CON la llegada de nuevos proyectos, un nuevo empleo, inicio de estudios, cientos de personas piensan en renovar su aspecto personal. Según los expertos un gran número de hombres y mujeres deciden cambiar de gafas o incluso deshacerse de ellas porque consideran que les restan belleza de manera que empiezan a utilizar otro estilo de gafas o lentes de contacto, sin los exámenes de rigor y el correcto acompañamiento, lo que se traduce en un riesgo para su salud.
A propósito del día Nacional del Optómetra, celebrado el pasado 23, la Universidad de La Salle, reconocida en diversos contextos como la institución que posicionó el ejercicio profesional de la Optometría en Latinoamérica y que ha realizado valiosos aportes a la salud visual y ocular como aspecto fundamental de la salud pública, alerta sobre los 10 errores más frecuentes a la hora de cambiar de gafas o lentes de contacto, sin acompañamiento de un profesional.
“Es increíble la cantidad de personas que llegan a los consultorios diciendo que pensaban que los lentes de contacto no representaban ningún riesgo o que cambiar de gafas sin acompañamiento de un experto no representaba ningún riesgo. Docenas de personas adquieren estos elementos sin la asesoría previa de un profesional que evalúe su caso. Incluso se reportan casos de infecciones y enfermedades de personas que usan las gafas o los lentes de contacto como parte de un tratamiento médico, pero luego de un tiempo se confían, descuidan su higiene, las revisiones de control o la verificación de fórmula cada año”, explica Elkin Sánchez Montenegro, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Salle.
Así, los expertos señalan que estos son los 10 errores más frecuentes que cometen las personas al decidir renovar su look cambiando las gafas o lentes de contacto:
1. Usar mal las soluciones de mantenimiento para los lentes de contacto (limpiador, desinfectante y lubricante)
2. Limpiar las gafas con cualquier trozo de tela que esté cerca (bufanda, blusa, corbata o vestido).
3. Invertir los lentes de contacto, es decir colocarse mal los lentes en cada ojo, el lente del ojo derecho en el ojo izquierdo y viceversa, la fórmula puede ser diferente para cada ojo.
4. La automedicación que lleva a la compra de gafas en la calle. Con esto no sólo se pierde del examen visual, que le permita ver bien, sino que impide que le diagnostiquen algún problema.
5. Ante las molestias limitarse a la consulta de artículos de internet y no consultar al especialista (optómetra) cuando se tiene dificultades.
6. Las gafas sin fórmula generalmente son estándar para los dos ojos, cuando en realidad casi ninguna persona tiene la misma prescripción en ambos
7. Usar los lentes en mal estado (rayados, desportillados, viejos).
8. Olvidar los controles con el especialista.
9. Comprar los lentes sin prescripción médica o por internet. Aunque sean solamente por cambiar el color del ojo, debe consultar al especialista.
10. Colocarse los lentes de otra persona, porque usa el mismo color o la misma fórmula.
El uso de gafas y lentes de contacto sin prescripción médica es muy peligroso porque puede acentuar la enfermedad o patología visual; incluso provocar lesiones que en algunas oportunidades son irreversibles. En Colombia la única regulación al respecto está contenida en el Decreto 1030, que prohíbe la oferta de lentes de contacto en sitios no aptos, es decir, en lugares diferentes a ópticas y consultorios.