El Bundestag aprobó ayer por amplia mayoría, pero sin entusiasmo, la ayuda para recapitalizar el sector bancario español con un máximo de 100.000 millones de euros, la décima vez en dos años que la cámara baja del parlamento alemán se pronuncia sobre los planes para salvar el euro.

La noticia llega en una nueva jornada complicada para la economía española, en la que el Tesoro colocó casi 3.000 millones de euros en bonos pero con tasas al alza y en el que la prima de riesgo, el diferencial que paga el bono español respecto al bono alemán a 10 años, volvió a alcanzar un récord histórico.

En el Bundestag, de un total de 583 votantes, 473 votaron a favor, 97 en contra y hubo 13 abstenciones, anunció Norbert Lammert, el presidente de la cámara.

La aprobación era indispensable para que Alemania, que es garante de 30% de este plan de ayuda en forma de préstamo, pueda dar su acuerdo al plan el viernes en el Eurogrupo, la reunión de ministros de Finanzas y Economía de la zona euro.

La canciller Ángela Merkel dejó que fuera su ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble el que hablara ante el hemiciclo, en una votación muy esperada.

"Es España la que pide (la ayuda), es España la que recibe el dinero, y es España la que será garante" del préstamo, dijo en su intervención para tranquilizar a la cámara.

Algunos diputados temían que los bancos españoles pudieran acceder directamente a los fondos europeos sin pasar por el control del Estado y poner así en riesgo el dinero de los contribuyentes alemanes.

"La existencia de dudas sobre la solventabilidad de España basta para crear efectos de contagio muy graves", advirtió Schäuble.

Como ya está siendo habitual en las votaciones sobre el rescate del euro, los partidos de oposición (los socialdemócratas del SPD y los Verdes) se unieron de nuevo ayer a la mayoría parlamentaria conservadora y liberal de Ángela Merkel.

Sin embargo el descontento crece en la cámara y hubo defecciones de diputados de derecha y de izquierda, escépticos sobre un plan atípico que estará destinado únicamente a los bancos y no a un Estado en su conjunto, como fue el caso de los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal.

El líder de los socialdemócratas (SPD) dijo por su parte que la aprobación de su partido tenía "reservas"

"Muchos en mi grupo (parlamentario) no están nada convencidos de lo que estamos haciendo", dijo Frank-Walter Steinmeier, y subrayó que su voto era ante todo una respuesta al miedo de las consecuencias "catastróficas" que tendría de una quiebra de España.

Los diputados de la izquierda radical Die Linke votaron todos en contra.

El Tribunal Constitucional alemán ha reforzado recientemente el poder del parlamento de manera que no basta con que los diputados aprueben la creación de un fondo de ayuda europeo sino que tienen que votar, en sesión plenaria, cada vez que mecanismo se aplica a un país con dificultades.