Después de que la Fiscalía demostrara la responsabilidad de José Francey Díaz Toro, expárroco de Mistrató, Risaralda, en el homicidio de su compañera sentimental y su hija de cinco años de edad, el Juzgado Promiscuo del Circuito de Quinchía lo sentenció a 45 años y 10 meses de prisión.
La decisión se dio luego que el Tribunal Superior de Pereira decretara la nulidad del preacuerdo entre la Fiscalía y la defensa del procesado, en el que había sido condenado a 23 años de prisión, tras considerar que no aplicaba rebaja alguna porque ya estaba en vigencia la Ley de Infancia y Adolescencia.
El 15 de febrero de 2007 los cuerpos de María del Carmen Arango Carmona, de 32 años, y su hija, quienes habían sido reportadas como desaparecidas, fueron hallados incinerados a orillas del río Guática, entre los municipios de Belén de Umbría (Risaralda) y Anserma (Caldas).
Sin embargo, por medio de un trabajo investigativo desarrollado por servidores del CTI, se estableció la participación del hoy sentenciado en el doble homicidio, el cual fue provocado dos días antes con arma contundente según el reporte de la necropsia, en el que se revelaron las múltiples fracturas que presentaban los cráneos de ambas víctimas.
Se determinó que para la fecha de los hechos Díaz Toro fungía como sacerdote en la población de Mistrató y desde hacía 12 años tenía una relación sentimental con Arango Carmona; quien llegó el 13 de febrero a la casa cural para hacerle un reclamo por otra supuesta relación que él llevaba paralelamente.
Después de que la víctima, de 32 años, manifestara su intención de hacer público su vínculo con el párroco, se registraron los homicidios y se evidenciaron por un trabajo de luces forenses realizado en la citada casa, de donde trasladaron los cadáveres envueltos hasta el lugar del hallazgo.
Por estos crímenes también fue sentenciado el sepulturero del pueblo, Jorge Antonio Morales Ramírez, el cual purga una pena de 17 años y dos meses de prisión, en calidad de cómplice.