Alcaldía aplaza partido de Millos-Nacional | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Septiembre de 2013

Anoche, un joven fue asesinado en Bogotá en una pelea entre hinchas de fútbol. La Policía, investiga si el crimen de otro hombre en la capital está relacionado con la violencia de las barras bravas.

A raíz de estos hechos, el alcalde Gustavo Petro planteó el martes la posibilidad de no prestar el estadio El Campín a los equipos cuyos seguidores se vean implicados en agresiones, incluso fuera del escenario deportivo.

Carlos Medellín, de 20 años y seguidor de Atlético Nacional, fue apuñalado la noche del lunes por aficionados de Millonarios en una estación del sistema metropolitano de transporte Transmilenio, en el centro de Bogotá, según la Policía.

Medellín alcanzó a ser llevado con vida a un hospital, donde falleció por heridas que recibió en el pecho.

Según los informes preliminares, los implicados en la riña del martes vestían camisetas de sus equipos y cinco de ellos fueron detenidos.

Atlético Nacional y Millonarios se enfrentan la noche del martes en El Campín, en uno de los clásicos más tradicionales del fútbol colombiano, por el Torneo Finalización-2013.

El crimen se produjo luego de que el viernes un hombre de 66 años muriera en Bogotá apuñalado al defender a su hijo en una pelea entre hinchas de fútbol.

La Policía señaló que investiga si el homicidio de otro joven, la noche del lunes en el noroeste de Bogotá, fue resultado de un enfrentamiento entre aficionados de Millonarios y Nacional.

El alcalde de Bogotá planteó la posibilidad de restringir el uso del estadio donde actúan Millonarios y Santa Fe, como una manera de sancionar a los hinchas violentos.

"Si no hay paz en los barrios por el fútbol, no puede haber fútbol en el estadio. Convocamos a una reunión a los líderes de todas las hinchadas", escribió Petro en su cuenta de Twitter.

Por su parte, el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, sugirió prohibir la entrada de aficionados de clubes visitantes a ciertos partidos o que vistan las camisetas de esos equipos.

"Lo vemos como una acción preventiva para evitar enfrentamientos (...), pero no podemos concebir que esta confrontación se extienda fuera de los estadios", indicó el oficial a la prensa.

 

La vida no es un juego: Mininterior

 

El Ministro del Interior, Aurelio Iragorri, hizo un llamado a los alcaldes del país para aplicar con decisión los decretos y protocolos de seguridad expedidos por la Comisión de Seguimiento al Fútbol, que reglamentan la convivencia y seguridad en los estadios del país.

De esta Comisión forman parte los ministerios del Interior, Educación, Cultura,  Coldeportes, Dimayor, Federación Nacional de Fútbol y la Policía Nacional. Una de sus principales labores es la elaboración de un Plan Decenal de Fútbol, que reglamentará las normas de convivencia de ese deporte en el país. En los próximos días dicho Plan será presentado al país.

El ministro Iragorri expresó, además, su apoyo a la decisión del Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, de suspender el partido Nacional-Millonarios, previsto para esta noche, como respuesta al asesinato de dos hinchas en los últimos días.

Instó, asimismo, a los alcaldes municipales a adoptar medidas urgentes para impedir que estos hechos se sigan repitiendo. Recordó que los alcaldes tienen esa facultad.

Hizo, además, un llamado a la Fiscalía General de la Nación para que adelante con la mayor celeridad las investigaciones tendientes a identificar, capturar y llevar ante los jueces a los responsables de estos hechos que enlutan el deporte nacional.

Del mismo modo, le pidió a la Policía Nacional redoblar los esfuerzos para impedir que la intolerancia entre los hinchas termine con hechos que lamentar.

“No podemos llorar y celebrar goles al mismo tiempo. Tenemos que detener la intolerancia. El Gobierno apoya toda acción para impedir la muerte de más compatriotas por portar una camiseta. Hay que jugarle limpio a la vida”, dijo.

Invitó, finalmente, al país a hacer una profunda reflexión sobre el respeto a la vida. “Más que leyes se necesitan cambios profundos de comportamiento ciudadano. Un país que busca parar más de 50 años de violencia en La Habana no puede seguir matándose por una camiseta”, agregó.