Mientras con la estructura del atrapaniebla convencional –conocida como pantalla– se lograron capturar 33 litros de agua en 15 días, la instalación triangular obtuvo más del triple, con 102 litros recogidos, y la que se dispuso en forma de espiral capturó 71 litros.
Así se pudo establecer una nueva fuente de agua potable para 80 familias en La Cumbre (Valle del Cauca), las cuales no contaban con este recurso en condiciones apropiadas para el consumo.
Alejandro Gotera Cabal, estudiante de Ingeniería Agrícola de la Universidad Nacional (U.N.) Sede Palmira, explica que “la niebla por sí sola no proporciona el agua. Es a través del viento, que la hace colisionar contra los objetos, que se puede precipitar para almacenarla en tanques. Sin embargo como el viento no es una variable constante, cuando viene en dirección paralela a la disposición de la polisombra se reduce la captura”.
Por esta razón, durante su investigación abordó los cambios de geometría para identificar formas que optimizaran el proceso. Con el estudio buscaba alternativas de abastecimiento hídrico para una comunidad asentada en la vereda Las Granjas, del municipio de La Cumbre, que llegó allí desplazada por el conflicto armado.
“En este territorio no hay una buena disponibilidad de agua. Pese a que parte de la comunidad se dedica al cultivo de piña, para todas las actividades solo cuentan con un promedio de 5 litros diarios por persona, los cuales recogen de la lluvia con un sistema de techos de zinc y canales”, comenta el estudiante Gotera.
Agrega que el agua de la lluvia que recogen está contaminada por el contacto con los techos de zinc, el óxido, la tierra, la arena y los excrementos de las aves, y aunque la consumen a diario, no es potable.
“Trabajamos con el objetivo de promover el sistema de recolección de agua de niebla en la comunidad para el uso en actividades diarias y para riego en una huerta comunitaria de media hectárea. La Pastoral Social de Cali, que también trabaja en el proyecto, encontró que el agua que obtuvimos es potable”, cuenta el estudiante.
El sistema reforzaría la disponibilidad de agua, en especial durante las temporadas secas, cuando las lluvias se reducen exponencialmente.
Mientras se adelantaban los estudios de las polisombras, la comunidad estableció ocho cultivos diferentes en la huerta, entre aromáticas y hortalizas. Por otro lado, al final del proceso ya había cuatro familias replicando el sistema.
Características ideales
La investigación –dirigida por los profesores Luis Octavio González Salcedo y Joel Tupac Otero Ospina, de la U.N. Sede Palmira– forma parte de un proyecto integrado también por el Programa Mundial de Alimentos y la Fundación Colectivo de Investigación en Problemas Socioambientales para apoyar la seguridad alimentaria de esta comunidad.
Según el estudiante, el uso de atrapanieblas es viable por encima de los 1.600 msnm, con un buen nivel de viento y de humedad. Un caso representativo de aplicación es la comunidad agrícola de Peña Blanca, en Chile, que hoy cuenta con cerca de 24 atrapanieblas, cada uno con una superficie de captación de 8,4 m2. La comunidad recoge 330.000 litros al año, según reporta el doctor Horacio Larraín en el libro Agua de niebla: Nuevas tecnologías para el desarrollo sustentable en zonas áridas y semiáridas.
Para la investigación se dispusieron tres instalaciones de polisombra en el mismo lugar, cada una con una superficie de captación de 6 m2. El agua que capturaban estas estructuras se dirigió a través de canaletas plástica a unos tanques de 1.000 litros.
“Elegimos las tres formas geométricas para las estructuras porque eran más viables dentro del espacio con el que contábamos y porque así resultaban más económicas para las personas. De esta manera, se trata de una alternativa replicable y al alcance de la comunidad”, explica el investigador.
Durante tres meses se corrigieron los detalles y se observó el funcionamiento de las instalaciones con cada ajuste. El estudiante encontró que las polisombras ideales tenían una densidad en los poros del 50 %: “si la separación de las fibras en la malla supera ese nivel, el viento sigue derecho, mientras que si hay menos separación, el viento rebota y se reduce la captura”.
Otra conclusión a la que llegó es que es necesario unir la polisombra a los postes por medio de un alambre, porque si la malla se amarra directamente a estos, el agua capturada se desvía en vez de llegar a los tanques.