En mis clases de introducción al medio ambiente siempre he hecho énfasis en el hecho, prácticamente desconocido, de que ambientalmente sano o natural, no significa necesariamente saludable o bueno para la salud. Suelo poner el ejemplo de que no hay nada más natural que una mordedura de serpiente y de que en el mercado se consigue sin dificultad cianuro ambientalmente sano. Sin embargo es necesario aclarar que la salud pública y el medio ambiente si están estrechamente relacionados; no en balde la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe calcula que mas del 23.5% de la mortalidad del planeta está directamente relacionada con factores atribuibles al deterioro ambiental, por no mencionar que más del 25% de la morbilidad se atribuye a las mismas causas; en pocas palabras cerca de la cuarta parte de la población mundial muere o está enferma por cuenta del deterioro ambiental.
Para comenzar definamos la salud como; “El estado de completo bienestar físico, mental y social”. Es decir, no solo la ausencia de afecciones o enfermedades sino también de otros tipos de enfermedades; podemos también definir la salud pública como “el cuidado y la promoción de la salud aplicados a toda la población o a un grupo preciso de la población” Definición ésta de la Asociación Médica Mundial.
Aunque suele tener diversas definiciones y es algo en lo que no todos estamos de acuerdo, aceptemos que el medio ambiente es “El conjunto de elementos naturales y sociales que se interrelacionan y dan como resultado el espacio donde vivimos.”
Ahora bien, ¿Cómo se relacionan la salud pública y el medio ambiente? Pues bien, existe un cúmulo de factores culturales, sociales y ambientales que nos rodean y que afectan de manera positiva o negativa en nuestra salud; según aclara la OMS, en medio ambiente y salud están incluidos los “efectos patológicos directos de las sustancias químicas, la radiación y algunos agentes biológicos, como los efectos -con frecuencia indirectos- en la salud y el bienestar derivados del medio físico, psicológico, social y estético en general, comprendida la vivienda, el desarrollo urbano, el uso del terreno y el transporte”.
Desde esa perspectiva, la relación entre la salud pública y el medio ambiente requieren especial atención de parte del gobierno, es decir, fomentar un contexto más saludable intensificando la prevención, así como también adoptar políticas en todos los sectores para revisar las amenazas medioambientales a la salud. ¿Está Colombia haciendo esfuerzos al respecto?
La relación entre la salud de la población con el ambiente que le rodea es un hecho que a estas alturas nadie ya cuestiona; cosa diferente es el grado de implicación o de efectos de uno sobre el otro. No obstante, la fuerte conexión entre medio ambiente y salud se reconoce expresamente en la III Conferencia Ministerial del Medio Ambiente y la Salud (Londres, junio de 1999). Es decir, hace ya más de veinte años.
Si bien es cierto que aún hoy hay inmensas lagunas sobre a la relación directa de los factores ambientales y los efectos concretos que causan en la salud humana, dichas lagunas no se deben a la ausencia de certeza en que esa relación existe, sino más bien a la escasez de estudios concretos de determinadas sustancias o la combinación de éstas sobre nuestro organismo.
La baja en los presupuestos del sector ambiental en Colombia muestra claramente el desconocimiento de este fenómeno. Estudios del Banco Mundial, para 2014 señalaban que cada millón de dólares bien invertido en prevención ambiental, podría significar un ahorro de hasta doce millones en atención a problemas de salud producidos por dicha causa.
Deberíamos exigir al gobierno nacional una mayor inversión en el sector, así se ahorrarían recursos y se protegería la salud.
@alvaro080255