Las órdenes de atentar en París el 13 de noviembre de 2015 y en Bruselas el 22 de marzo de 2016 vinieron de muy altos responsables en la cadena de mando de la organización yihadista Estado Islámico, afirmó este miércoles a la AFP el fiscal federal belga Frédèric Van Leeuw.
"Sabemos que las órdenes vinieron de la zona del Estado Islámico (...) de [una parte] muy alta en la cadena de mando del Estado Islámico", declaró el jefe de la fiscalía federal, encargado de las investigaciones terroristas en Bélgica.
Van Leeuw no pudo precisar si quienes ordenaron los ataques se encontraban en la parte siria o iraquí del territorio controlado por el EI, ya que algunos de sus dirigentes, entre ellos su jefe Abu Bakr al Bagdadi, se vieron obligados a "moverse" por los ataques de la coalición liderada por Estados Unidos.
El grupo Estado Islámico reivindicó tanto los atentados de noviembre en París (130 muertos) como los de marzo en Bruselas (32 muertos).
Los autores materiales de ambos ataques pertenecían a una misma célula con ramificaciones complejas, algunos de cuyos miembros las fuerzas de seguridad todavía buscan, según el fiscal federal.
"La investigación está lejos de tocar a su fin, tanto a nivel belga como francés", apuntó.
Para Van Leeuw, la identificación del belga-marroquí Oussama Atar como uno de los responsables que encargaron los atentados es "una hipótesis de trabajo entre otras". "Hay toda una serie de verificaciones a realizar", afirmó.
Desde hace meses, los investigadores se interrogan sobre la identidad de un hombre apodado Abu Ahmad, citado en varias ocasiones en las investigaciones sobre la célula responsable de los atentados.
En realidad, este hombre podría ser Oussama Atar, quien "es el único coordinador en Siria en haber sido identificado por el momento", precisó el martes a la AFP una fuente próxima a la investigación.
Después de haber sido arrestado en Irak en 2004 tras la invasión estadounidense, pasó un tiempo en varias cárceles, entre ellas la prisión de Abu Ghraib, que fue utilizada por las fuerzas norteamericanas.
Tras su liberación en 2012 regresó a Bélgica, antes de partir de nuevo a Irak y Siria, aunque los servicios secretos perdieron su rastro hace varios meses.