Ya completa diez días la parálisis del transporte fluvial en el Pacífico y más de 15 poblaciones del litoral sienten los efectos del paro de la flota de barcos de cabotaje debido a que comenzaron a escasear las provisiones.
El punto de controversia es el precio del diesel marino. El ministro de Minas Mauricio Cárdenas anunció hace poco la continuidad de un subsidio, de tal manera que el galón quedó en 5.800 pesos y no en 7.800 pesos como en un principio se había anunciado y había causado revuelo entre las asociaciones de armadores, pesqueros, madereros y transportadores del puerto de Buenaventura.
“Por efecto de los incrementos de costos en toda la cadena de precios de los combustibles es necesario hacer el ajuste, pero en todo caso se trata de un precio final que está por debajo del precio del diesel marino en el resto del país”, explicó Cárdenas.
Pero el subsidio no es suficiente. “El impacto del subsidio se diluye totalmente por el costo del transporte”, le explicó a EL NUEVO SIGLO el senador caucano Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal.
“El tema es más complejo”, anotó, “porque no es el subsidio: es lo que cuesta transportarlo de un lugar a otro”, de manera que “al transportarlo desde Buenaventura el galón termina costando, aún con el subsidio, hasta 18.000 pesos” en algunos lugares del litoral.
“¿Cómo es posible que el Gobierno no intente una especie de buques transportadores de combustible y venderle al mismo precio a esas zonas alejadas del país?”, preguntó el congresista, que espera reunirse hoy con el ministro Cárdenas, junto a una delegación de voceros cívicos y gremiales de la zona, así como legisladores de diversos partidos de la región.