En los últimos años el tema de la contaminación del aire ha estado latente, especialmente en Medellín y Bogotá. Este tipo de contaminación tiene consecuencias inminentes y fácilmente identificables, razón por la cual se toma acción inmediata. Sin embargo, paralelamente, otro tipo de contaminación menos ostensible también ha incrementando, se trata de la contaminación auditiva.
“No somos conscientes de lo mucho que nos afecta la contaminación auditiva. No lo sentimos de forma evidente, pero el ruido nos está haciendo un daño progresivo afectando además de la audición, el corazón, los nervios, la concentración e incluso los ciclos adecuados de sueño”, comentó Paola Pedraos, audióloga de GAES Centro Clínico Auditivo.
Si bien el tráfico es uno de los mayores productores de ruido, la problemática involucra muchos más escenarios: industrias, comercio, entornos laborales y actividades recreativas. Aunque la contaminación auditiva en el ambiente, no se acumula ni se mantiene en el tiempo, si lo hace en la tranquilidad y salud de la población.
En el informe Bogotá Cómo Vamos de 2018, la insatisfacción por la contaminación auditiva alcanzó un 71 por ciento, ubicando a Chapinero como la localidad más ruidosa por lugares como: la 85, la 93, la Zona T, y los alrededores de las universidades; y seguida por Fontibón, Suba, Teusaquillo y Antonio Nariño, por su fuerte actividad comercial.
La comunidad auditiva Viviendo El Sonido advierte sobre 5 efectos del ruido:
1. Obesidad. El ruido ocasiona estrés y este último está directamente relacionado con el peso de una persona, ya que en situaciones de estrés el cerebro reclama hasta el 90% de las necesidades diarias de glucosa, condición que al ser permanente puede provocar obesidad, según explica el biólogo y bioquímico Jörg Blech en su libro El destino no está escrito en los genes.
2. Auditivos. Pérdida de la audición incluyendo zumbido, interferencia en la comunicación, dolor y fatiga de la audición. “Cuando está expuesto a ruidos fuertes durante un período largo de tiempo, es muy probable que comience a perder audición. Comienza a resultar difícil entender a las personas. debe subir el volumen del tv, puede presentar pitos o zumbidos y puede requerir el uso de ayudas auditivas”, explica Paola Pedraos, audióloga de GAES.
3. Sicológicos y sociales. Molestia, bajo rendimiento escolar y laboral, trastornos del sueño y reposo, irritabilidad y depresión. Incluso la falta de deseo sexual también ha sido descrita por diversos estudios como consecuencias de la alta exposición al ruido, con trastornos que pueden resultar prolongados.
4. Cardiovasculares. Enfermedades cardiovasculares, estrés y efectos hormonales, y lesiones accidentales están asociadas con el ruido. Un estudios realizado por la Sociedad Danesa del Cáncer arrojó como resultado que la exposición al ruido del tráfico se asoció significativamente con infarto de miocardio. Los datos apuntan que existe un 12% más de riesgo de sufrir un ataque al corazón por cada 10 decibeles de ruido.
5. Insomnio. Si el ruido no nos deja dormir, las consecuencias para nuestra salud son evidentes. Se alteran los ciclos y la profundidad del sueño, y por tanto nuestro descanso disminuye provocando fatiga, estado de ánimo depresivo, rendimos menos y baja nuestro estado de alerta. Además, el ruido mientras dormimos altera nuestro pulso, la respiración y aumenta el movimiento corporal.