas. Tampoco algunos gobiernos del norte de Europa. El lunes, preocupado por los pocos avances, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que “el cambio climático va más rápido que nosotros”. “Tenemos que romper con la parálisis”.
“Si no cambiamos la dirección de aquí a 2020 corremos el riesgo de cruzar el umbral en el que podemos evitar el cambio climático desbocado, con consecuencias desastrosas para los seres humanos y todos los sistemas naturales que nos sostienen”, sentenció Guterres.
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Preocupación
Los fenómenos naturales que produce el cambio climático se asocian habitualmente a los países en vía de desarrollo. Los hechos demuestran, sin embargo, que todas las regiones del mundo están siendo afectadas, sin excepción alguna.
El hemisferio norte, desde Seattle hasta Siberia, ha tenido numerosos incendios. California, la región más rica de Estados Unidos, ha enfrentado 18 este año; uno de ellos incluso ha generado su propio clima, dice The Economist. En Europa, 91 personas murieron la semana pasa por el mismo fenómeno, mientras que en Japón la temperatura llegó a los 40 grados, la primera vez en toda su historia.
El calor azota a todo el mundo, como demuestran estos casos. Tres años después de París, el objetivo de reducir la temperatura mundial por debajo de los dos grados no se está logrando y los expertos a medida que pasa el tiempo dan un parte más negativo.
La principal razón que explica los pocos avances es el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero. Al contrario de como exige el Acuerdo de París, muchos países industriales y en vía de desarrollo han aumentado sus emisiones. Por primera vez en cuatro años la demanda de carbón estuvo al alza en 2017, al igual que el petróleo y el gas.
Del discurso al hecho existe un margen muy amplio que en el caso del cambio climático es mayor. Las energías renovables, como la eólica y la hidráulica, aún siguen siendo vistas como impopulares y costosas. La mayoría de países siguen recurriendo al mismo tiempo de energías: las fósiles.
Algunos expertos consideran que la meta de descarbonización se está logrando progresivamente. Es cierto que algunos países vienen cumplimiento sus objetivos en este tema, pero la demanda de energía al mismo tiempo sigue en aumento, obligando a las naciones a abastecer a su población, sobre todo en Asia.
En la década 2006-16, según la revista inglesa, el consumo de energía en este continente aumentó 40%. La explotación de carbón, petróleo y gas natural subieron entre 5% y 3%, sin ninguna muestra de desestimar su uso. La pesada industria, el número de carros y el interés de las grandes petroleras norteamericanas y rusas son parte de la explicación de esta tendencia.
Otro factor que explica el aumento de las emisiones de gas es el lobby de los grandes conglomerados del petróleo. En India, donde el carbón general el 80% de la energía, los estados más pobres viven de los créditos bancarios asociados a la industria del carbón, generando un escenario en el que los gobernantes simplemente prefieren seguir usando este tipo de energía fósil.
No quiere decir que después de París la preocupación generalizada que se dio a partir de este encuentro se haya perdido. Una encuesta revelada por la Universidad de Yale señaló que en el mundo el cambio climático es la segunda amenaza por debajo del Estado Islámico.
En Estados Unidos, segundo mayor emisor de Co2 después de China, la mayoría de políticos han ratificado su compromiso con el cambio climático, a la espera de que Trump y su administración echen para atrás la decisión de retirarse del Acuerdo de París.
No solo los demócratas están interesados en limitar las energías fósiles. Un senador de republicano, Carlos Curbelo, ha presentado un proyecto de ley que gravaría a las empresas que contaminen con emisiones de carbono. Sin embargo, muchos de sus copartidarios han dicho que la medida es perjudicial para “los negocios estadounidenses”.
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San Francisco
Los ojos están puestos en San Francisco. Mientras que China ha hechos grandes inversiones en energías renovables, Estados Unidos parece ir para atrás incentivando el uso de energías fósiles. Sin el compromiso de estos dos, simplemente, no se puede lograr ningún avance.
De los 197 países que hacen parte de la Convención de las Naciones Unidas, 180 han ratificado el Acuerdo de París. Esto no solo tiene unos efectos simbólicos. Según la oficina de la ONU para el cambio climático, alrededor de 70 países han avanzado en desarrollar modelos alternativos de energías. Pero no es suficiente.
El New York Times publicó las probabilidades de éxito, según un estudio conocido por este periódico, y son de 1 a 20, si los países continúan con los niveles actuales de emisión de carbono.
Este miércoles San Francisco inaugura la Cumbre Global de Acción Climática, para estudiar lo que se ha logrado con el Acuerdo de París. Jerry Brown, gobernador de California, dijo que “tiene como objetivo aumentar los compromisos que ya se han asumido en París, para hacerlos aún mayores, y así construir el impulso hacia la conferencia de las partes en Polonia”.
La Cumbre busca movilizar a los países a través de testimonios de personas reales que han sido afectadas por diversos fenómenos naturales. En momentos en que Estados Unidos vive una oleada de huracanes, parece el momento indicado para que Trump deje atrás sus compromisos con los petroleros y tome el camino de China.