El gobierno sursudanés acusó este sábado a los rebeldes de romper el alto el fuego menos de 24 horas después de su entrada en vigor, lo que podría dar al traste con las esperanzas de poner fin a este brutal conflicto.
"Me han informado esta mañana de que las fuerzas rebeldes siguen atacando a nuestras fuerzas", dijo a la prensa el ministro de Información Michael Makuei, a su regreso de Etiopía donde se pergeñó dicho acuerdo.
"Nuestras fuerzas tendrán que defenderse solas", agregó.
No obstante, Makuei insistió en que el gobierno sigue comprometido con el acuerdo e instó a los países de la región que ayudaron en las negociaciones, también ayuden a que se respete.
El alto el fuego, que pretendía poner fin a cinco semanas de violento conflicto en el que han muerto unas 10.000 personas, entró en vigor a las 17h30 GMT del viernes.
Ambas partes están a favor del acuerdo, pero también reconocieron que tenían dudas de que la otra parte pudiera controlar a sus hombres en el terreno.
"No es sorprendente, son rebeldes y ... los rebeldes son indisciplinados, no tienen fuerzas regulares ni un comando central", dijo Makuei que sigue convencido de que el acuerdo todavía puede funcionar.
"No ha sido una pérdida de tiempo", agregó. "Haremos todo lo posible a nuestro nivel para garantizar el cese de las hostilidades".
El ministro no dio detalles sobre el nivel de la lucha ni el lugar.
Tampoco fue posible contactar inmediatamente a las fuerzas rebeldes.
La nación más joven del mundo está en guerra desde el 15 de diciembre.
Se cree que unas 10.000 personas han muerto en los combates entre las fuerzas leales a Kiir y la variopinta coalición de desertores del ejército y la milicia étnica dirigida por Machar, un guerrillero que fue vicepresidente del gobierno.
A ambos lados se les acusa de haber cometido atrocidades que han obligado a unas 700.000 personas a huir en este empobrecido país, según datos de Naciones Unidas.