Un récord de 175 países, entre ellos los dos más grandes emisores de gases de efecto invernadero Estados Unidos y China, firmaron en la ONU el histórico acuerdo para combatir el calentamiento global, con la esperanza de mantener el impulso de la conferencia de París de diciembre pasado.
Más de 60 jefes de Estado y de gobierno participaron en la ceremonia que se llevó a cabo en Nueva York. "Nunca antes un número tan grande de países había firmando un acuerdo internacional en un sólo día", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Entre los presentes estuvo la presidenta brasileña Dilma Rousseff, quien denunció el "grave momento" que vive su país y aseguró que el pueblo "sabrá impedir cualquier retroceso" democrático, en referencia al proceso de destitución que está a punto de sacarla del poder.
Además de Rousseff se encontraban el presidente francés François Hollande, el viceprimer ministro chino Zhang Gaoli, el primer ministro canadiense Justin Trudeau, el primer ministro italiano Matteo Renzi, y el secretario de Estado estadounidense John Kerry, quien llevó al podio a su nieta de dos años Isabelle, desatando una ovación.
Hollande fue precisamente el primero en firmar el documento. El anterior récord de países firmantes de un tratado internacional en un día databa de 1982, cuando 119 países suscribieron la Convención de la ONU sobre derecho marítimo.
El acuerdo sobre cambio climático alcanzado en París compromete a sus firmantes a limitar el aumento de la temperatura "bien por debajo de 2°C" y a "continuar sus esfuerzos" para limitar esta alza a 1,5°C.
La firma del acuerdo, en el Día Mundial de la Tierra, es solo un primer paso, ya que luego será el momento de la ratificación en función de las reglas nacionales (votación por el Parlamento, decreto, etc.)
Además, y para entrar formalmente en vigencia, el acuerdo de París tiene que ser ratificado por 55 países que representen el 55% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En ese sentido, Hollande instó el viernes a los miembros de la Unión Europa (UE) a ratificar este año el acuerdo. "La Unión Europea debe dar el ejemplo", dijo.
Hasta el momento, quince países, la mayoría de ellos pequeñas islas, ratificaron el texto, según la ONU.
En un discurso ante el pleno, el actor y militante Leonardo DiCaprio afirmó que "llegó la hora de un acción audaz y sin precedentes" para promover las energías renovables.
"Nuestro planeta no podrá ser salvado si no abandonamos las energías fósiles", sostuvo el actor recientemente ganador del premio Oscar, levantando una ola de aplausos.
- Rousseff moderada -
Rousseff fue la octava oradora y dedicó casi todo su discurso a la cuestión climática, manifestando el "orgullo por el trabajo hecho" por su gobierno en las negociaciones y recordando la necesidad de "resultados concretos" para los "inmensos desafíos" que existen.
La mandataria brasileña, que no hizo mención alguna a un "golpe de Estado" en su país, aseguró sin embargo que el pueblo "sabrá impedir cualquier retroceso" democrático, en referencia al proceso de destitución que está a punto de sacarla del poder.
"Brasil es un gran país, con una sociedad que supo vencer el autoritarismo y construir una pujante democracia. Su pueblo es un pueblo trabajador y con gran aprecio de las libertades. Sabrá, no tengo dudas, impedir cualquier retroceso", señaló la presidenta amenazada por un juicio por presunta manipulación de las cuentas públicas.
Antes, el presidente peruano Ollanta Humala, primer orador por América Latina, destacó el "papel" de su país, que organizó en Lima en 2015 la reunión preparatoria para la cita de París y celebró el "triunfo del diálogo y la solidaridad".
"Esto no es el final. Esto es solo el principio", afirmó.
A continuación, el mandatario boliviano Evo Morales habló de un "paso importante pero no suficiente para salvar la madre Tierra", pidiendo defender los "derechos de la naturaleza".
- Algunas buenas noticias -
En los últimos tiempos ha habido buenas noticias para el clima: las energías renovables registraron en 2015 un crecimiento récord de +8%, los precios bajos del petróleo frenan las inversiones costosas de los grupos petroleros (Ártico, offshore) y el sector del carbón no va bien.
En Estados Unidos, con la competencia del gas natural, cede terreno. La semana pasada, el mayor productor estadounidense, Peabody, se declaró en cese de pagos, y unas 250 centrales cerraron, según la ONG Sierra Club.
En China, el consumo bajó en 2014 y 2015, a raíz, ciertamente, de la desaceleración de la economía, pero también de la voluntad del gobierno de luchar contra la contaminación del aire. Pekín anunció recientemente la suspensión de casi todos los proyectos de centrales a carbón.
No obstante, las necesidades en infraestructuras energéticas son enormes y está prevista la construcción de cientos de centrales a carbón (India, Turquía, Indonesia, etc.).