¡Alahu Abkar! | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Noviembre de 2017

“A.Latina ha permanecido inmune a la barbarie de ISIS”

Ante la despiadada arremetida del Estado Islámico, la incertidumbre y el terror se apoderó de la gente en occidente, ahora la pregunta recurrente es ¿Cuándo y dónde  será el próximo atentado?

Hasta hace muy poco la gente se sentía relativamente segura frente el terrorismo, se confiaba en que con el adecuado uso de sus impuestos sus fuerzas de seguridad nacional tendrían la capacidad de contrarrestarlo; parecía cosa de fortalecer su inteligencia y dotarlas con adecuados equipos que acompañados por innovadores avances tecnológicos lograran contrarrestar las amenazas. Pero súbitamente, las cosas cambiaron y dejaron de ser así.

Para ese amenazante grupo ahora solo es necesario convertir vehículos en armas letales de destrucción masiva como ocurrió en Niza o Barcelona y hace pocos días en New York, siendo lo más grave que basta un solo hombre para que con solo con una liviana arma blanca y al sonoro grito ¡Alahu Akbar! (dios es grande) aniquile a cualquier desprevenido ciudadano, como pasó en Marsella el mes pasado, sembrando así el terror universal con la instantánea ayuda de las redes sociales.

Hasta ahora, en América Latina, hemos sido inmunes a estos actos de barbarie, aunque toda vía no podemos saber, con los datos conocidos hasta ahora, si estamos por fuera de lista del horror. La respuesta dependerá en últimas de cómo nos juzguen los nuevos yihadistas, si creen que pertenecemos o no a la llamada civilización occidental. Respuesta que para nosotros tampoco es del todo clara.

Pero, dejando ese tema a un lado, por ahora, lo cierto es que debemos contribuir en la búsqueda de adecuada respuesta a la inquietud de fondo que todos debemos hacernos ¿Debe ser solo militar la respuesta que debe dársele a ISIS o caben otras opciones complementarias?

Para una mejor respuesta recurramos a la historia: recordemos que hace 500 años con la aparición del protestantismo de Lutero no sólo se dio paso a la modernidad, como muchos afirman, sino a una prolongada y sangrienta guerra, realizada, en este caso, entre creyentes de un mismo credo.

Las masacres entre hugonotes y católicos sembraron muerte y desolación por doquier y solo pudieron contenerse con la aparición de la ilustración, que afortunadamente pudo propagarse con  la invención de la imprenta.

Mutatis mutandi, podríamos esperar que la educación obre, a mediano plazo, sus benéficos efectos, ojalá con ayuda de las redes sociales.

Pero, para evitar una espera prolongada, escudriñemos otras fuentes, como la cronología del Mediterráneo, indaguemos cómo fue posible que allí las tres religiones monoteístas pudieron convivir en relativa normalidad durante siglos.

Es recomendable apoyarnos en la notable investigación de María Antonia Garcés, Cervantes en Argel, publicada por Vanderbilt University Press, donde analiza con rigor el cautiverio vivido por el escritor después de ser apresado tras la batalla de Lepanto.

Miguel de Cervantes retoma insistentemente estos hechos en su obra y describe unas relaciones casi normales entre los miembros de esas tres religiones. Ojalá la diplomacia mundial profundice el estudio de estos hechos. Es útil la historia como herramienta.