Que el 28 % del país no hace buen uso del suelo y la erosión se ha convertido en una grave enfermedad, son algunas de las conclusiones a las que llegaron los entes territoriales del ramo en el marco de la celebración del Día Nacional del Suelo, donde se presentó un avance de la política para la gestión sostenible.
Claro está, que el panorama es más grave aún, por cuanto el Instituto Geográfico Agustín Codazzi reveló que más de la mitad de los suelos alberga áreas de conservación y protección de los recursos naturales, pero son terrenos catalogados como “presa fácil” al no estar cobijados por la ley, por lo cual “pueden sufrir de deforestación por cultivos y ganadería o ser impactados por actividades mineras”.
En ese sentido, y a pesar de contar con paisajes tan diversos como áridos desiertos, paradisiacas playas, tupidos bosques, caudalosos ríos, espesas selvas y majestuosos nevados, podría asegurarse que actualmente Colombia no tiene “dientes” para defender la sostenibilidad de sus ecosistemas.
De acuerdo con el estudio del Instituto sobre conflictos de uso del suelo, de las 114.174.800 hectáreas que conforman el territorio nacional, tan solo el 16,07 % está cobijado bajo la categoría de “área de protección legal”, tales como parques naturales, reservas forestales y distritos de conservación y de manejo integrado.
Lo que se traduce en que tan solo 18.348.745 hectáreas cuentan con la protección de la ley colombiana, y que por su importancia ecológica legalmente no pueden ser invadidas, cultivadas, explotadas o deforestadas por la mano del hombre.
Dentro de estas áreas protegidas se encuentran 56 Parques Nacionales Naturales, como Amacayacu, Catatumbo, El Cocoy, Los Flamencos, Los Nevados, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Tayrona; y las 52 reservas forestales protectoras nacionales como el Bosque Oriental de Bogotá, La Cuchilla, Darién, la laguna La Cocha y los páramos Urrao.
Bajo categorías regionales Colombia alberga 135 zonas protegidas, como los parques regionales naturales Ariari Guayabero, la Macarena y el Sistema Manglárico Delta Atrato; y los parques naturales locales como Altamira, Alto de Padua, Arrayanes, El Boral, El Retorno, La Ceja, Lago de Tota y Villarrica.
Este bajo porcentaje de áreas protegidas deja a la deriva o en el limbo al 60,2 % de todo el país, que según el IGAC está conformado por 68.751.363 hectáreas de suelos catalogados como prioritarios para la conservación o protección ambiental.
En pocas palabras, comenta el director del Instituto, Juan Antonio Nieto, más de la mitad del territorio colombiano cuenta con áreas de una importancia ambiental significativa, pero no están protegidas bajo ninguna ley, lo que los convierte en terrenos “presa fácil” para la intervención del hombre.
“Esto no significa que más de la mitad de Colombia debería ser intocable, sino que se deberían desarrollar mecanismos limpios, impulsar el desarrollo agroforestal, el ecoturismo y los mercados verdes, con el fin de que ganen tanto el ambiente como el desarrollo del país. Sin embargo, actualmente la realidad es otra. Hemos identificado zonas con características de páramos y humedales invadidas de cultivos y ganado, lo que representa una pérdida en la calidad del suelo en el mediano plazo”.
Los 68,7 millones de hectáreas de áreas prioritarias para la conservación están compuestas por páramos con cuerpos de agua y coberturas boscosas, cuerpos de agua como manglares y humedales, y espesas selvas, que actualmente son atacadas por la agricultura, la ganadería y la extracción de los recursos naturales.
Vocación
Dentro de la investigación, también se desprendió que el 37,4 % del país cuenta con suelos aptos y con vocación para las actividades agrícolas, es decir más de 37 millones de hectáreas y de este total, el 19,34 % es apto para los cultivos y el 13,31 % para la cría de ganado.
Sin embargo, el uso que se le ha dado al suelo colombiano es otro. Actualmente tan solo el 4,6 % del país cuenta con territorios agrícolas (5,3 millones de hectáreas), mientras que en el 30,5 % se ha hecho una sobrecarga por parte del ganado (34,8 millones de hectáreas).
“En Colombia no hemos respetado la vocación del suelo. Así lo demuestran las cifras, ya que en lugar de aprovechar de manera sostenible las zonas aptas para la agricultura, hemos sobrecargado a los suelos para la cría de ganado. Solo aprovechamos casi el 5 % en territorios agrícolas, del 19 % apto para tal fin. Entre tanto, el 30 % está invadido de ganado, lo cual solo se debería presentar en el 13 %. Es hora de empezar a ordenar nuestro país en torno al uso de los suelos”, expresó Nieto Escalante.
Uso
Según el IGAC, de las 114.174.800 hectáreas que conforman el país, el 28,7 % padece por el uso inadecuado del suelo por parte de los agricultores, lo que corresponde a más de 32 millones de hectáreas.
De este total, el 15,6 % corresponde a suelos afectados por la sobreutilización, es decir por la sobrecarga de la agricultura y ganadería en suelos que no son aptos para tal fin; el 13,09 % restante padece de subutilización (terrenos desaprovechados para su verdadera vocación).
Sin embargo, Colombia aún pasa su examen de uso del suelo, ya que en el 67,6 % del país (77,1 millones de hectáreas), se realiza un uso adecuado, principalmente en los departamentos de la Amazonia.
“La agricultura y la ganadería están acabando con los suelos, y esto se debe a que no respetamos la vocación. Por ejemplo, el 19,3 % del territorio colombiano es apto para las actividades agrícolas, pero solo aprovechamos el 4,6 %. En la ganadería el panorama es menos alentador, ya que del 13,31 % apto para tal fin, actualmente el 30,5 % padece la presencia del ganado”, dijo Nieto.
