Colombia perdería $3,8 billones anuales por esta problemática, ese monto representa el 0,5% del PIB anual si no se adoptan medidas urgentes
El futuro del planeta se está definiendo en este momento en Polonia. Más de 190 estados parte de la Organización de las Naciones Unidas se dan cita a partir de hoy y hasta el 14 de diciembre próximo en la ciudad de Katowice para evaluar los resultados de la lucha global contra el cambio climático suscritos en la Cumbre COP21 firmada en París en 2015.
Esta COP24 tiene el propósito de medir los avances acordados para reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y frenar el calentamiento global.
Son varios los objetivos de esta convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, entre ellos tomar las decisiones necesarias para asegurar la adecuada implementación del Acuerdo de París y propender por la neutralidad en carbono mediante una buena gestión de los bosques, principal causa mundial del aumento de los GEI.
De acuerdo con un estudio del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, uno de los principales propósitos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es “mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5°C sobre los niveles preindustriales para ayudar a evitar daños devastadores para el planeta y sus habitantes, incluyendo la pérdida irreversible del hábitat de los animales del Ártico y la Antártida; las olas de calor extremo cada vez más frecuentes; y la escasez de agua para 300 millones de personas, entre otros efectos”.
Aunque esa meta había sido acordada para 2030 por los firmantes de la COP21 París, “aún es posible cumplirla si existe un compromiso decidido de todas las naciones de hacer cambios urgentes en favor del planeta”, destaca el estudio.
El caso colombiano
Colombia, como Estado parte del Acuerdo de París, se comprometió a reducir en 20% las emisiones de carbono a 2030 y cumplir con el ODS13 sobre Acción Climática.
Por ello, el Gobierno nacional ratificó todo un capítulo en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 ‘Pacto por la Sostenibilidad: producir conservando y conservar produciendo”, que consta de cuatro líneas de acción urgentes.
“Primero, que cada sector de la economía lo haga de manera sostenible. Segunda línea, aprovechamiento sostenible de nuestra biodiversidad. Tercera línea, gestión del riesgo de desastres y adaptación al cambio climático, y como cuarta acción el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental”, destacó Silvia Calderón, directora de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Departamento Nacional de Planeación.
En ese sentido, las metas propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo son ambiciosas para alcanzar los objetivos: pasar de 1.700 a 6.600 vehículos eléctricos; aumentar de 0,5% a 3% la producción agrícola con criterio de sostenibilidad; aumentar de 65 mil a 260 mil las hectáreas bajo Pago de Servicios Ambientales; comprometer a las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) a lograr el 90% de desempeño institucional y que los 32 departamentos del país, con todas sus instituciones, diseñen e implementen iniciativas de adaptación al cambio climático.
Justamente, el DNP realizó hace pocas semanas el foro internacional ‘Finanzas del Clima’ donde se mostró el impacto económico para nuestro país por cuenta del cambio climático, pues la temperatura en Colombia ha aumentado cerca de un grado centígrado en los últimos 70 años, y seguirá aumentando de no adoptar estas acciones urgentes.
“Solo en 2015 el costo de los desastres naturales por causas hidrometeorológicas alcanzó una cifra récord de 278 millones de dólares equivalentes al 0,34% del PIB Mundial. Mientras que en Colombia el 88% de estos desastres por cuenta del Fenómeno de la Niña (2010-2011) representó pérdidas del 2% del PIB Nacional y el Fenómeno del Niño (2015-2016) tuvo un impacto del 0,6% del PIB”, explicó la funcionaria.
De ahí que el Gobierno nacional expidió el documento Conpes 3747 que fija las líneas de acción no solo frente a los compromisos internacionales del país sino ante la inminencia (90% de probabilidad) de que se vuelva a presentar la ocurrencia del Fenómeno del Niño en 2019.
El documento comprende tres bloques de acción: mitigación, adaptación y financiamiento.
“Cada sector en el país tiene que hacer inversiones en programas puntuales, y eso demanda movilizar recursos que estimamos en $3,1 billones anuales para lograr las metas que nos hemos propuesto. Es una cifra llamativa, pero no necesariamente toda es de inversión pública, también está el sector privado”, señaló Calderón.
Lo más preocupante, según las proyecciones del DNP, es que de no emprender acciones de adaptación, las pérdidas anuales para el país se estiman en 0,5% del PIB anual. “Estas son las pérdidas constantes y acumuladas desde 2010, cuando comenzó la medición, y hasta 2100, por eso es tan importante emprender acciones urgentes de prevención y mitigación de los efectos climáticos”, dijo la directora de Ambiente y Desarrollo Sostenible del DNP.
Deforestación, principal problema
La tala indiscriminada del bosque tropical con diferentes propósitos –praderización, agricultura, ganadería extensiva, explotación ilegal de madera, cultivos ilegales, infraestructura vial, etc.- es uno de los principales flagelos que amenaza el cumplimiento de los ODS adquiridos por Colombia.
Según el más reciente informe (junio de 2018) del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), solo el año pasado la deforestación aumentó en 23% frente al año inmediatamente anterior, al registrarse un total de 219.973 hectáreas deforestadas, siendo la Amazonia la región más afectada en pérdida de cobertura vegetal.
Por ello, la estrategia contra este fenómeno es transversal al desarrollo económico del país. “No es un tema exclusivo del Ministerio de Ambiente sino que se trata de una problemática que lleva décadas y para enfrentarla y solucionarla se requiere de corresponsabilidad sectorial”, advierte la funcionaria del DNP.