Adiós, Doña Elvira | El Nuevo Siglo
Miércoles, 28 de Marzo de 2012

Las personas notables suelen dejar profundas e imborrables huellas, por lo que su desaparición, dolorosa para familiares y allegados, se convierte también en una oportunidad para evidenciar que la plenitud vital es algo que se construye en el transcurso de la parábola existencial. Esa es precisamente la sensación que nos embarga ante el deplorable fallecimiento de Doña Elvira Vegalara de Uribe, quien en las últimas dos décadas, junto a su desaparecido esposo, Don Juan Pablo Uribe, fueron espíritu y motor de esta Casa Editorial.

Dama de nobles calidades y virtudes, así como dirigente política conservadora, destacada empresaria en distintos campos, con una reconocida labor social y cuyo credo era el amor por Colombia, se distinguió siempre por combinar su carácter firme con una grata percepción sobre aquellas personas que la rodeaban. 

La vigencia de EL NUEVO SIGLO se debe a ese compromiso de mantener la llama periodística que se encendió en 1936 para defender los ideales conservadores y los intereses de Colombia.

Por sus grandes servicios a la colectividad y a la Nación, el Partido Conservador le otorgó años atrás a Doña Elvira la Orden Caro y Ospina en el grado de Gran Cruz.

No tenemos palabras para expresar el profundo vacío que su partida deja en esta Casa Editorial. En tan infausta hora el mayor homenaje que podemos rendirle es continuar consagrados a la defensa de nuestros principios y el análisis objetivo, infatigable y permanente de los hechos que conmueven a nuestro país.

EL NUEVO SIGLO, sus directivas, personal administrativo y periodístico extiende a sus hijos, Juan Gabriel, María Elisa y Paula, así como a sus nietos, nueras, yernos, hermanos y demás familiares y allegados su más sentida condolencia. Dios la guarde en su gloria.