Alemania se despertó eufórica tras una noche de fuegos artificiales y fiesta en honor al cuarto título mundial de la "Mannschaft" en Rio ante Argentina, que recibió a sus jugadores, con Leo Messi al frente, como "héroes" en el aeropuerto de Ezeiza.
La prensa germana se mostraba exultante, con entusiasmo particular por Mario Götze, el autor del tanto de la victoria 1-0 en el alargue. "Campeones del mundo", "Es verdad", "Son los más grandes", se leía en los titulares de los principales diarios. "¡Qué partido, qué combate, qué drama", resumió el diario Die Welt.
El diario Bild, el más leído de Europa, titulaba "Alabado sea Götze", jugando con la proximidad fonética del apellido del jugador con la palabra "gott", dios en alemán.
En Berlín, más de 250.000 personas vestidas con los colores nacionales (negro, rojo y oro) delante de la Puerta de Brandenburgo estallaron de alegría con el gol de Götze, de 22 años.
Aplausos y el tema "We are the champions" del grupo Queen lanzó la fiesta que calentó el corazón de los hinchas que habían sufrido por el dramático partido y las bajas temperaturas de la noche germana.
Muchos hinchas habían elegido verlo en sus casas, lo que se tradujo en un récord histórico de audiencia de 34,65 millones de telespectadores, siendo el acontecimiento más observado de la historia en Alemania.
La canciller Angela Merkel y el presidente Joachim Gauck habían visitado a los jugadores en el vestuario del Maracaná para felicitarlos, el domingo.
Para Alemania es la primera corona mundial desde la reunificación en el otoño boreal de 1990.
El éxito generó reacciones de todo tipo. El correo alemán imprimirá 5 millones de copias de una estampilla dedicada a los cuatro títulos de la Mannschaft, por ejemplo.
"Son unos maravillosos embajadores de Alemania, increíblemente simpáticos, eso me llena de emoción", estimó este lunes la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen.
El martes, se espera que más de 400.000 personas reciban a sus héroes en el mismo lugar, símbolo de la Alemania reunificada. Está previsto que el avión de la Mannschaft aterrice a las 7h00 GMT en el aeropuerto berlinés de Tegel.
En Buenos Aires, miles de hinchas aplaudieron al concluir el partido, y este lunes recibieron agradecidos a pesar de todo al equipo capitaneado por Lionel Messi en el aeropuerto internacional de Ezeiza, tras el aterrizaje a las 13h45 GMT de un avión decorado con las figuras de sus hombres más emblemáticos.
Los rostros tristes, de frustración de los jugadores, desentonaban con el júbilo de los fanáticos que les gritaban sin cesar "¡Gracias!"; "Nos llenaron de orgullo", desafiando el frío.
La selección de Alejandro Sabella se dirigirá al predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), donde se espera que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vaya a saludar al plantel.
Sin embargo, no todo había sido fiesta. Cuatro horas después de acabado el encuentro de Rio estallaron incidentes en el Obelisco, en pleno centro de la capital argentina, donde suelen juntarse los hinchas para celebrar acontecimientos. Decenas de hinchas violentos empezaron a lanzar objetos, y la policía replicó con bombas lacrimógenas.
Los altercados se sucedieron durante varias horas y dejaron un balance de 70 heridos y 120 detenidos, según fuentes gubernamentales.
- Götze, el héroe -
Toda Copa del Mundo tiene su héroe particular, y el de esta edición 2014 en Brasil se llama Mario Götze, jugador del Bayern Múnich que arrancó de titular, perdió el puesto y renació en la final.
Götze fue lo que los ingleses denominan un "super-sub", un "supersuplente". El mediocampista entró en el terreno de juego en el minuto 88, y en la segunda parte de la prórroga envió a la gloria a la "Mannschaft", con su gol de tiro cruzado en el minuto 113, después de un control con el pecho. Por siete minutos le evitaba a Alemania la lotería de la tanda de penales.
- Blatter pone 9,95 sobre 10 a Brasil -
Ya haciendo un balance del Mundial que terminó el domingo, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, le puso este lunes una calificación de 9,95 puntos sobre 10 al organizador Brasil.
"Le daría 9,95. Eso quiere decir que mejoramos. Brasil mejoró con respecto a Sudáfrica (2010)" que sacó 9, dijo Blatter en rueda de prensa.
Privados de "su final", los hinchas brasileños que reservaron su entrada para la final en Rio de Janeiro se vengaron de la presidenta Dilma Rousseff, abucheada en el momento de entregar la Copa dorada a los vencedores.
En todo Brasil, los hinchas de la "Seleçao" celebraron con petardos y fuegos artificiales la derrota de su gran rival argentino. Pero después de un mes al ritmo del mundial, el país vuelve este lunes a la realidad. A nivel deportivo, muchos piden una reforma de las estructuras del fútbol brasileño.
De entrada, la Confederación Brasileña de Fútbol ha decidido no prolongar el contrato del seleccionador Luiz Felipe Scolari, después de la derrota 3-0 contra Holanda el sábado en el partido por el tercer puesto.
A nivel social, el gigante sudamericano de 200 millones de habitantes volverá a sus preocupaciones cotidianas: bajo crecimiento económico, inflación, campaña electoral para la presidencial de octubre, deficiencias en transportes públicos y hospitales, corrupción, inseguridad y burocracia endémica.
La fiesta del "futebol" ha terminado. La próxima cita, en Rusia-2018.