Los kurdos de Irak votaron masivamente este lunes en un referéndum de independencia histórico que podría provocar una escalada de violencia, después de que el Parlamento iraquí solicitara que se envíen tropas a las zonas en disputa.
La consulta, impulsada por el presidente kurdo Masud Barzani, se celebró en la región autónoma del Kurdistán (norte de Irak), que incluye las provincias de Erbil, Solimania y Duhok, así como en las zonas que se disputan los kurdos y el gobierno central iraquí.
El resultado debe ser anunciado el martes, 24 horas después de hubieran cerrado las urnas, lo que ocurrió a las 19H00 locales (16H00 GMT), aunque éste no genera dudas: la mayoría de los 5,3 millones de inscritos están a favor de la independencia.
En la votación participó un 72% de los inscritos, según la Comisión Electoral.
Ante el desafío, el Parlamento de Bagdad votó una resolución "exigiendo que el comandante en jefe del ejército [el primer ministro, Haider Al Abadi] despliegue fuerzas en todas las zonas" tomadas por los kurdos tras la invasión estadounidense de 2003 y la caída del dictador Sadam Husein.
Constitucionalmente, el Gobierno está obligado a acatar esta decisión.
Las zonas en disputa están ubicadas fuera de la región autónoma del Kurdistán. Se trata de la rica provincia petrolera de Kirkuk y sectores de Nínive (norte), Dyala y Saladino (al norte de Bagdad).
La mayoría de estas zonas fueron conquistadas por los peshmergas, los combatientes kurdos, en 2014, aprovechando el caos causado por la ofensiva del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Toque de queda en Kirkuk
En Erbil, ante el principal puesto de votación, degollaron a una vaca ante una cola de votantes, todos con vestidos tradicionales.
"Traje esta vaca porque hoy es el nacimiento de un Estado, y es tradición degollar a una vaca cuando hay nacimientos", aseguró Dalgach Abdalá, un abogado de 27 años.
"Hoy es una fiesta, por eso llevo un vestido tradicional que me compré para la ocasión", dijo Diyar Abubakr, un jornalero de 33 años .
El presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, sonriente y con el atuendo tradicional, votó temprano.
En Kirkuk, la afluencia a los centros electorales era numerosa, aunque sus habitantes árabes y turcomanos evitaron acercarse a los lugares de voto.
"Tengo la sensación de que mi identidad, mi nacionalidad, mi patrimonio y mi historia se perderán", lamentó Abdala Auji, un profesor turcomano de 42 años.
Tanto en el centro de esa ciudad como en sus sectores árabe y turcomano, se decretó "un toque de queda total" el lunes al caer la noche, "por decisión del gobernador [kurdo] y del jefe de la policía de Kirkuk", afirmó a la AFP el coronel de la policía, Afrasiyao Kader.
Sin embargo, un alto responsable de Kirkuk aseguró que el toque de queda se levantaría en las próximas horas. "Fue impuesto para evitar fricciones pero mañana será un día normal de trabajo".
Por la noche, las fuerzas de la policía patrullaban por las calles de esos barrios, mientras que la fiesta continuaba en los barrios kurdos con música, bailes, fuegos artificiales y disparos de armas automáticas, según corresponsales de la AFP sobre el terreno.
Al ser preguntado por la AFP sobre el riesgo de enfrentamientos con las fuerzas kurdas, Saad al Adithi, portavoz de la oficina del primer ministro, respondió que "si hay enfrentamientos en esas zonas, la tarea de las fuerzas federales será aplicar la ley" y "asegurar la estabilidad y la paz".
Presiones
Países vecinos, como Turquía e Irán, preocupados por si sus minorías kurdas siguen el mismo ejemplo, también amenazaron con represalias.
A petición de Irak, Irán decidió prohibir los vuelos hacia el Kurdistán iraquí. Este lunes anunció el próximo cierre de las fronteras terrestres con el Kurdistán, aún sin concretar.
En Nueva York, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se declaró "preocupado" por el riesgo de desestabilización, e hizo un llamado al "diálogo y a los compromisos".
Los kurdos, divididos entre Irak, Siria, Irán y Turquía, sobre todo, nunca aceptaron el tratado de Lausana de 1923 que los dejó sin un Estado independiente.
El presidente kurdo dijo el domingo que sería inflexible.
"La asociación con Bagdad ha fracasado y no la retomaremos. Hemos llegado a la convicción que la independencia permitirá no repetir las tragedias del pasado", dijo con tono firme.
"Nos esperamos a reacciones de un lado o de otro pero hemos llegado a la convicción que, cual sea sea el riego y el precio, es mejor que esperar un destino sombrío", añadió.
Desde Bagdad, el primer ministro iraquí rechazó la separación en un discurso solemne.
"Tomar una decisión unilateral que afecta a la unidad de Irak y a su seguridad así como a la seguridad de la región con un referéndum de separación está en contra de la Constitución y la paz civil", insistió.