¿Quiere hijos emprendedores, autónomos, creativos, resilientes? Estimule su cerebro a través de la neuroplasticidad, la propuesta educativa que promueve la Dra. Julia Harper para potenciar la imaginación, la resolución de problemas y la empatía.
_____________________________
Más que los libros o la tecnología son el cerebro, el juego y el aprendizaje natural los ejes sobre los cuales se debe fundamentar un proceso formativo que permita desarrollar las competencias que demanda el mundo actual, especialmente durante la primera infancia.
Esta fue la principal conclusión y reflexión que dejó la conferencia ‘Neurodesarrollo y dificultades de aprendizaje en la primera Infancia’, organizada por la Asociación Nacional de Educación Preescolar, Andep, y realizada en el auditorio del Gimnasio Alessandro Volta, que tuvo como invitada especial a Julia Harper, experta en neuroplasticidad y fundadora del Therapeeds Family Center en Florida, EE.UU.
Y es que este entorno hiperconectado, tecnológico, incierto y altamente cambiante se ha convertido en un gran desafío para la educación. Muchos paradigmas, metodologías y patrones pedagógicos han tenido que ser repensados, revaluados, anulados o transformados, en especial en los procesos de aprendizaje en la primera infancia.
Por ello, durante su charla la doctora Harper les planteó a directoras, directores, profesores y padres de familia la importancia de la neuroplasticidad en el aprendizaje, es decir en la ejercitación del cerebro para que el niño responda o remodele sus patrones de comportamiento o hábitos que le permitan desarrollar la creatividad, la imaginación, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, entre otras habilidades.
La experta expuso los lineamientos a través de las cuales se puede aprender a estimular determinadas áreas del cerebro, con el fin de ayudar a los niños en su aprendizaje exitoso, como por ejemplo “tener claro que se puede desarrollar el cerebro durante los primeros dos años, sin necesidad de la tecnología, ya que está a contrario a favorecer, perjudica enormemente el desarrollo del menor”, dijo Harper.
“La doctora Harper ha abierto un camino extraordinario, con hechos demostrables, para que no se altere o impacte inadecuadamente el ciclo de desarrollo natural del niño, por una estimulación exagerada o inadecuada, usando herramientas equivocadas, o forzando procesos que anticipen sin razón el desarrollo de los niños”, expresó Patrizia Mascioli, rectora del Gimnasio Alessandro Volta.
Y agregó que la institución se siente identificada con este planteamiento, al coincidir en que “la edad preescolar es el punto de partida en el cual, a través de un aprendizaje natural y de la lúdica se desarrollan, sin prisa, con atención y cuidado, las potencialidades de los niños, de manera que los aspectos de desarrollo físico puedan incidir sobre su desarrollo cognitivo, que haya relaciones entre la dimensión afectiva, el pensamiento para un óptimo futuro”.
Educar = introducir a la realidad total
La ciencia dice que el ser humano puede cambiar, pero para que eso suceda es necesario querer hacerlo, declaró la doctora Harper. Y allí es donde la neuroplasticidad juega un papel fundamental, particularmente en el desarrollo de la primera infancia, ya que es la que permite que el niño se vaya adaptando y vaya aprendiendo de acuerdo con el ambiente que lo rodea, las relaciones que establece con ese entorno: padres, compañeros, docentes y experiencias, y las conexiones neuronales que logra fijar para ir desarrollando habilidades, proceso que sucede a lo largo de toda la vida.
La tarea entonces, no solo de docentes sino de padres de familia, familiares y tutores, enfatizó Harper, es lograr estimular la parte del cerebro del pequeño que responde a determinada habilidad y hacer que funcione óptimamente y de manera estable como consecuencia de vivencias y de la estimulación sensorial, cognitiva.
“Mi primer juguete, por ejemplo, fue una caja, que fue muy importante porque me permitió desarrollar mi imaginación y habilidades para resolver problemas, para empezar a crear. Los patrones son muy importantes para el cerebro, pero si introducimos al niño en una burbuja, donde queremos que nos les pase nada y no exploren, estamos frenando su desarrollo”, comentó Harper.
Por eso, para ella es determinante que en todo proceso de aprendizaje se tenga como referente al cerebro, se conozcan su fisiología, propiedades, modos de funcionar y la manera cómo puede transformar los aprendizajes.
“Educar significa introducir a la realidad total. Buscamos que los niños y jóvenes desarrollen naturalmente todas sus estructuras de manera integral y al mismo tiempo, la conexión activa de esas estructuras con la realidad”, adicionó la rectora Patrizia Mascioli.
A la vanguardia
Es aquí donde este tipo de encuentros académicos toman mayor trascendencia, como lo manifestó Marta Valencia, presidenta de Andep, para quien contar con la presencia de la doctora Harper “les sirve a los docentes para abrir el horizonte y capacitarse sobre cómo trabajar el cerebro de los pequeños, especialmente entre los 4 meses y los 5-6 años, antes de escolarizarlos. Porque, finalmente lo que queremos es tener hijos emprendedores, investigadores, autónomos, y más que todo niños y niñas felices”.
Bajo esta premisa y con el objetivo claro de seguir abriendo caminos a todos y compartir posibilidades de encuentro y solución delante de los problemas cambiantes especialmente en el ámbito educativo, el Gimnasio Alessandro Volta ha abierto espacios con ponentes de talla nacional e internacional.
La institución ha sido anfitriona de personalidades como Massimo Robberto, doctor en astronomía de la NASA; Giuseppe Fidelibus, doctor en filosofía, investigador y conferencista internacional de la Univerdità G. D’Annunzio di Chieti (Italia); Carlo d’Imporzano, doctor en teología y matemáticas, fundador de obras sociales y culturales; Francisco Sanclemente, deportista paralímpico y conferencista experto en temas de resiliencia o el doctor Marco Maggiora, director del Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia. Puntualizó la rectora Patrizia Mascioli.