El Gobierno francés anunció ayer un ajuste "sin precedentes" de 36.900 millones de euros en aumentos de impuestos y recortes en los presupuestos de 2013, con el objetivo de reducir el déficit público hasta el 3% del Producto Interior Bruto (PIB).
"Es un presupuesto de combate para luchar contra una deuda que no cesa de aumentar", "por la justicia social", "por el crecimiento" y para "preparar el futuro", afirmó el primer ministro Jean-Marc Ayrault al salir del Consejo de Ministros.
Francia confirmó así que mantenía su objetivo de un 3% de déficit en 2013, pero renunció sin embargo a alcanzar el equilibrio en las cuentas públicas en 2017 como estaba previsto, y para ese año espera un déficit de 0,3%,
Según las previsiones del gobierno, el déficit público de la segunda economía de la eurozona será de 4,5% del PIB en 2012, 3% en 2013, 2,2% en 2014, 1,3% en 2015, 0,6% en 2016 y 0,3% en 2017.
El primer ministro exhortó a "la movilización general" de los franceses para "ganar esta batalla" de la reactivación.
El proyecto presentado ante el Consejo de Ministros, así como el presupuesto de la seguridad social, presentado el próximo lunes, prevén 20.000 millones en aumentos de impuestos (10.000 millones para las familias y 10.000 millones para las empresas), a los que se añaden los 4.400 millones ya aprobados.
El ajuste se completa con recortes de 10.000 millones en el gasto del Estado y de 2.500 millones en la Seguridad Social.
Se trata de un esfuerzo inédito en periodo de crecimiento débil y de alto desempleo, por lo que numerosos economistas consideran que el objetivo de reducir el déficit de 4,5% este año a 3% en 2013 es inalcanzable.
El 3% de déficit "lo tendremos", repitió sin embargo ayer el ministro de Finanzas, Pierre Moscovici. "Si renunciáramos a ese objetivo, las tasas aumentarían inmediatamente y entonces estaríamos en la situación de Italia, de España", recalcó Jean-Marc Ayrault.