AL MENOS tres palestinos murieron y decenas resultaron heridos en enfrentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este entre las fuerzas israelíes y los manifestantes, que protestaban por las nuevas medidas de seguridad para acceder a la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar santo del islam.
"Un palestino murió por disparos en el corazón", dijo el ministerio palestino de Sanidad, explicando que el incidente tuvo lugar en Abu Dis, en la Cisjordania ocupada.
Poco antes la misma fuente anunció la muerte de otras dos personas en circunstancias similares, una en el barrio de Ras al Amud (cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén) y otra en la zona de A-Tur (Jerusalén Este).
Por su parte la Media Luna Roja palestina indicó que hubo 391 heridos en Jerusalény Cisjordania mientras la policía israelí anunció un total de 29 arrestos en las dos zonas.
La policía israelí prohibió a los hombres menores de 50 años acceder a la Ciudad Vieja de Jerusalén y a la Explanada de las Mezquitas, impidiendo que participaran en la oración musulmana en un contexto de fuerte tensión por este lugar venerado.
Como signo de protesta, centenares de personas decidieron no entrar y rezar en la calle, a las puertas de la Ciudad Vieja.
Un grupo de varias personas, incluyendo líderes musulmanes, empezó a caminar hacia la entrada pero la policía les impidió entrar apelando la prohibición y lanzó también gases lacrimógenos, a lo que algunos palestinos respondieron lanzando piedras y otros objetos.
La explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la Cúpula de la Roca y la mezquita Al Aqsa, está situada en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el sector palestino de la ciudad santa cuya anexión por Israel nunca fue reconocida por la comunidad internacional.
Los palestinos denuncian desde el domingo la instalación de detectores de metal en las entradas al lugar santo, una decisión de Israel luego tras un ataque contra policías israelíes el 14 de julio.
Esta medida aumenta el temor de los palestinos de que Israel tome el control exclusivo del tercer lugar santo del islam, un sitio también venerado por los judíos con el nombre de Monte del Templo.
Desde entonces los palestinos decidieron no acudir a la Explanada y llevar a cabo la oración en la Ciudad Vieja.
Las protestas por la medida llegaron hasta Jordania, donde más de 8.000 personas se manifestaron en Ammán y otras ciudades del país. "¡Con nuestra alma y nuestra sangre nos sacrificaremos por tí, Al Aqsa!", gritaban los manifestantes en referencia a la mezquita situada en la explanada.
Aunque la gestión está oficialmente en manos de Jordania, guardiana de los lugares santos musulmanes en Jerusalén, Israel controla el acceso a la explanada, un lugar que cristaliza desde hace décadas las tensiones entre Israel y los palestinos.
Esta semana hubo enfrentamientos casi diarios con la policía israelí y en los días previos a la gran oración, la prensa israelí afirmó que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu barajaba la posibilidad de retirar los detectores para evitar incidentes.
Sin embargo, tras consultar con las fuerzas de seguridad y con el gabinete de seguridad, Netanyahu decidió mantener los detectores de metales.
El gabinete "dio a la policía la autoridad para tomar las decisiones necesarias para permitir el libre acceso a los lugares santos, garantizando al mismo tiempo la seguridad y el orden público", indicó un responsable israelí.
La policía israelí indicó igualmente haber reforzado sus efectivos en la Ciudad Vieja con unidades "movilizadas en todos los sectores y barrios".
El presidente palestino, Mahmud Abas, anunció que había "congelado los contactos" con Israel hasta que las nuevas medidas impuestas por el Estado hebreo en la Explanada de las mezquitas, en Jerusalén Este, no sean anuladas.
Abas habló con los periodistas al término de un día sacudido por enfrentamientos entre manifestantes palestinos y las fuerzas israelíes, que dejaron al menos tres muertos y cientos de heridos en Jerusalén Este y Cisjordania ocupada