Alianza del Pacífico se vende en París | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Mayo de 2013

Los cuatro países que integran la Alianza del Pacífico -Chile, Colombia, México y Perú- vendieron su proyecto de integración comercial regional en París, en un intento de atraer inversiones, en particular en las infraestructuras.

 

Definida por el presidente de la Comisión de Comercio América Latina y Caribe del Comité Nacional de Consejeros de Comercio exterior de Francia, Charles-Henry Chenut, como la "fuente de un nuevo orden en América Latina", la Alianza del Pacífico espera concluir las negociaciones para el 30 de junio y entrar en vigor todavía este año, una vez que los Parlamentos nacionales hayan ratificado los acuerdos alcanzados.

 

El interés que ha suscitado este proyecto que mira sobre todo a la región Asia-Pacífico, y en particular a China y Japón, lo demuestra que 16 países, entre ellos Francia, España o Portugal, tienen estatuto de observadores y otros como Costa Rica han iniciado el proceso de integración y Panamá quiere hacerlo en breve.

No en vano los cuatro países, que tienen las economías más abiertas de América Latina, representan el 36% de la población de la región, y juntos se alzan como la 4ª economía mundial y la 7ª potencia exportadora, según datos del ministro de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, cuyo país exporta más productos manufacturados que toda la región en su conjunto.

 

"El enfoque fundamental de la Alianza del Pacífico es integrar las economías, darle una nueva visión a América Latina", dijo Guajardo, pero sobre todo, buscar nuevos mercados, en particular para México, muy dependiente de sus vecinos del norte, Estados Unidos y Canadá, que integran el TLCAN.

"Y es que la dependencia de un solo mercado a veces introduce factores de vulnerabilidad", en particular en tiempos de crisis, como el actual, que azota de manera especial a las grandes potencias, la Unión Europea y Estados Unidos.

Tras años aislado de la región, el nuevo presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha dejado claro que quiere relanzar la relación de su país con América Latina, recordó el ministro.

Además, las economías que más crecen son las asiáticas y las latinoamericanas, aunque también las africanas, pero por el momento, este continente no es una prioridad del nuevo club.

 

"La Alianza es una bocanada de aire fresco en el contexto latinoamericano", "un eje nuevo", recordó el ministro mexicano.

Sin embargo, descartan que pueda convertirse en el contrapeso al núcleo político que aglutinó el difunto presidente venezolano, Hugo Chávez, entre ellos Brasil o Argentina, con una tendencia más "nacionalista y proteccionista".

"La Alianza es más comercial y pragmática que política", zanjó el embajador de Colombia en París, Gustavo Carvajal.

 

Ana Novik, directora de Relaciones Económicas Multilaterales, de la cancillería chilena, destacó que el bloque "tendrá un fuerza que individualmente no tenemos" y podrá colocarse a nivel de pesos pesados en la región, y en particular Mercosur, integrado por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela.

La Alianza abrirá su primera representación comercial conjunta en Turquía, anunciaron. Y Chile y Colombia lo harán en Ghana.

El 90% de las mercancías de estos países circularán entre los miembros de este nuevo club sin aranceles y el 10% restante -que incluye productos sensibles como café, banano, pollo o carne- lo irá haciendo de manera paulatina en los próximos 3 a 17 años.

En total, hay "4 ó 5" productos por país sensibles, dijo el viceministro de Comercio Exterior mexicano, Francisco de Rosenzweig, que señaló que cada país ha liberalizado alrededor del 94% de los productos.

 

La empresa privada ve con buenos ojos esta nueva Alianza.

"Está naciendo una nueva alternativa latinoamericana con una imagen muy buena", reconoció Patrick Sabatier, director de relaciones institucionales de la empresa de cosméticos L'Oreal para América Latina y presidente para Brasil.

 

"Nunca he visto un proceso en que los políticos le dicen al sector privado, dense prisa", recordó.

Las infraestructuras, pero también sectores como el financiero, aguardan con los brazos abiertos la inversión europea, recordaron.