Blindaje
Igualmente, el documento reveló que el Amazonas es la región más blindada. De las 18.348.745 hectáreas de áreas de protección legal, la región Amazónica es la que mayor terreno cuenta, con un total de 7,3 millones de hectáreas (43,3 % del total).
La región Andina alberga 4,5 millones de hectáreas protegidas (26,7 %), seguida por la Orinoquia con 4,1 millones (24,6 %) y la Caribe, con tan solo 928 mil hectáreas (5,5 %).
Los departamentos con mayor número de hectáreas dentro de esta categoría de protección son Meta (3,3 millones), Amazonas (2,3 millones), Guaviare (1,5 millones), Caquetá (1,3 millones) y Guainía (1,1 millones).
Las áreas priorizadas para la conservación y protección ambiental (68,7 millones de hectáreas) se localizan principalmente en la región de la Amazonia, con un total de 31,2 millones de hectáreas (45,4 % del total del país).
Le siguen la Andina con 16,7 millones de hectáreas (24,4 %), la Orinoquia con 16,4 millones de hectáreas (23,9 %) y la Caribe con 4,2 millones de hectáreas (6,2 %).
Los departamentos con más tierras que se deben proteger son Amazonas (8,6 millones de hectáreas), Vichada (7,8 millones), Caquetá (6,4 millones), Guainía (5,9 millones), Vaupés (4,6 millones), y Guaviare y Meta (3,8 millones cada uno).
Cultivos
Por otra parte, el estudio concluyó que en el departamento de Antioquia es donde más se debe cultivar, puesto que del total de áreas aptas para la producción agrícola y pecuaria, la región Andina es la que alberga mayor número de tierras, con un total de 14 millones de hectáreas (49,5 %).
La Caribe está en segundo lugar, con 7,5 millones de hectáreas (26,7 %), y la Orinoquia en tercero con 4,7 millones de hectáreas (16,7 %).
Por número de área para esta producción, los departamentos que lideran son Antioquia (3 millones de hectáreas), Córdoba y Vichada (1,6 millones cada uno), Magdalena (1,5 millones), Cesar, Bolívar y Cundinamarca (1,4 millones) y Santander, Meta y Tolima (1,3 millones). La Amazonia solo alberga 2 millones de hectáreas para este tipo de actividades.
Política pública
En el marco del Día Nacional del Suelo se presentó un adelanto de la ‘Política para la Gestión Sostenible del Suelo’, un instrumento que servirá de ‘salvavidas’ para promover la conservación de este recurso natural fundamental del ambiente y de la vida humana y que ya cuenta con un Plan de Acción a 20 años.
Para el viceministro de Ambiente, Pablo Vieira, se ha venido avanzando en este tema de manera significativa, trabajando con el Ministerio de Agricultura, el IGAC y el Ideam, “ya que el suelo es un tema que tiene muchos usuarios y dueños y por lo tanto poder definir una política para su uso tiene que ir más allá de verlo solo como un recurso natural; tiene que verse desde el punto de vista productivo, educativo (…) Llevamos construyendo la política que está en sus últimas etapas para presentarla oficialmente”.
Esta herramienta contribuirá a mitigar los procesos de degradación más relevantes del suelo como lo son la erosión, el sellamiento, la contaminación, la pérdida de la materia orgánica, la salinización, la compactación y la desertificación; procesos que afectan principalmente las regiones Caribe, Andina y Orinoquia y que ya comienzan a identificarse en la Amazonia y en el litoral Pacífico.
Teniendo en cuenta esta problemática, a la que se suma el desconocimiento de las funciones e importancia del suelo, entre Minambiente y el Ideam y Minambiente y la Universidad Nacional, mediante convenios suscritos, se adelantó el proceso de formulación de la ‘Política para la Gestión Sostenible del Suelo’ con el apoyo y acompañamiento del Comité Técnico Interinstitucional, conformado por entidades, instituciones, autoridades ambientales y expertos de la Unión Europea.
La ‘Política para la Gestión Sostenible del Suelo’ cuenta con seis líneas estratégicas enfocadas, principalmente, en el fortalecimiento institucional y armonización de normas y políticas; en los procesos de educación, capacitación y sensibilización; en el fortalecimiento de instrumentos de planificación ambiental y sectorial; en el monitoreo y seguimiento de la calidad de los suelos; en la investigación, innovación y transferencia de tecnología, y en la preservación, restauración y uso sostenible del suelo.
Erosión
Una vez presentado el primer mapa de degradación de suelos por erosión en el área continental de Colombia a escala 1:100.000 por parte del Ideam, se reveló que el 40 %, es decir 45.377.070 hectáreas, de la superficie presenta algún grado de erosión y que el 3 % presenta este fenómeno de manera severa y muy severa, donde es muy difícil, costoso y demorado recuperar los suelos.
Entre tanto, el 17 %, que equivale a 19.222.171 hectáreas, presenta una erosión moderada, en la cual se deben tomar medidas preventivas urgentes para evitar el aumento del deterioro en la calidad de los suelos; el 20 % padece de erosión ligera (22.820.320 hectáreas) en donde se pueden iniciar acciones preventivas integrales para evitar el deterioro de la calidad de los suelos.
Según el Ideam, los departamentos más afectados por severidad de la degradación de suelos por erosión son La Guajira (28,1 %), Magdalena (16,5 %), Cesar (12 %), Huila (8,4 %), Sucre (7,6 %), Santander (7,6 %), Tolima (7,5 %), Boyacá (6,8 %), Atlántico (6,4 %), Norte de Santander (5,7 %) y Valle del Cauca (5,4 %).