Un grupo de científicos realizó una expedición para contar los delfines de río en un tramo entre Perú, Colombia y Brasil. Observaron más de 900 de estos crustáceos rosados y grises y alertaron sobre amenazas como las heridas a los animales causadas por hélices de barcos.
Después de nueve días de expedición por el río Amazonas, en un tramo de 950 kilómetros, pasando por Perú, Colombia y Brasil, los científicos agrupados en la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica (SARDI, por su sigla en inglés) registraron una buena cantidad de delfines de río en su recorrido. En total avistaron 484 delfines rosados (Inia geoffrensis) y 442 delfines grises (Sotalia fluviatilis), es decir, 926 individuos en el recorrido del 9 al 17 de enero.
Parte del objetivo de los científicos que participaron en el viaje (de la Fundación Omacha, Instituto Mamirauá, Solinia y WWF) era contar a los cetáceos, lo que les permitirá hacer análisis estadísticos para tener una idea de cuáles son las tendencias de poblaciones en los tramos donde se han hecho expediciones de este tipo, es decir, saber si el número de delfines se mantiene estable, disminuye o aumenta.
“Lo que vamos a poder comparar es el tramo de Perú, de Iquitos hasta Santa Rosa que ya se había hecho en 2015, y tenemos una base para comparar. Incluso la parte del trapecio amazónico que queda en este tramo también. Por el contrario, el tramo de Brasil desde la frontera hasta Santo Antônio do Içá nunca lo habíamos hecho, o sea que no hay información con qué comparar las poblaciones de delfines de río”, explica Miriam Marmontel, investigadora del Instituto Mamirauá.
Otro de los datos llamativos de la expedición, hasta ahora, es que en el área recorrida del río Amazonas la especie Inia geoffrensis (conocida como delfín rosado) es ligeramente más abundante que la especie Sotalia fluviatilis (delfín gris), mientras que en otros ríos los científicos han encontrado que la especie Sotalia fluviatilis es mucho más numerosa, como explica Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha.
Y aunque en general, los resultados preliminares del conteo de delfines fueron alentadores, los científicos de la expedición identificaron algunas alertas. Una de ella es “la mayor cantidad de delfines que se encontraron fue entre Perú y Colombia, mientras que hubo una reducción evidente en el sector brasilero del río Amazonas”, como agrega Trujillo.
Otra de las alertas para el grupo de la expedición, fue el encuentro con un delfín con cicatrices muy evidentes de una hélice en la zona de Iquitos (Perú). Fue un delfín rosado y tenía unos seis cortes en la aleta dorsal, aparentemente ocasionados por la hélice de una embarcación, que demuestran que el aumento demográfico y la mayor cantidad de tráfico fluvial pueden convertirse en una amenaza importante. La presencia de este delfín herido ya había sido advertida antes de la expedición por la organización Solinia. Esta situación también puede estar relacionada con el crecimiento que están teniendo los centros urbanos alrededor del Amazonas y la actividad más intensa de transporte fluvial y de carga.
Por otra parte, además de los científicos de Perú, Brasil, Colombia, España, México y Bélgica, que participaron en la expedición, el trabajo incluyó también a un joven indígena Ticuna del Sitio Ramsar Lagos de Tarapoto. Su nombre es Dávinson Silva, quiere ser biólogo y estuvo acompañando el recorrido y contribuyendo con anotaciones de las especies. Es muy importante que estas actividades relacionadas con los delfines también cobijen a otros actores, “porque más allá de contar delfines estamos haciendo un diagnóstico de bajo qué condiciones están los cuerpos de agua”, señala Fernando Trujillo.
Esta expedición hace parte del esfuerzo de SARDI por estudiar la Amazonia en distintas zonas, debido a su diversidad. Es distinta dependiendo del lugar y sus tipos de aguas, ya sean blancas, negras, mixtas o claras, y cada una de ellas tiene características propias abundancia de determinadas especies de peces y amenazas. Así que tomar muestras de los diferentes ríos de la región es fundamental para saber la abundancia de delfines de río en la Amazonia. De esta manera, SARDI sigue su trabajo por la conservación de los delfines de río y sus hábitats, con la idea de contribuir con estrategias más efectivas para su protección y cuyo alcance traspase las fronteras de los países./WWF