Los partidos de la coalición en el poder en Alemania acordaron facilitar la expulsión de los extranjeros que hayan sido condenados por la justicia, una reforma decidida tras la ola de agresiones en Colonia en la noche de fin de año.

"Es una respuesta dura pero adecuada del Estado a los que, aunque vienen buscando protección, creen que pueden cometer delitos sin que ello tenga consecuencias sobre su presencia en Alemania", dijo el ministro del Interior, el conservador Thomas de Maizière, en una rueda de prensa.

"Los criminales tienen que rendir cuentas de manera consecuente en Alemania", afirmó por su parte el ministro socialdemócrata de Justicia, Heiko Maas. "Para los criminales extranjeros, la expulsión es una de esas consecuencias", añadió.

El gobierno quiere que los extranjeros condenados a penas de prisión, aunque sean condicionales, puedan ser expulsados de Alemania. Se trata de una propuesta de la canciller Angela Merkel tras las agresiones de Colonia, que han escandalizado al país.

Hasta ahora existían dos procedimientos de expulsión. El más estricto prevé la expulsión de todos los extranjeros condenados a al menos tres años de prisión, aunque sólo en el caso de que su seguridad no esté en peligro en su país de origen.

El segundo procedimiento, que ahora el gobierno quiere modificar, permite la expulsión del territorio de un extranjero condenado a un año de prisión firme. Los ministros indicaron que quieren que también se pueda expulsar a los condenados a penas condicionales.

Hasta ahora se han registrado más de 500 denuncias en Colonia, principalmente por agresiones sexuales atribuidas a hombres de origen extranjero, según las autoridades locales.