Se confirmó que el área afectada es el triple de lo que se había reportado semanas atrás.
Las cifras solo confirman lo que ya se sabía de la catástrofe ambiental en la Amazonía: 2.5 millones de hectáreas arrasadas por las llamas es el saldo del impresionante incendio que comenzó hace un par de semanas en Brasil y Bolivia.
Para dimensionar mejor el tamaño del área de afectada, Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino, explicó que en solo un mes "se destruyó una superficie equivalente a 21 veces la ciudad de Bogotá, o el área de los departamentos de Boyacá y Quindío", es decir, el triple de lo que había reportado la prensa en ese entonces, pues se hablada de 700 mil hectáreas.
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Durante agosto pasado en la Amazonía se quemó cuatro veces más de superficie amazónica que en agosto de 2018. “Es uno de los peores incendios forestales del último tiempo, una tragedia que no podemos permitirnos en medio de una crisis climática a nivel global”, agregó Giardini. “La responsabilidad es del avance de la ganadería y la soja, una situación que se repite en el Gran Chaco Americano”.
Cabe recordar que la crisis aún no se detiene, ya que solamente ayer fueron detectados 385 focos de incendio en la Selva Amazónica, según informó INPE.
Además, solo durante agosto hubo 30.900 focos, casi el triple que en agosto de 2018. El incremento fue del 196%.
La preocupación no solo radica en el incendio, sino también en los efectos a corto, mediano y largo plazo en todo el planeta.
“Los incendios forestales y el cambio climático operan en un círculo vicioso: a medida que aumenta el número de incendios, también lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando la temperatura general del planeta y la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como huracanes, tornados, grandes sequías, inundaciones, el aumento del nivel del mar, y el derretimiento de los glaciares”, finalizó el vocero de Greenpeace.