Por lo menos 10 personas murieron a causa del estallido de bombas artesanales en el oeste y el sur de Afganistán, anunciaron funcionarios locales, en un escenario marcado por el aumento en un 24% en el número de víctimas civiles en ese país, de acuerdo con la ONU.
"Un artefacto explosivo artesanal estalló al paso de un vehículo y mató a cuatro de sus ocupantes, un hombre y sus tres hijos, uno de ellos un bebé. La esposa resultó herida", dijo a la AFP Abdul Tahman Zhwandai, portavoz del gobierno de Farah, en el oeste del país, donde tuvo lugar el primer incidente.
En tanto, seis personas murieron en la provincia de Helmand, en el sur del país, cuando uno de ellos abrió la puerta de su domicilio. La puerta activó los explosivos, dijo el portavoz del gobierno local, Omar Zwak.
Las seis personas, tres hombres y tres mujeres, retornaban a su casa después de huir de los combates de la noche del lunes entre soldados afganos y rebeldes talibanes, añadió Zwak.
En las dos últimas semanas, la violencia en Afganistán dejó un saldo de 125 civiles muertos y 287 heridos, "un aumento de 24%" con relación al mismo período del año pasado, informó la misión de la ONU en Afganistán (Unama) en un comunicado.
Los rebeldes afganos son responsables del 84% de esas víctimas, de acuerdo con la Unama, que insistió en "la necesidad de detener los atentados suicidas y el uso de bombas artesanales", que pueden "constituir crímenes de guerra".
Los atentados suicidas y las bombas artesanales son las armas predilectas de los talibanes, expulsados del poder a fines de 2001 por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos. Desde entonces, mantienen una tenaz rebelión contra el gobierno de Kabul y sus aliados de la OTAN.
Un hombre que aparentemente pretendía hacer estallar la carga explosiva que llevaba fue arrestado el lunes por la policía al volante de un automóvil repleto de explosivos en la provincia de Paktia, bastión de los talibanes, indicó el martes el ministerio afgano del Interior.